El colectivo de gays, lesbianas, personas transgénero, bisexuales, intersexuales y personas queer reivindican cada día sus derechos bajo las siglas LGTBIQ+. Aun así, cada 28 de junio se celebra el Día Mundial del Orgullo LGTBIQ+ para combatir la discriminación y reclamar los mismos derechos y oportunidades que el resto de la ciudadanía.
¿Por qué el 28 de junio? Porque el 28 de junio de 1969, las cosas cambiaron radicalmente para el colectivo LGTBIQ+. Aquella noche, el bar clandestino Stonewall Inn de Nueva York estaba lleno de gente: la gran mayoría eran lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero... Personas que se sentían oprimidas y fuera de la sociedad. De hecho, las leyes y gobiernos se encargaban de que así fuera.
La policía solía hacer redadas en este local: los bares de ambiente no estaban permitidos. Sin embargo, aquella noche, algunos clientes del Stonewall Inn se negaron a identificarse ante los agentes y, cuando uno pegó a una drag queen, la clientela se rebeló contra la policía.
Fue la primera de muchas noches movidas, y quedó inmortalizada como la primera gran conquista por los derechos LGTBIQ+. Más de medio siglo después, la celebración del Orgullo se ha convertido en una fiesta para el colectivo: manifestaciones, parlamentos, carrozas... Las ciudades se llenan de colores y alegría.
Y antes de los disturbios del Stonewall, ¿qué?
Las personas LGTBIQ+ han existido siempre, pero su visibilidad ha cambiado a lo largo de los siglos. En la Grecia y Roma antiguas, la homosexualidad masculina no estaba castigada; de hecho, en las polis o ciudades griegas, estaba muy vista siempre que fuera entre profesor y alumno. En el imperio romano, estas relaciones se redujeron a la esfera privada. No obstante, el sexo entre mujeres nunca estuvo bien visto porque eran sociedades muy machistas.
Cuando el cristianismo se extendió por Europa, su visión homófoba se introdujo en las instituciones y la sociedad. La persecución de cualquier relación no heterosexual se alargó durante siglos hasta el siglo XX.
De hecho, la homosexualidad fue considerada una enfermedad hasta hace relativamente poco: el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de la lista de trastornos mentales tras décadas de reivindicaciones del colectivo. La transexualidad siguió figurando en esta lista hasta 2018.
Desde los hechos de Stonewall Inn, el colectivo LGTBIQ+ ha conquistado derechos en muchos países, cuyas leyes han reconocido el derecho al matrimonio homosexual o a adoptar, por ejemplo. También han ganado visibilidad pública en grandes acontecimientos como los Juegos Olímpicos o los premios Oscar de cine. En ese sentido, la sociedad podría preguntarse si es necesario seguir celebrando el Día del Orgullo LGTBIQ+.
Los derechos LGTBIQ+ en el mundo
La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA) elabora regularmente el informe Homofobia de Estado, que analiza la situación de los derechos y libertades sexuales en el mundo.
La edición de 2020, la más reciente, revela que las regiones con más libertades para las personas LGTBIQ+ son Norteamérica y Europa occidental. Hoy en día, el matrimonio homosexual está legalizado en 30 países del mundo: los últimos países en aprobarlo han sido Chile, en marzo de 2022, y Suiza, donde los matrimonios igualitarios podrán celebrarse a partir del 1 de julio de este año.
A pesar de los avances de los últimos años, en muchos países las personas del colectivo LGTBIQ+ todavía deben hacer frente a prejuicios, persecución y exclusión por parte de la sociedad y las instituciones. En algún país, incluso están castigados con la pena de muerte.
Las personas trans sufren especialmente esta discriminación. En la mayoría de estados de Europa y de América, el cambio de género y sexo está permitido en los documentos oficiales, pero muchos dependen de una operación quirúrgica previa o del permiso de un juzgado. En otros países, como Arabia Saudí, está totalmente prohibido.
En España, el gobierno ha elaborado una ley que permitirá la autodeterminación de género a partir de los 16 años, donde no hará falta ni un informe médico, ni una autorización judicial ni el visto bueno de la familia.
La persecución que sufren las personas del colectivo LGTBIQ+ también está recogida en la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y se considera un motivo para poder solicitar asilo en otros países. A pesar de ello, las Naciones Unidas advierten de que estas personas tienen un riesgo más alto de sufrir agresiones físicas y psicológicas durante su viaje, sobre todo si pisan países con una tradición homófoba.
A veces, el reconocimiento de derechos no es uniforme dentro de un mismo país, donde cada región tiene su propia legislación. En México, por ejemplo, el matrimonio homosexual o el cambio de género y/o sexo solo está permitido en algunos estados.
Las personas LGTBIQ+ han recorrido un largo camino, pero todavía les quedan muchos retos para lograr la plena igualdad. El colectivo sigue sufriendo persecución, como la homofobia, y hay ideologías que quieren limitar los derechos LGTBIQ+, como la extrema derecha. Por eso, el Día del Orgullo sigue teniendo más sentido que nunca.