Los beneficios de hacer un ‘detox’ digital
Adiós al ‘always on’
Aún estás a tiempo de apagar el móvil
Reuniones de amigos donde nadie habla o se producen silencios eternos porque todos mantienen su atención hacia las 5,5 pulgadas de resina de su smartphone. Hace un tiempo podría parecer el argumento de una película de ciencia ficción o de uno de los episodios de Black Mirror, pero no, es una estampa típica del siglo XXI.
De hecho, el título de la ficción británica de Netflix, en palabras de su creador, pretende plasmar esa frialdad escalofriante tras el oscuro reflejo que nos devuelven las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos. Aunque hay espacio para la crítica o las sátiras creativas ante esta situación –como es el caso de este ilustrador y artista gráfico coreano que interviene obras clásicas, adaptándolas con ironía a los tiempos tecnológicos–, cada vez repararemos menos en ella, puesto que está normalizada en nuestra vida diaria.
Dejar a tu interlocutor con la palabra en la boca para revisar las noticias en Facebook o abstraerte de la conversación de tus acompañantes para retocar tu mejor foto y subirla a Instagram, dejará de ser de mala educación. Un momento, ¿o es que acaso ya no lo es?
Lluis Sanmiquel, psicólogo y coach del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya (COPC), asegura que a finales de los noventa y principios del siglo XXI, la mayor preocupación giraba en torno a la brecha o exclusión digital, ya que se daba por sentado los beneficios de estar conectado: información, empoderamiento y emancipación. Sin embargo, ahora las tornas se han invertido y la alerta se dispara ante el fenómeno always on (siempre y en todas partes navegando por la red).
Este fenómeno ha dado lugar a que surja una nueva adicción o síndromes como la nomophobia. El estrés, la fatiga, la estigmatización por ‘no existir’ si no estás conectado, el temor a la pérdida de privacidad y al control social masivo, la precariedad laboral y el empobrecimiento de las relaciones personales y profesionales son algunos de los problemas actuales que señala el psicólogo. Asimismo, también le suma el hecho de vivir experiencias a través de los móviles, como cuando filmamos un concierto en vez de disfrutarlo, o el ‘ilusorio número’ de amigos que indican nuestras cuentas en las redes sociales.
La necesidad de desconectar para volver a conectar con la realidad
De ahí, que algunos se planteen –al igual que sucede con otras adicciones– llevar a cabo un retiro o un ‘detox’ digital. Está claro que dar este paso no siempre es fácil: puede empezar desde silenciar los grupos de whatsapp, pasando por revisar solo los mails estrictamente necesarios, dedicar tan solo un número diario de horas acotado al móvil hasta acciones más drásticas de abstinencia total, como desconectarse por completo durante las vacaciones o eliminar tu cuenta de Facebook.
Aunque no todo el mundo está de acuerdo con poner freno a esta situación. “Los discursos críticos de desintoxicación digital se centran en la reducción o evitación, la modificación de los hábitos o el intento de influir en las políticas de uso, ante el avance de la despolitización, la mercantilización y la instrumentalización de la vida de los ciudadanos”, asegura Sanmiquel.
Por este motivo, aunque se abogue por reducir esta locura del 24h online, se presenten paradojas como la de la reciente ley francesa que trató de fijar una clara línea entre la vida laboral y la personal, de manera que estés en tu derecho de no contestar mails o llamadas de trabajo en tu tiempo libre, pero que presenta ciertas lagunas: “esta reforma no obliga a la desconexión fuera del trabajo, sino que queda sujeta a la negociación con el empresario. En la cultura de la conectividad, salir de ella es una difícil opción, ya que la norma es más fuerte que la ley”, sentencia el experto.
¿Qué beneficios te aporta un retiro tecnológico?
El coach asegura que primero debes reflexionar, a través de una pequeña introspección y a base de hacerte una serie de preguntas, para definir unos objetivos claros y poder pasar a la acción, si lo que quieres es cambiar tus hábitos de conexión o tu relación con la tecnología. Sanmiquel anima a que empieces con pequeños gestos, como cenar sin el móvil sobre la mesa.
Después, recomienda realizar sencillos ejercicios de meditación y atención plena (mindfulness), como “observar tu respiración, la información que te llega de los sentidos y del cuerpo y la detención del pensamiento”. “Con estos ejercicios podrás dar prioridad a lo que es importante: las personas en vez de una pantalla. Además, conseguirás reducir la impulsividad en la red, el deseo de estar siempre conectado o las interrupciones diarias que tanto tiempo te roban”, señala el experto.
No obstante, considera que no solo se trata de una responsabilidad individual, sino que toda la sociedad debería tomar conciencia sobre ello. Entre los posibles beneficios de un ‘detox’ digital, Sanmiquel destaca:
– Reducir el estrés, la fatiga y la adicción tecnológica.
– Acabar con el FOMO (fear of missing out) o miedo a perdernos algo si desconectamos.
– Incrementar los niveles de atención.
– Aumentar el sentido de la realidad.
– Mejorar las relaciones personales y profesionales.
– Recuperar la sensación de control sobre nuestras vidas.
– Mejorar la eficacia en todos nuestros ámbitos de actuación.
– Proteger la privacidad y la libertad.
– Contribuir a la reducción del control social masivo, la desigualdad y la precariedad laboral.
– Desconectar para ‘reconectar’ con nosotros mismos, nuestros valores y con los demás.