“Creo que los mayores merecemos que las instituciones creen departamentos específicos para un sector de la población que supera el 20% de la misma. Los afectados somos quienes superamos los 65 años. Parece que el primer paso debe ser la creación de un Ministerio de los Mayores. Con voz directa, sin intermediarios”. Así reclama Julio Méndez, funcionario jubilado de 78 años, la creación de un ministerio gubernamental dedicado a los temas de la población de más edad. Su campaña en Change.org, titulada Escuchen nuestra voz, comenzó en octubre del año pasado y le faltan un par de cientos de signaturas para completar su objetivo.
“Esto se inició a partir de un artículo de Fernando Ónega en el que pedía la creación de un ministerio de mayores. Yo recogí ese guante porque me parecía una utopía, pero una buena idea. Creí que con esta campaña, podíamos llegar a todos los rincones de España”, cuenta a La Vanguardia Méndez desde Lugo, donde fue presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas. Julio es una persona activa, implicada, luchadora. Y ese espíritu lo lleva a reflexionar y reivindicar cambios en las políticas públicas para abordar los problemas de un grupo de población que no para de crecer.
Talento desperdiciado
“Hay miles y miles de jubilados de todo tipo de profesiones que están, abandonados, sin saber qué hacer, con muchísima experiencia, con muchos conocimientos. ¿Por qué tenemos magistrados, médicos, ingenieros, arquitectos y todo tipo de profesionales jubilados en sus casas sin saber qué hacer?”, reflexiona Méndez sobre el desperdicio actual del talento sénior, al que lleva la actual organización social y laboral, con un gran edadismo en el mercado de trabajo.
Además, apunta Méndez a Longevity, “muchas veces esos profesionales, personas jubiladas, están en una soledad absoluta. Este activista reclama espacios donde manifestar sus opiniones y sus puntos de vista. “Necesitamos tener dónde plasmar nuestras inquietudes en las administraciones, no nos escuchan. Necesitamos un cauce para expresarnos”. Ese cauce podría plasmarse en un ministerio, pero Méndez reconoce que no es la única vía. “Lo normal sería que en todos los ayuntamientos hubiese un departamento o concejalía de mayores, que pudiese funcionar como antiguamente los consejos de ancianos en las tribus. ¿Por qué en cada localidad no se pueden crear grupos de mayores que se reúnan, que debatan, que acuerden, que aconsejen, etcétera, etcétera, sin que eso sea vinculante?”, apunta.
¿Por qué tenemos magistrados, médicos, ingenieros, arquitectos y todo tipo de profesionales jubilados en sus casas sin saber qué hacer?
Julio cree que los puntos de vista de estas personas con más experiencia podrían ser clave para aportar soluciones a problemas sociales, económicos, estructurales. “Se está infravalorando y desperdiciando talento. ¡Y ahora mismo los mayores de 65 superamos el 20% de la población”.
Méndez pone el ejemplo de un colega médico, obligado a retirarse a los 70 años. “Me dice, ‘¿qué hago yo ahora? Es que mi pasión fue siempre la medicina, ahora no tengo nada que hacer, nadie me llama, estoy solo’. Esas situaciones se dan cada día”. Para Julio, esta manera de apartar a los más mayores de la sociedad y del mercado laboral, es una señal de desprecio. “Hoy en día no interesa escucharnos, la administración y la política van por otros caminos y parece que somos un sector que hay que ir apartando, parece que molestamos por el hecho de haber perdido agilidad y reflejos”.
Hoy en día no interesa escucharnos, Parece que molestamos por el hecho de haber perdido agilidad y reflejos

Jubilados, en el centro de Barcelona.
Las medidas más urgentes
Preguntado sobre las medidas más urgentes que debería tomar un hipotético Ministerio de los Mayores, sobre los problemas más acuciantes de esta población, Méndez repasa una lista. “Tenemos muchos problemas, desde la brecha informática a las pegas para entenderse con la banca o con la administración, hasta la soledad no deseada. Hay infinidad de problemas, pero sobre todo habría que empezar por crear cauces para escuchar a las personas mayores. Si se escucha a los mayores, se conocerán cuáles son sus preferencias, sus carencias, sus necesidades”.
Par trasladar esa escucha activa a la práctica, Méndez propone empezar por el nivel local, los ayuntamientos, como comentaba. “En las localidades pequeñas, los consejos de ancianos serían una idea excepcional”.
Lo normal sería que en todos los ayuntamientos hubiese una concejalía de mayores que pudiese funcionar como antiguamente los consejos de ancianos en las tribus
Los problemas de los mayores
Encuesta del CIS
El 68,9% de los encuestados en un estudio del CIS sobre el edadismo, afirman que las personas mayores de 65 años en España tienen “muchos o bastantes problemas”.
El 25,1% de los encuestados afirma que el principal problema que tienen las personas mayores en nuestro país es la insuficiencia económica para gastos cotidianos (luz, calefacción, comestibles, etc.); el 18,1%, los insuficientes recursos públicos para sus necesidades (residencias, centros de día, ayuda a domicilio, etc.); y el 14,3%, la soledad y falta de contactos sociales.
Sobre las medidas prioritarias para mejorar la situación de las personas mayores, los encuestados-en una escala de 0 a 10—, señalan adaptar el entorno para ellos (transporte asequible, rampas…) como máxima prioridad (8,66). También apuntan:
— La mejora de la atención que las empresas privadas y las administraciones públicas ofrecen a las personas mayores (8,58).
— Fomentar la existencia de lugares de ocio y convivencia para las personas mayores (8,58).
— Políticas para reducir la brecha digital entre las personas mayores y el resto de la sociedad (8).
Méndez se muestra también partidario de alargar la edad de jubilación de forma voluntaria. Y se atreve a aconsejar a las personas sénior, “creo que lo último que hay que hacer es meterse en casa y sentarse delante de la televisión. Cada uno tiene que buscar sus preferencias, pero hay que moverse, salir de casa, ayudar a los demás, socializar, que es fundamental para prolongar la vida activa. Eso es la esencia”.