Loading...

¿Padece tu hijo el ‘síndrome del niño rico’?

Mamás y Papás

No hace falta que tú seas Trump o ellos Paris Hilton

Macaulay Culkin en ‘Richie Rich’

lvd

Si es de los que se encapricha fácilmente y hasta que no lo consigue ‘monta un numerito’, pero además tú tampoco eres capaz de decirle nunca que no, puede que debas replantearte si tu hijo padece el ‘síndrome del niño rico’. Pero, tranquilos, porque no le sucede nada a su salud.

Aunque se conozca como ‘síndrome’, la psicóloga clínica infanto-juvenil del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya, Marisa Ara Comin prefiere hablar de un estilo educativo que tiene consecuencias negativas en la conducta de los niños y también podría llegar a relacionarse con ciertos rasgos de personalidad patológicos en su adultez.

A veces también se emplea el término affluenza –abundancia o con holgura económica– o ricopatía, como su versión en castellano, puesto que apareció por primera vez en el libro The Golden Ghetto: The Psychology of Affluence, donde se hacía referencia a la manera de criar de algunos padres que conceden todos los deseos de sus hijos sin que les cueste ningún esfuerzo.Una cuestión de la que ya había hablado a principios de los noventa el pediatra y profesor de medicina en Harvard, Ralph Minear en su libro El niño que tiene de todo en exceso (libertad, dinero, comida, información o protección).

Pero, ¿cómo se llega a esta situación?

El origen reside en una relación materno o paterno-filial en la que se mima, sobreprotege, sobredirige y, en ocasiones, se intenta reemplazar una carencia afectivo-educativa a través de objetos y de la satisfacción de todas las demandas del infante. En este último caso, suele coincidir con un perfil de padres que trabajan durante muchas horas y tratan de suplir la ausencia de tiempo afectivo o contacto real con regalos y dinero.

La experta considera que la causa también viene por un problema de proyección, es decir, que como padres esperamos ver y conseguir a través de nuestros vástagos todo aquello que es valioso para nosotros.

El 'síndrome del niño rico' es un estilo educativo que tiene consecuencias negativas en la conducta o en futuros rasgos de su personalidad adulta”

“Cuando uno está insatisfecho consigo mismo y le invaden los sentimientos de desengaño, insatisfacción o fracaso puede ocurrir que se busque en el hijo el cumplimiento de aquellos deseos, expectativas, esperanzas e ilusiones que no se han conseguido a nivel propio. Se espera y se quiere ver en él todo lo que se quiso y no se pudo conseguir”, sentencia la psicóloga infantil.

Como consecuencia de esto, Ara Comin explica que los niños se convierten en un ‘trofeo’ de los padres, bajo el lema de ‘que no les falte de nada’. De manera que los padres hacen todo lo que sea necesario, hasta sacrificarse o renunciar a su bienestar físico y psíquico en aras de que su retoño consiga todo cuanto ‘necesite’: dinero, objetos, formación, protección…

No hace falta que seas Trump

Obviamente nos referimos a que no hace falta que seas millonario o que tu prole tenga el mismo nivel adquisitivo que Paris Hilton para que desarrollen este ‘complejo’. Según afirma Ara Comin se da en familias de todo el espectro socio-económico, esto tan solo influirá en el tipo o nivel de objetos o actividades que se le ofrecerán. “No depende tanto del dinero, sino del nivel de autoestima de los padres y de la relación afectivo-educativa que estos establecen con los hijos”, indica la experta.

Aunque si aún te quedan dudas de si tu hijo es una versión renovada de Richie Rich, presta atención a las características que suelen presentar estos pequeños ‘aspirantes a heredar grandes fortunas’:

1. Se creen el centro de atención o ‘el ombligo del mundo’, que son omnipresentes, que merecen y pueden conseguir todo lo que se propongan. La psicóloga segura que este rasgo de su personalidad o condición les generará, a su vez, dificultades para soportar la frustración de la vida cotidiana, así como compartir, colaborar y establecer buenas relaciones sociales con iguales o fuera del ámbito familiar. También les será imposible realizar el esfuerzo que requiere el propio proceso de aprendizaje, tanto a nivel escolar como en general.

Más que de una patología, se trata de la manera de criar de algunos padres que conceden todos los deseos de sus hijos sin que cueste ningún esfuerzo”

2. Son niños insatisfechos. A pesar de todo lo que reciban, siempre afirmarán estar aburridos. Presentan constante ansiedad e irritabilidad. Siempre están enfadados, al mismo tiempo que aflorarán sentimientos como la falta de motivación, de ilusión o deseo por las cosas.

3.Tienen falta de autorregulación y autodisciplina. Al tener todo sin apenas esfuerzo, la experta explica que les genera una dificultad de autoconciencia. Es decir, el proceso mental por el que representamos la manera en la que vamos a conseguir o cumplir un deseo y el tiempo y esfuerzo que nos va a costar, que después se verá recompensado y satisfecho una vez se haya logrado.

Las consecuencias de la abundancia y cómo evitarlo a tiempo

A su vez esto puede traer una serie de consecuencias en la vida adulta como:

1. Adultos narcisistas, caprichosos e inmaduros, dado que la sobreprotección paterna genera una gran inseguridad y baja autoestima.

2. Dificultades para responsabilizarse de las cosas de manera propia, afrontar los problemas asumiendo las consecuencias de sus actos o buscar recursos para solventar las dificultades cotidianas. Se sienten incapaces de soportar la ‘angustia vital’ ante el esfuerzo, el trabajo o las frustraciones. “Siguen pensando que papá y mamá lo solucionaran o que se merecen todo y viven como una gran injusticia insoportable de solventar los golpes propios de la vida”, sentencia Ara Comin.

3. No aceptarán no ‘ser especiales o únicos’, por lo que tendrán muchos problemas para encajar en la sociedad o desarrollar habilidades sociales como la empatía, la asertividad, la autonomía… Podrán llegar a ser muy intolerantes agresivos o antisociales.

4. La psicóloga sostiene que a algunos les costará aprender que ‘el afecto no se compra con dinero’.

Sucede en familias de todo el espectro socio-económico”

Para remediarlo, recomienda tener una serie de cosas en cuenta como que el afecto y el cariño se transmiten compartiendo momentos, jugando o hablando, pero nunca con bienes materiales. También resalta la importancia de poner límites o normas y aprender a decir no ante sus demandas, pues les ayudará en la autorregulación y evitará la desorientación.

Por supuesto, tampoco proyectar nuestros deseos o ilusiones, ya que deben encontrar su propio camino, así como evitar la sobreprotección que solo les generará inseguridad, dependencia y la imposibilidad de afrontar retos personales. Si no eres capaz de llevar a cabo esto por ti solo, siempre puedes recurrir a la experiencia de un especialista para que te de una serie de herramientas para conseguirlo.

Etiquetas