“La cirugía es la única opción eficaz para controlar la obesidad a largo plazo”

S&V para UCOM

Dr. Joan Pujol, especialista en cirugía de la obesidad

Dr. Joan Pujol.

Dr. Joan Pujol.

UCOM

El Dr. Joan Pujol Ràfols, miembro de la tercera generación de una familia dedicada al mundo de la cirugía, dirige el servicio de cirugía de la obesidad de la clínica UCOM de Barcelona. Hablamos con él para conocer las opciones que ofrece la medicina para el tratamiento de esta enfermedad crónica.

¿La cirugía es el tratamiento de elección para el control de la obesidad?

La cirugía es la única opción que ha demostrado ser eficaz para controlar la obesidad a largo plazo. Sin embargo, lo que nos ha enseñado el tiempo y los casi treinta años que llevo dedicado a esta especialidad es que no basta con una intervención quirúrgica para lograr buenos resultados. Es necesario un  enfoque más amplio.

¿En qué sentido?

A la hora de tratar quirúrgicamente una patología como esta no hablamos únicamente del papel del cirujano. Hoy es necesario abordar cada caso desde un prisma global que implica a diversos especialistas. En nuestra unidad, por ejemplo, además de cirujanos, participan otros especialistas que sirven de ayuda en el seguimiento del paciente y siempre en función de sus necesidades específicas.

¿Existe un perfil del paciente con obesidad?

Todos ellos tienen en común un exceso de grasa corporal que se traduce en un exceso de peso. Más allá de eso, las causas por las que acuden a nosotros son muy diversas. Unos lo hacen porque la obesidad tiene un impacto psicosocial sobre su vida, otros porque les ha generado una diabetes que se puede corregir, otro grupo porque padecen apneas del sueño… También hay pacientes que tienen problemas de hipertensión arterial o hipercolesterolemia, sobrecargas articulares a causa del peso, hernias de columna, etc. Cada uno de ellos necesita una indicación y un tratamiento distinto. De ahí que ya no hablemos de cirugía de la obesidad, sino de cirugía de la obesidad y metabólica.

Un abordaje multidisciplinar para una enfermedad que, hoy en día, no tiene cura.

Así es. La obesidad es una enfermedad crónica que no tiene cura pero que sí puede controlarse con eficacia si lo hacemos con todos los recursos que esas especialidades nos brindan.

Se dedica a la cirugía de la obesidad desde 1995. ¿Ha cambiado mucho la especialidad en estos años?

Absolutamente, sobre todo porque hoy disponemos de técnicas mínimamente invasivas que nos permiten realizar este tipo de cirugía de un modo menos agresivo que da muy buenos resultados y hacen que el paciente tenga un proceso de recuperación mucho más rápido. Para que se haga una idea, la laparoscopia nos permite trabajar con unas incisiones del tamaño de un ojal por las que introducimos una microcámara de alta definición en la cavidad abdominal que está conectada a unos monitores. A partir de esas imágenes podemos guiarnos para realizar las intervenciones de reducción de estómago.

¿Cuáles son las técnicas más habituales?

Eisten varias técnicas cuya indicación dependerá del paciente porque, como en otras especialidades médicas, también en esta caminamos hacia la medicina personalizada. Estamos en condiciones de reducir el estómago, pero también la longitud del tubo digestivo para que el paciente se sacie antes y, además, una parte de los alimentos no sea absorbida, facilitando así la pérdida de peso.

Pero no nos quedamos ahí, sino que ese enfoque  multidisciplinario trata también la conexión hormonal entre el estómago y el cerebro, “desconectando” –si me permite la expresión– las células que causan la ansiedad que genera que la persona necesite comer. Esa reducción de la ansiedad hace que en los seis primeros meses el paciente pierda el peso que necesita y que en los seis siguientes continúe haciéndolo, a menor ritmo, hasta llegar al peso objetivo.

Cuando la gente oye hablar de cirugía de la obesidad, rápidamente piensa en el balón gástrico.

Eso ocurre con frecuencia, pero lo cierto es que el balón gástrico es una técnica con indicaciones muy concretas y una eficacia limitada. Nosotros, por ejemplo, lo usamos en aquellas ocasiones en que necesitamos que un paciente pierda peso antes de someterle a una intervención. Ahí sí es eficaz, pero a largo plazo no lo es tanto, puesto que no reduce el estómago, sino que ocupa un espacio en su interior que tarde o temprano habrá que retirar.

Por el contrario, técnicas como el bypass gástrico continúan siendo vigentes casi sesenta años después de su definición, aunque con los avances que proporcionan tecnologías como la cirugía robotizada y los abordajes mínimamente invasivos. Lo mismo podemos decir de la gastrectomía vertical (también conocida como manga gástrica) e incluso de la anilla o banda gástrica, un método sencillo, seguro y reversible que poco a poco ha ido dejando paso a otras alternativas.

¿Cómo ve el futuro de la especialidad?

A corto plazo, creo que surgirán nuevos fármacos que, en combinación con la cirugía de la obesidad, permitirán controlar la enfermedad. Aún falta tiempo para que aparezca una pastilla milagrosa que controle todas las variables endocrinas, genéticas, hormonales y de otra índole que influyen en la obesidad, pero no descarto que nuestros hijos sí la vean.

Lo que sí estamos aprovechando ya es el uso combinado de la cirugía con el soporte al paciente, la reeducación en hábitos de vida o el seguimiento, para lo que contamos con la tecnología digital. Hoy existen pulseras o anillos que nos permiten medir la actividad física que realiza el paciente o básculas digitales para controlar el peso. Todos estos dispositivos se conectan con plataformas digitales a través del teléfono móvil, para transmitir información al médico. También se está trabajando en el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial para que el propio teléfono móvil pueda, a partir de datos recogidos, ofrecer consejos al paciente en materia de alimentación, ejercicio físico o recordatorios de visita al especialista.

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