El exceso de peso o el daño en los dientes son algunas de las consecuencias de abusar del azúcar en la infancia.
La Navidad viene asociada a alimentos típicos cargados de azúcar: turrón, polvorones, mazapán, panettone, roscón de Reyes, los caramelos de la cabalgata… Todo ello expone a los más pequeños de la casa a un consumo excesivo de dulce, con el perjuicio correspondiente en su salud.
Desde el blog Tu Canal de Salud, de Quirón Salud, advierten de que el abuso de azúcar en los niños durante la Navidad no solo los expone a ganar peso –algo especialmente preocupante dados los elevados índices de sobrepeso y obesidad infantil en nuestro país–, sino que también trae consigo una carencia de micronutrientes como minerales y vitaminas. También puede traer consigo una falta de concentración que derive en una disminución del rendimiento escolar.
Otras consecuencias del exceso de azúcar son el aumento del colesterol y los triglicéridos, adicción y aumento de la inflamación. Así como riesgo de sufrir caries y roturas dentales. En el caso particular de los adolescentes, el azúcar puede desencadenar desequilibrios en la piel como el acné. Además, insisten desde Quirón Salud en que el consumo excesivo de dulce está especialmente contraindicado en caso de trastornos de la atención TDAH con o sin hiperactividad, Asperger o autismo, pérdida de memoria y de capacidades cognitivas, así como en niños con problemas de ansiedad, estrés o depresión.
Consejos para evitar que los niños abusen del azúcar esta Navidad
Repasados los riesgos que acarrea el consumo excesivo de azúcar en los niños, es responsabilidad de los padres asegurarse de que sus hijos sigan una alimentación tan saludable y equilibrada como sea posible en estas fechas señaladas.
Desde Quirón Salud apuntan que lo más importante es dar buen ejemplo. “No tiene sentido hablarles de lo malo que es el azúcar si nosotros mismos lo consumimos sin control. Si los niños viven nuestros buenos hábitos, los imitarán”, recogen.
También recomiendan comer siempre con agua, para evitar sumar el azúcar que proviene de zumos y refrescos al que ya está presente también en los postres. Hablando de postres, instan a apostar por la fruta fresca y ofrecérsela a los niños siempre antes del dulce.
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Otra pauta es no dejar los dulces siempre a la vista, sino sacarlos únicamente en el momento del postre o cuando se haya decidido consumirlos, de forma puntual. Controlar las porciones es fundamental, para lo cual debemos dejar los dulces lejos de su alcance y ser los adultos quienes les ofrezcamos las cantidades correctas.
Es habitual descuidar el desayuno, pero este debe ser completo y saludable, lo que contribuirá en que no lleguen con demasiada hambre a la siguiente comida. Por otro lado, los expertos subrayan la importancia de no prohibir, sino reducir. Es decir, es mejor tratar de disminuir el consumo, sin prohibirlo, ofreciendo otras opciones, pues la prohibición hará que los niños lo deseen aún más.
Hemos de eliminar los azúcares añadidos innecesarios, como los que se añaden al zumo de naranja o las fresas. Finalmente, será de gran ayuda evitar al máximo los alimentos industriales cargados de azúcares.