La sífilis es una enfermedad infecciosa que produce la bacteria espiroqueta ‘Treponema pallidum’. Se trasmite normalmente por contacto sexual y de madre a hijo vía transplacentaria. Se incuba entre dos y seis semanas y si no se trata a tiempo puede ocasionar graves consecuencias para la salud como lesiones en el sistema nervioso, problemas circulatorios, parálisis, demencia, trastornos neurológicos o ceguera.
Causas de la sífilis
Contacto directo con una llaga de sífilis
El modo de contagio de la sífilis es el contacto directo con una llaga que puede estar en el pene, la vagina, el ano, el recto, los labios o la boca durante las relaciones sexuales vaginales, anales u orales.
Vía trasplacentaria una madre gestante puede trasmitir la enfermedad a su bebé (sífilis congénita). Los bebés deben recibir tratamiento inmediato porque pueden tener problemas de salud como sordera, cataratas, convulsiones o morir.
Cualquier persona activa sexualmente puede tener riesgo de contraer esta enfermedad durante las relaciones sexuales sin protección. Se recomienda realizar pruebas para detectar la patología si se está embarazada, si se tiene más de una relación sexual, si mantiene relaciones homosexuales no monógamas o si tiene una pareja que ha sufrido la enfermedad.
Síntomas de la sífilis
Chancros y erupción cutánea
La sífilis puede tener cuatro etapas clínicas:
- Primaria: Aparece una pequeña llaga indolora (chancro) en torno a tres semanas después de la exposición. Se curan aunque no se reciba tratamiento.
- Secundaria: Erupción cutánea sin prurito en el tronco y se extiende al resto del cuerpo incluidas palmas de las manos y plantas de los pies. Puede haber caída del cabello, dolores musculares, fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos. Los síntomas se curarán si no se recibe tratamiento pero se pasa a la fase latente.
- Latente: Es asintomática y puede durar años sin síntomas o pasar a la fase tardía o terciaria.
- Terciaria: Cuando no se ha recibido el tratamiento a tiempo la sífilis entra en una etapa tardía y puede producir daños en el sistema nervioso, en el corazón, los vasos sanguíneos, hígado, huesos y articulaciones además de provocar ceguera permanente y parálisis.
Diagnóstico de la sífilis
Análisis de sangre
Una analítica sanguínea permite confirmar un caso de sífilis y plantear el tratamiento adecuado para cada caso. Una punción lumbar, para extraer líquido cefalorraquídeo, puede confirmar si la aparición de problemas en el sistema nervioso pueden tener origen en una infección por sífilis tanto reciente como antigua.
En caso de resultado positivo se debe comunicar a las parejas sexuales que se hayan tenido en el periodo de contagio para que puedan someterse a las pruebas correspondientes. Los chancros pueden adquirir o contagiar el VIH durante las relaciones sexuales por lo que se recomienda realizar una prueba para detectar la presencia de VIH.
Tratamiento y medicación de la sífilis
Antibióticos y prevención
El tratamiento con penicilina es efectivo si se detecta en fase primaria o secundaria. Una sola inyección, en una infección de menos de un año puede detener la enfermedad si el tiempo de latencia es más largo entonces deben aplicarse más dosis. En caso de alergia a la penicilina el especialista podrá plantear otra opción antibiótica. Se debe evitar el contacto sexual hasta que finalice el tratamiento y los resultados confirmen la curación. Pero no todo acaba ahí ya que se deben realizar analíticas sanguíneas y exámenes periódicos.
Prevención de la sífilis
Relaciones sexuales seguras
La abstinencia sexual o la monogamia con una pareja que no esté infectada o no haya padecido la enfermedad es la mejor prevención frente a la enfermedad. También se recomienda utilizar preservativos de látex siempre que pueda cubrir los chancros. El preservativo puede prevenir el contacto en pene y vagina pero no en el escroto y la zona anal. En caso contrario, evitar el contacto.
El hecho de haber superado una sífilis no significa que se esté libre de contagio ya que el organismo no puede fabricar anticuerpos para combatir una nueva infección si no se mantiene una vida sexual sin riesgo.