Desde ayer, hay voluntarios, imprescindibles esos voluntarios, que reparten mascarillas entre la gente. Seis días después, el riesgo a infecciones crece por minutos y el agua estancada, así como los restos biológicos que empiezan a descomponerse, convierten algunos puntos en irrespirables. Ayer mismo, las autoridades de la Generalitat valenciana advertían del elevado riesgo de epidemias que está presente en todos los municipios afectados. Da miedo la posibilidad de una herida o corte mientras se realizan las labores de limpieza; de ahí que se recomiende la vacuna del tétanos a todo el que no la tenga para evitar infecciones.
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