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Cuándo y por qué deberías llevar a tu perro a un adiestrador

Bienestar animal

Los problemas de conducta del perro, si no se corrigen, provocan malestar y tensiones en casa, para las personas y para el animal

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¿Tiene tu perro problemas de comportamiento y de conducta? ¿Es un animal que se muestra agresivo con otros perros e incluso con personas? ¿Tiene dificultades para aprender pautas muy básicas como no hacer pipi o caca en casa? ¿Cada vez que se queda solo en casa hace destrozos o se pasa horas ladrando o sollozando? No son situaciones excepcionales. De hecho, probablemente son cada vez más frecuentes, y dificultan el bienestar del perro y entorpecen su relación con la familia que les acoge, provocando mucho malestar e incluso tensiones en las casas.

Son problemas que en la gran mayoría de los casos tienen solución, y se resuelven en cuestión de semanas o meses si se acude pronto a un profesional experto en educación y adiestramiento canino. Porque uno de los errores más comunes con los problemas de conducta animal, advierten los veterinarios y los etólogos, es que cuando se pide por fin ayuda externa ha pasado demasiado tiempo. “La mayoría de gente cree que pueden solucionarlo solos, pero hay situaciones en la que no es posible, hay que acudir al especialista”, destaca Maria Pifarré, veterinaria. Y si el problema se ha vuelto crónico, el tratamiento será más largo. Por el contrario, si se acude al especialista cuando el perro es aún joven, todo resultará más fácil, rápido y efectivo.

La agresividad hacia las personas suele ser uno de los problemas de conducta más graves y hay que pedir ayuda para solucionarlo

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Los actuales educadores y expertos en adiestramiento canino no tienen nada que ver con los profesionales de hace años, personas que fundamentaban el cambiar el comportamiento anómalo de un perro intimidando al animal, a la fuerza, con castigos e incluso con dolor físico. “El perro nunca se tiene que sentir amenazado; prohibimos cualquier estrategia de dolor; además va en contra de lo que dice la ciencia”, explica Marcos Javier Ibáñez, reputado experto en comunicación y conducta canina, CEO de Takoda Adiestramiento Natural, haciéndose eco de las investigaciones que demuestran por qué no es buena idea gritar ni castigar a los perros.

¿Cuándo pedir ayuda a un experto en conducta?

En realidad, la primera gran duda a la hora de educar y adiestrar a nuestro perro acostumbra a ser si podemos hacerlo solos, en casa, sin ayuda externa, recopilando información por cuenta propia, leyendo libros o artículos en internet. En la mayoría de los casos no es así, sobretodo si se trata de problemas de conducta importantes. Hay algunas pautas básicas para saber cuándo hay que recurrir a un experto.

“La mayoría de consultas que nos hacen son por problemas de comportamiento, conductuales, del perro con otros perros y del perro con las personas. Si la educación se realiza de forma temprana, no derivan en problemas conductuales. Pero se espera demasiado, a que el problema sea grave. Una denuncia por una agresión suele ser uno de los detonantes para recurrir al profesional”, lamenta Ibáñez.

Los problemas de conducta más habituales están provocados por el miedo que siente el perro, por reactividad o agresividad contra otros perros o personas. El miedo, el estrés y la ansiedad del perro perjudican la calidad de vida del animal.

Agresividad

Por ello lo primero que realiza el profesional es un diagnóstico a partir del carácter y situación de cada animal. Después se realiza el análisis del problema conductual en concreto. Si se trata de agresividad es distinto que si es reactividad. “La reactividad es una conducta agresiva solamente aparente, pero no es real; el animal no tiene ninguna intención de hacer daño”, explica Ibáñez, formador de otros profesionales. “Un perro que sufre de agresividad tiene la intención de hacer daño, es peligroso”, añade.

Para solucionar problemas de agresividad se utiliza también el denominado perro de conductas. Son perros maestros , que ayudan en todo el proceso para que el animal vaya aprendiendo a relacionarse con otros animales de su misma especie sin agresividad. Su comportamiento cambia,y muestra que el animal es capaz de relacionarse con otros perros. Es un acompañamiento durante el tratamiento, pero es importante que después, a medida que se avanza, el perro se relacione bien con cualquier otro perro.

Lo que no debe de hacerse en ningún caso es atemorizar el animal. El viejo sistema de que el perro se acobarda, con adiestradores muy fuertes físicamente que sabían intimidar al perro para que obedeciera, ya no es válido. El adiestramiento debe de ser un proceso, una técnica, que permita incluso a una persona mayor, sin fuerza física, poder ayudar al perro y hacer que se comporte de forma adecuada.

Ansiedad por separación y miedos

Otra situación bastante común es cuando nos vamos de casa y el animal siempre acaba haciendo pipi, caca, ladrando o destrozando cosas en el piso. En estos casos se recomienda siempre acudir al experto en comportamiento. Si hay un problema de comportamiento por el miedo al ruido, a las tormentas o los petardos, también. “Los miedos no decrecen. De esconderse debajo de la cama puede pasarse a problemas de comportamiento más graves”, advierte Pifarré.

