Buscar la aprobación de los demás es un comportamiento muy común. Según Ignacio Parra, psicólogo con una profunda vocación en el área emocional, este patrón está vinculado a la educación y las experiencias tempranas: “El bienestar interior está inevitablemente ligado a la necesidad de explorar quiénes somos de verdad”. Esta búsqueda de reconocimiento externo puede llevar a una constante lucha por ser aceptados, afectando la autoestima y generando ansiedad.
La necesidad de validación externa suele comenzar en la etapa vital de la infancia. Muchas veces la educación se centra en el cumplimiento de expectativas externas en lugar de promover la autoaceptación. De esta forma, las personas aprenden a medir su valía a través de los ojos de los demás, lo que puede generar inseguridad en la edad adulta.
Consecuencias de depender de la validación externa
Cuando dependemos de la validación externa, nuestros sentimientos de valía están sujetos a las opiniones y juicios externos a nosotros mismos. Esto provoca que la persona sienta una falta constante de juicio personal, que puede llevar a sentimientos de vergüenza y culpa. Es como si algo en su interior no terminara nunca de sentirse en paz, por lo que a menudo viven en un estado de inseguridad emocional contante, llegando a dudar de todo lo que hacen.
La búsqueda de validación puede ofrecer momentos fugaces de bienestar, pero esos momentos son inestables y efímeros. Un cumplido o un gesto de afecto puede aumentar temporalmente la autoestima, pero cualquier crítica o rechazo posterior puede desmoronar rápidamente ese sentimiento de valor, hasta causar traumas. Las redes sociales han multiplicado este fenómeno, con los “likes” y “dislikes” creando un ciclo continuo de aceptación y rechazo.
Este comportamiento puede afectar varios aspectos de la vida cotidiana, desde la forma de vestir, hasta las decisiones sobre relaciones o trabajo, todo orientado hacia la búsqueda de aprobación. En este contexto, el amor y la aceptación se convierten en una “transacción”, donde el individuo busca constantemente recibir afecto a cambio de comportamientos o actitudes que cree que le harán ser aceptado.
Pautas para no buscar la aprobación de los demás
1Autoconciencia: ser conscientes de cuándo y cómo buscamos la aprobación externa es el primer paso para romper este patrón. Preguntarse: “¿Estoy actuando para agradar a los demás o para ser fiel a mí mismo?”
2Aceptar la incomodidad: dejar de buscar validación puede generar una sensación de inseguridad al principio, pero es un paso necesario para desarrollar autoestima.
3Compasión personal: cultivar una mirada de compasión hacia uno mismo ayuda a suavizar la crítica interna y a aceptarse con todas las imperfecciones.
Hay que aprender a restablecer el contacto con nuestra propia experiencia interna. Esto implica dejar de utilizar a los demás como referencia para nuestra autoestima y aprender a valorarnos por lo que somos, no por lo que otros piensan de nosotros.