Vivir cierto grado de ansiedad, de estrés, es normal; es un mecanismo de alerta que tiene nuestro organismo. Pero para al menos al 10% de la población mundial la ansiedad no desaparece y, de hecho, puede empeorar con el tiempo. Miedos, preocupaciones intensas y persistentes, terrores… pueden acabar provocando crisis que se manifiestan con dolores en el pecho, dificultad para respirar, que nos falta el aire, palpitaciones, miedo…
La ansiedad puede tener varias manifestaciones y si no podemos tenerla bajo control llega a interferir en la vida diaria consiguiendo impedir que llevemos una vida normal. La ansiedad puede sobrevenir a cualquier edad por motivos muy diversos incluida una enfermedad que requiere tratamiento.
Causas de la ansiedad
Suma de factores
Habitualmente no podemos señalar una sola causa como la que desencadena la ansiedad. Suele ser una combinación de factores la que provoca este trastorno mental. La genética es uno de los factores identificados, así como alteraciones en el cerebro.
La ansiedad afecta a un número de mujeres ligeramente superior que al de hombres y hay factores que aumentan el riesgo de padecerla e influye muy negativamente en la capacidad de concentración. En casos de gravedad puede desencadenar una depresión.
Ciertos tipos de personalidad predisponen a convertir a una persona más fácilmente en enfermo de ansiedad por ejemplo:
- La excesiva timidez o un comportamiento siempre negativo y pesimista suponen sendos riesgos.
- Factor hereditario.
- Haber sufrido situaciones traumáticas.
Tipos de ansiedad:
- Trastorno de ansiedad generalizada. Se caracteriza por ansiedad y preocupación persistentes y desproporcionadas. Incluye malestar físico y a menudo se suma a otros trastornos de ansiedad y a depresión.
- Trastorno de pánico. Episodios repetidos de sensaciones repentinas de ansiedad, miedo o terror intensos. Se tiene dificultad para respirar, dolor en el pecho y palpitaciones cardiacas.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Se caracteriza por obsesiones y pensamientos repetidos y angustiantes. Los afectados realizan acciones repetitivas o rituales. Suele aparecer en la infancia o la adolescencia.
- Estrés postraumático (TEPT). Está causado por una vivencia traumática que causa terror pasado el peligro. Se tienen sentimientos de que el trauma se repite. Es incapacitante y afecta también a las personas que rodean al enfermo.
- Trastorno de ansiedad por enfermedad. Pánico intenso producidos por una problema de salud como diabetes, problemas de tiroides, enfermedad cardiaca, dolor crónico o trastornos respiratorios.
- Mutismo selectivo. Incapacidad para hablar en ciertas situaciones y que suele presentarse en los niños.
- Fobia social. Miedo o rechazo a estar en sociedad. Se tienen sentimientos de vergüenza, inseguridad y preocupación por lo que piensen los demás.
- Ansiedad inducida por sustancias. Causado por el uso indebido de drogas o su abstinencia. También puede ser causado por la ingesta de algunos medicamentos o la exposición a sustancias tóxicas.
- Trastorno por separación. Afecta sobre todo a niños y el miedo es por la separación o falta de contacto directo con los padres.
- Fobias específicas. Deseo por evitar objetos o situaciones concretas. Pueden llegar a provocar ataques de pánico.
- Ansiedad no específica. Trastorno de ansiedad que no cumple los criterios exactos de ningún tipo de ansiedad pero que causa alarma y perturbación.
Síntomas de la ansiedad
Amplia combinación de signos
Los pacientes del trastorno de ansiedad generalizada experimentan signos muy variados.
- Ansiedad permanente.
- Preocupación excesiva por problemas nimios.
- Inclinación a la negatividad.
- Dudas continuas.
- Sensación de no poder superar ningún problema.
- Incapacidad para relajarse, sensación de nerviosismo y sensación de excitación o de estar al límite.
- Dificultad para concentrarse o sensación de quedarse en blanco.
- Cansancio.
- Diarrea frecuente.
- Problemas gastrointestinales.
- Comer compulsivamente.
- Dificultad para conciliar el sueño.
- Palpitaciones o arritmias.
- Necesidad de evitar las situaciones que causan perturbación.
Diagnóstico de la ansiedad
Psicología para diagnosticar
Para los casos de ansiedad los médicos suelen recurrir a diversas pruebas y análisis, incluidas varias técnicas psicológicas que son indispensables para concretar la dolencia del paciente.
- Exploración física.
- Análisis de sangre y orina.
- Test psicológicos.
Tratamiento y medicación de la ansiedad
El tratamiento depende del nivel de la ansiedad
Para tratar la ansiedad generalizada hay que averiguar qué nivel de trastorno padece el enfermo y eso se mide, entre otras cosas, en función de lo independiente que sea para vivir cotidianamente y desenvolverse sin ayuda. La psicoterapia, a menudo acompañada de medicación, es el remedio más eficaz para esta enfermedad.
El terapeuta programa sesiones frecuentes para ver la evolución del paciente e ir conduciéndolo de la manera más eficaz posible. En paralelo, puede tomar antidepresivos y sedantes.
Prevención de la ansiedad
Evolución imprevisible
La enfermedad tiene un comportamiento muy personalizado y es diferente en cada caso. Eso dificulta también poder tener la receta perfecta para prevenir esta enfermedad. Hay algunas pautas que sirven para prevenir en la medida de lo posible la llegada de este trastorno:
- Evitar consumir alcohol, drogas y tabaco.
- Actuar rápidamente e ir al médico cuando se vislumbre un síntoma por pequeño que sea.
- Seguir una dieta saludable y equilibrada.
- Reducir los excitantes como el café.
- Dormir las horas necesarias.
- Ejercicio moderado, pero frecuente.