Los conejos no son peluches, ¡aprende a cuidarlos!
Bienestar animal
Conviene conocer las necesidades básicas de este mamífero antes de llevarlo a casa como animal de compañía
Hay multitud de razas de conejos que conviven con nosotros como mascotas y el denominador común de todos ellos es su apariencia adorable. Sin embargo, aunque parecen peluches, no lo son. Por eso, tampoco son una mascota “para niños”, ya que, aunque suene a tópico, son seres vivos, no juguetes. Así que, antes de decidir traer a tu hogar a un precioso conejito peludo que, seguro que te alegrará la vida, lo mejor es informarte de cómo cuidarlo bien.
¿Qué debe comer para estar sano?
La base de la alimentación de un conejo debe ser el heno fresco, al menos en un 80%. Y el resto tienen que ser verduras de hoja y hierbas silvestres. Solo de forma esporádica o residual se recomiendan el pienso, siempre de calidad, y algunas chuches naturales.
“Una alimentación deficiente en heno puede desencadenar muchas enfermedades, especialmente dentales y digestivas”, explica Miguel Gallego, veterinario y cofundador del Centro Veterinario Madrid Exóticos. Además, detalla que para elegir un heno de buena calidad hay que fijarse en que sea de color verdoso, que las hebras sean lo suficientemente gruesas para asegurar un desgaste dental óptimo y que no huela a paja seca, sino que su olor recuerde al campo.
¿Cuáles son las enfermedades más comunes?
Las dolencias físicas más habituales en los conejos que viven en un hogar como mascotas son dentales, digestivas, respiratorias (rinitis y neumonías), así como tumores. Miguel Gallego explica el caso de Simón, uno de los últimos que han atendido. Simón es un conejito de ocho años y medio, que padece una enfermedad dental avanzada y hace poco tuvo un flemón en uno de sus dientes, no quería comer, había adelgazado mucho, babeaba por el dolor y llegó a la clínica prácticamente en estado de shock. “En conejos, los flemones necesitan ser tratados mediante cirugía, sin embargo, descubrimos que Simón padecía una enfermedad renal seria. Fue necesario un tratamiento y vigilancia exhaustiva durante más de una semana, pero al final los riñones de Simón mejoraron y pudimos centrarnos en su flemón. Ahora ha recuperado peso, come con normalidad e incluso juega como antes”, explica este veterinario especializado en animales exóticos.
Los conejos también pueden sufrir problemas emocionales: “El estrés que sufre un conejo a causa de situaciones como un cambio de casa, un viaje, la presencia de un depredador cercano, etcétera, puede provocar la liberación de ciertos compuestos químicos en su organismo que, a la larga, pueden desequilibrar una enfermedad o incluso provocarla”, asegura responsable del Centro Veterinario Madrid Exóticos.
Los cuidados según la edad
Gazapos
Los conejos de hasta nueve meses pueden sufrir más enfermedades graves y repentinas, por lo que debemos estar más pendientes de ellos. Además de vacunarles y desparasitarles, hay que evitar que sufran accidentes, especialmente si los dejamos a solas con niños pequeños.
Adultos
Cuando el conejo es adulto, las revisiones veterinarias anuales, una dieta adecuada, enriquecimiento ambiental (juguetes, espacio suficiente…) y la compañía de otro conejo harán que tengan una vida feliz.
Seniors
Los conejos suelen vivir de media hasta los doce años, pero esta edad puede alargarse en muchos casos varios años más. Los cuidados de un conejo senior son los mismos que los del conejo adulto, pero son recomendables unas revisiones médicas más exhaustivas, como análisis de sangre o ecografías, para poder adelantarnos a enfermedades crónicas características de estas edades avanzadas, como por ejemplo la artrosis, la enfermedad renal, las cardiopatías o los tumores.
Precisamente para aliviar los síntomas de estas enfermedades crónicas, veterinarias acupuntoras como Ana del Moral emplean terapias naturales: “Aunque normalmente se la conoce por su capacidad para aliviar el dolor, la acupuntura es una técnica orientada a la prevención de enfermedades y también se practica en conejos. Es útil en multitud de problemas: osteoartritis, displasia, epilepsia, síndrome vestibular, mielopatía degenerativa, úlcera gástrica, estreñimiento, alergias, dermatitis crónicas, cushing, diabetes, hipotiroidismo, hipertiroidismo, ansiedad, depresión, problemas inmunomediados, incontinencia, cistitis recurrentes, asma, tos, problemas oculares crónicos, insuficiencia renal, etcétera”. En concreto, Ana del Moral destaca el caso de Tambor, un conejo con paresia (debilidad) en el tercio posterior porque se le cayó a una persona de los brazos: “Con dos sesiones de acupuntura recuperó una posición correcta de las patas de atrás y con tres sesiones más recuperó un 70% de la fuerza de las patas. Con ello pudo volver a saltar y disfrutar de una calidad de vida más aceptable”.
No a las jaulas
Si has decidido traer a tu casa a un conejo para convivir con él, ¿por qué enjaularlo? Olvídate de intereses económicos de las tiendas de productos para animales, y piénsalo bien. ¿Por qué debes restringir el movimiento en tu casa a tu conejo? Es lo que opinan protectoras como La Madriguera y lo argumentan detalladamente en este artículo. Destacan que, de usar una jaula, ésta debería tener las dimensiones adecuadas y siempre debería estar abierta para que sirva de refugio, letrina o para poner el alimento a nuestro conejo.
“El animal siempre debe tener la oportunidad de poder salir y moverse con libertad en un recinto más amplio, ya que la falta de espacio influye negativamente en su salud física y mental, desarrollando estrés y aburrimiento. No solo limita los movimientos, sino que restringe las posibilidades de entretenimiento, higiene, distracciones o ejercicio físico”. Defienden que lo mejor es acondicionar un recinto o una habitación en donde puedan estar sueltos sin vigilancia, y cuando podamos estar pendientes de ellos, soltarles por la casa o parte de ella.