Es muy importante también no sentirse culpable por tener que acudir a un adiestrador ante estas situaciones. “No es un defecto, no es que la persona sea tonta o inepta, simplemente necesitamos ayuda y no pasa nada. Te estás preocupando por la felicidad de tu perro, debemos de gozar de su compañía”, añade la veterinaria.

La duración del tratamiento: tres meses de media

La duración de los tratamientos puede variar mucho, desde dos semanas para problemas de conducta leves, superficiales, hasta tratamientos que se pueden prolongar durante meses. Entre dos semanas y un mes de trabajo se pueden tratar cambios de hábitos. “Siempre lo digo, yo no hago magia, cuando son cambios muy rápidos es porque eran problemas de conducta o de hábitos muy superficiales. Se tiene que estudiar cada caso, yo siempre soy muy precavido”, explica Ibáñez.

En un problema de agresividad varía mucho el tiempo de tratamiento en función de si es un problema profundo o superficial. “Si es un problema reactivo, el cambio es espectacular en poco tiempo. Es el tipo de problema conductual que se ha utilizado para el show televisivo”, advierte Ibáñez. El miedo también puede ser superficial, y que provoque una conducta de timidez en el animal. En estos casos el tratamiento también es corto y la mejoría se nota en poco tiempo.

Es más fácil cambiar las conductas cuando el perro aún es cachorro

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No hay trucos, y el proceso debe ser gradual y transparente entre educador y propietario. Los cambios y mejoras se logran paso a paso. Un pronóstico medio es de tres meses de tratamiento para un cambio interno de hábitos o de conducta muy marcados.

Con los cambios conductuales el perro tiene menos estrés y empieza a sanar. El proceso puede llevar entre tres y seis meses para un perro con un problema muy grave, como es el de agresividad contra las personas u otros perros.

La mejor edad

El período de socialización es una muy buena oportunidad para prevenir problemas de conducta

El denominado período de socialización de un perro, que empieza cuando aún es un cachorro y finaliza cuando es un animal joven, es una ventana ideal para incidir en su comportamiento. El período inicial de socialización va desde las tres semanas de vida hasta los tres meses.

Existen déficits de conducta provocados justamente por un problema durante la etapa de socialización. Se puede trabajar y así se puede modificar la mala conducta. No acudir a la llamada, tirar de la correa, estar inestable o nervioso cuando hay más gente o más perros, o quedarse paralizado son algunos de los problemas que pueden tratarse con relativa facilidad más adelante si el perro no lo ha aprendido cuando era joven.

Tirar de la correa, no acudir cuando se le llama, estar nervioso cuando hay más gente... son problemas que pueden tratarse a cualquier edad

“Yo recomiendo siempre un adiestrador o experto en comportamiento en la primera fase de vida del animal. Tendremos un perro tranquilo y equilibrado para el resto de su vida. El tándem propietario-animal se entenderá así bien desde el principio, es como llevar al niño a la escuela, con la diferencia que con un mes tendrás suficiente si no existe ninguna patología”, explica Pifarré.

Existen casos extremos que requieren tratamientos muy largos para obtener resultados, como perros traumatizados porque han sufrido palizas. Físicamente son animales que han sufrido fracturas óseas o que incluso tienen metralla en el cuerpo, y el miedo puede ser profundo, lo que hará necesario un tratamiento más lento, porque afecta el denominado cerebro primitivo.

En casa también

Tener paciencia con el animal e insistir con regularidad es fundamental para cambiar una mala conducta

A la hora de adiestrar o modificar conductas en el perro es básico seguir los consejos de los especialistas, en un trabajo que debe realizarse de forma conjunta. Profesionales y familia deben funcionar como un equipo y habitualmente el tratamiento incluye unas pautas dadas por el profesional que hay que realizar a diario. Se marcan objetivos temporales para que se vayan produciendo cambios cada dos semanas. Si no se produce el cambio, algo no está funcionando y se modifica el tratamiento. Es siempre muy gradual.

El trabajo de adiestramiento debe continuar en casa siguiendo las pautas del especialista

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Antiguamente se trabajaba sin el propietario, dejando el perro solo con el profesional, que lo devolvía “ ya curado. “El perro no está roto, hay que ayudarle a sanar ese problema psicológico. Siempre trabajamos con el perro y la familia, los propietarios tienen que ver el proceso y las técnicas aplicadas”, explica Ibáñez.

También ha cambiado también la mentalidad de la mayoría de los dueños de animales, preocupados realmente por el bienestar de su perro, que se considera un miembro más de la familia. A nivel emocional, si el perro está mal, la familia también sufre, por lo que es importante que el educador empatice con la familia.