Después de meses de trabajos, exámenes y otras responsabilidades escolares, los adolescentes por fin pueden disfrutar de sus vacaciones de verano. Una temporada para descansar y recuperar energías que, a menudo, viene unida a unos deseos de mayor libertad y de hacer planes y actividades divertidas. Ahí es donde los padres deben intervenir para ayudar a sus hijos adolescentes a gestionar adecuadamente su tiempo de ocio y entretenimiento, especialmente en lo que a salidas se refiere. Una de las principales fuentes de conflictos en muchos hogares, ya que es necesario establecer ciertos límites y enseñarlos a que los respeten. De lo contrario, esto podría convertirse en uno de los problemas de los adolescentes y sus padres.
Si bien una de las formas tradicionales de enseñanza de padres a hijos se ha basado en el sistema de castigos ante la desobediencia, la psicóloga Sandra Santos Gómez sugiere otros métodos más efectivos y saludables. Estos vienen fundamentados por una buena comunicación dentro del señor familiar, que facilite el conseguir un punto intermedio entre los deseos del adolescente y los límites y la responsabilidad. De esta forma, afirma la especialista, se favorecerá el equilibrio y la armonía en la familia.
¿Cómo hacer que los hijos respeten los límites de salidas en el verano?
El verano es ese momento del año en el que, para muchos adolescentes, no dejan de surgir planes y actividades para pasarlo en grande con sus amigos. Y esto es algo positivo, siempre y cuando se establezcan ciertos límites. Es justo ahí cuando comienzan los conflictos entre los padres y sus hijos adolescentes, que piden más libertad y salir durante más tiempo. En estos casos, la psicóloga Sandra Santos Gómez sugiere a los padres adoptar una actitud comprensiva. Esto es vital para una buena relación entre ambas partes.
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La experta apunta a que la primera reacción de muchos padres ante la propuesta de un plan por parte de sus hijos se basa en negarse en rotundo. No obstante, esto suele despertar una reacción negativa en los jóvenes. En lugar de ello, lo mejor será mostrarse empático, escuchar activamente a los hijos y conocer de qué se trata el plan y por qué tiene tantos deseos de hacerlo. A partir de ahí, se podrá continuar con la negociación.
Una vez que ambas partes se hayan escuchado la una a la otra y se hayan intercambiado impresiones, los padres pueden dar su permiso a los hijos. Pero hay que especificar cuáles serán los límites hasta encontrar un punto intermedio entre ambas partes, explica la psicóloga. En este aspecto es igualmente importante acompañarlos en su proceso de desarrollo del sentido de la responsabilidad, una de las claves de la etapa vital en la que se encuentran y que tendrá un gran impacto durante su adultez.