“El Alzheimer y las demencias son una pandemia estructural”
Día Mundial Alzheimer: un día para olvidar
La presidenta de la Fundació Pasqual Maragall reivindica recursos para progresar en la prevención y tratamiento de esta enfermedad
Las terapias de estimulación cognitiva mejoran la calidad de vida de las personas con alzheimer
Alzheimer: nueve cosas que puedes hacer para intentar evitarlo
Diez mitos sobre el Alzheimer que deberías desterrar ya
Hoy es 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, una fecha que nos gustaría olvidar. Una fecha en la que esta enfermedad es protagonista y en la que se recuerda a las miles de familias que, todos los días del año, se enfrentan a ella minuto a minuto.
Dos de cada tres españoles afirman que tienen o han tenido en su entorno a una persona con Alzheimer. Un familiar de primer grado en más de una cuarta parte de los casos. Más de 900.000 personas afectadas de demencia en España. Son datos que albergan miles de situaciones, complejas y dolorosas, a las que es necesario dar respuesta y reconocimiento.
Las familias con personas con Alzheimer hemos sufrido el impacto de la Covid-19 con especial dureza. Hemos visto, con tristeza e impotencia, como el cierre de los centros de día, el cambio en las rutinas o las dificultades en las residencias afectaban de forma negativa a su salud y bienestar. Muchas familias se han visto al límite de su resistencia, en especial las personas cuidadoras. En muchos casos no se ha podido ofrecer la respuesta que necesitaban. Son las historias que se esconden tras las cifras.
Las dificultades han sido muchas: confinamiento, aislamiento, confusión, temor, desorientación, dificultad para cumplir las medidas de protección y jornadas sin apenas respiro para los cuidadores. Como sociedad, es nuestro deber situar la protección y la atención de las personas en situación de fragilidad o dependencia entre nuestras prioridades. No nos podemos permitir lo contrario y debemos aprender de lo sucedido.
“Las familias con personas con Alzheimer hemos sufrido el impacto de la Covid-19 con especial dureza”
En días como hoy también constatamos que, a pesar de los avances científicos, queda mucho camino por recorrer. Muchos sabemos que es tarde para nuestros abuelos, padres, esposos o hermanos afectados. Pero estamos esperanzados en que seremos capaces de prevenirlo y curarlo en un futuro, que esperamos cercano, y que podremos librar a nuestros hijos y nietos de esta amenaza. Es un gran reto. Un reto que exige nuevo conocimiento científico, determinación, imaginación e investigación. No hay otro camino.
La actual pandemia es una amenaza sanitaria y un reto científico urgente y, mientras la situación lo requiera, sin duda se debe dotar de recursos la lucha contra la Covid-19 y sus consecuencias. Pero el Alzheimer y las demencias son una pandemia estructural. Sin curación, y con la esperanza de vida en aumento, en 2050 el número de casos podría duplicarse. Quienes la hemos vivido de cerca sabemos lo que esta cifra implica. No podemos obviar los recursos necesarios para progresar en su prevención y tratamiento.
El Día Mundial del Alzheimer debería ser un día para olvidar, porque borrarlo del calendario significará que hemos conseguido vencer esta enfermedad y que hemos dado años de salud y calidad de vida a cientos de miles de personas y a las familias que, sin descanso, las cuidan.