La Fibromialgia (FM) y el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), junto a la Hipersensibilidad Química Múltiple (intolerancia a agentes químicos), y la Electrohipersensibilidad (exceso de respuesta a estímulos eléctricos), se agrupan bajo el término de ‘Síndromes de Hipersensibilización Central. En estos casos existe un aumento generalizado de la actividad cerebral por implicación de algunos neurotransmisores, lo que da lugar a una percepción aumentada de la información sensorial recibida.
En concreto, la fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por tener múltiples síntomas, como dolor crónico generalizado, cansancio intenso, alteraciones del sueño, alteraciones cognitivas, o trastornos del ánimo, entre los más frecuentes. “Desde el año 1992, la FM figura en el catálogo de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, asevera el doctor Francisco Javier Mengíbar Torres, especialista en Reumatología del Hospital Quirónsalud del Vallès.
En España se estima que puede estar afectada de fibromialgia un 3-4 % de la población, según detalla este experto y, más concretamente, indica que sobre todo las mujeres son las principales afectadas, dado que se calcula que son entre el 75% al 90% de las personas diagnosticadas.
Múltiples signos
La fibromialgia se caracteriza por tener síntomas como dolor crónico generalizado, cansancio intenso y alteraciones del sueño
“Esta mayor prevalencia femenina, en general, puede tener relación con los factores hormonales, con cómo es su forma de respuesta al estrés, con los roles de género y con las expectativas asociadas que pueden influir en la percepción y en el manejo del dolor y de la fatiga”, remarca este especialista.
Diagnóstico clínico
Actualmente, eso sí, este reumatólogo lamenta que no exista ninguna prueba específica, ni analítica, ni tampoco prueba de imagen, que ayude a diagnosticar la fibromialgia, por lo que el diagnóstico es fundamentalmente clínico.
Para ello, dice el doctor Mengíbar que se utilizan actualmente los nuevos criterios de la Academia Americana de Reumatología (ACR por sus siglas en inglés) del 2010. “Se ha de tener en cuenta que la presencia de fibromialgia no descarta la existencia de otras enfermedades, ni tampoco a la inversa. Aunque no tiene una base genética clara, sí existe un componente de agregación familiar, que puede llegar a afectar a un 8 %, en especial entre familiares de primer grado”, resalta.
Además, destaca el experto de Quirónsalud del Vallès que la fibromialgia tiene un curso crónico con fases de mejoría y brotes de reagudización. “Estos estarían relacionados con esfuerzos físicos, con situaciones de estrés, y con cambios estacionales, que van empeorando la calidad de vida de los pacientes”.
Mientras, en el caso del síndrome de fatiga crónica, este experto subraya que en este fenómeno predomina el cansancio por encima del dolor. “Se caracteriza por una fatiga, a veces extrema, que no mejora con el descanso y que, en ocasiones, empeora con la actividad física o mental”. Además, menciona el doctor Mengíbar que el síndrome de fatiga crónica puede incluir síntomas de cansancio permanente, así como malestar post-esfuerzo, problemas de sueño, dolor, y alteraciones cognitivas y emocionales.
Para su diagnóstico refiere este experto, aparte de las pruebas diagnósticas antes mencionadas, y dado que no hay una prueba específica como tal para el síndrome de fatiga crónica, lo habitual es que se requiera de una valoración médica previa para descartar otra serie de procesos que puedan cursar con fatiga crónica. “Fundamentalmente, debe haber fatiga crónica persistente al menos 6 meses como mínimo, o de manera inexplicada y recurrente, que no mejora con el descanso, y que merma seriamente la salud y la calidad de vida de quien lo padece”, agrega este especialista.
Diagnóstico complejo
Al no presentar síntomas 'visibles', los pacientes de este tipo de patologías sufren a menudo problemas de incomprensión
Estas patologías, tal y como reconoce por su parte Viviana Fiszson Herzberg, psicóloga del Hospital Quirónsalud del Vallès, sufren a menudo de cierta incomprensión, al no presentar síntomas “visibles”, y al conllevar un diagnóstico complejo, dado que inicialmente se busca descartar otras enfermedades.
“Además, al presentar una gran variabilidad sintomática, sumado al impacto significativo en la salud mental (ansiedad y depresión) puede dar lugar a estigmatización social, a falta de compresión incluso en su ambiente familiar, y no pocas veces también en el sanitario. Estas características conducen a la persona al aislamiento y a la desesperanza”, lamenta esta especialista.
Actualmente, resalta que los tratamientos para estas enfermedades se centran en aliviar los síntomas y en mejorar la calidad de vida, incluyendo terapia farmacológica, mejoramiento de la condición física, abordajes psicológicos, higiene del sueño, alimentación equilibrada y un adecuado manejo del estrés, en un contexto interdisciplinar. “En nuestro hospital trabajamos con el Servicio de Reumatología que recibe, valora, diagnostica y deriva a los pacientes al área de Psicología, así como a otras especialidades implicadas, dada la necesidad de un abordaje multidisciplinar”.
Multidisciplinar
El tratamiento es múltiple e incluye terapia farmacológica, mejora de la condición física y abordajes psicológicos, entre otros
Con ello, esta psicóloga del Hospital Quirónsalud del Vallès resalta que, una vez que llegan los pacientes a Psicología, se procura la incorporación a un taller grupal que consta de cuatro sesiones, donde se trabaja desde un abordaje innovador en Neurociencia del Dolor y la Terapia de Reprocesamiento y Desensibilización de la Información a través de la estimulación bilateral (técnica EMDR).
“Está técnica psicológica, reconocida por las OMS en 2013 para el tratamiento de estrés post traumático, las fobias, la ansiedad y patologías relacionadas, se basa en la idea de que los traumas y las experiencias negativas pueden quedar bloqueados en el cerebro, afectando la salud mental y emocional. La evidencia muestra que su utilización, junto a la psicoeducación en Neurociencia, resultan de gran interés para personas que se incluyen dentro del Síndrome de Hipersensibilización Central”, resalta.
Es por ello por lo que destaca que entre sus principales objetivos se incluyen la comprensión del dolor y del sistema nervioso, el manejo del estrés, la regulación emocional y planificación para actividades que promuevan cambios. “Una vez finalizada la etapa grupal es importante seguir con asistencia psicológica individual”, considera Viviana Fiszson Herzberg.
“Nuestro enfoque médico-psicológico añade al tratamiento médico, la psicoeducación grupal basada en la neurociencia y EMDR, con la atención individualizada, para proporcionar un abordaje más integral y efectivo para el dolor y la fatiga. Este modelo de atención mejora la comprensión de la patología, y ofrece herramientas para facilitar su manejo, mejorando, de este modo, la calidad de vida de los pacientes”, concluye el reumatólogo de Quirónsalud del Vallès.