Loading...

Oriol Mitjà: “Nuestra tarea comienza donde terminan los caminos”

Badalonès Report

El doctor especializado en enfermedades infecciosas cree que “podremos acabar con la enfermedad del pian la próxima década”

Oriol Mitjà, especialista en medicina tropical

LVE

Oriol Mitjà i Villar, de Arenys de Munt, nació en 1980. Es un médico investigador catalán, y es experto en enfermedades infecciosas entre otras cosas. Se licenció en medicina en la Universitat de Barcelona (UB) en 2004, y el año 2012, terminó un doctorado a partir de su trabajo en la isla Lihir (Papúa-Nueva Guinea).

Desde 2010, cuando estuvo en Lihir, ha desarrollado un tratamiento efectivo contra el pian, una infección tropical provocada por bacterias que afecta la piel, huesos y articulaciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye esta infección en la lista de enfermedades tropicales desatendidas. Es decir, que es una infección frecuente en los países poco desarrollados, que no recibe la atención necesaria.

Mitjà ha recibido varios premios. El año 2016 fue proclamado Català de l’Any (entregado por el diario El Periódico) y, en 2017, recibió un galardón de las Naciones Unidas y el Premio Internacional Alfonso Comín, en reconocimiento a su trabajo por la paz.

Además, protagonizó el documental Donde acaban los caminos en el año 2015, para concienciar a la gente sobre la enfermedad y sus consecuencias. También ha hecho varias publicaciones en revistas científicas importantes de gran prestigio internacional como The Lancet .

¿Por qué decidió investigar sobre esta enfermedad?

Fue por casualidad. Yo fui a trabajar de médico en el hospital de la pequeña isla de Lihir, en Papúa Nueva Guinea, y el primer día me encontré un niño con esta enfermedad que yo no conocía porque no se habla de ella en los países del primer mundo. Los médicos locales me pusieron al día y me dijeron que en Papúa era muy frecuente, y que había muchos niños afectados, pero que no tenían medios para investigarla ni luchar contra ella. Fue entonces cuando decidí que era importante dedicarle mi tiempo.

¿Qué fue lo primero que se le pasó por la cabeza cuando descubrió la alternativa a las inyecciones contra el pian?

Hicimos muchos estudios y finalmente descubrimos que las pastillas del antibiótico llamado azitromicina eran tanto o más efectivas que la penicilina, y mucho más baratas y fáciles de administrar a los niños. Esto nos hizo sentir muy felices, ya que es una enfermedad muy dolorosa y hay muchos niños afectados que podríamos curar con estas pastillas.

Usted ha vivido con personas de Lihir. ¿Cuál es la mayor diferencia que ve entre las personas de allí y nosotros?

En realidad hay muchas diferencias porque estamos hablando de una cultura muy alejada y de un país poco desarrollado si lo comparamos con Cataluña, pero los habitantes de Papúa son muy honestos, educados y sencillos. Quizás son diferentes en las pequeñas cosas del día a día y las costumbres, pero en las cuestiones básicas todos buscamos lo mismo: una vida tranquila para nosotros y nuestros familiares. El único problema es que allí eso es mucho más difícil de conseguir.

¿Cómo vive usted en Lihir?

En la isla de Lihir trabajo como médico en el hospital y mi trabajo es de 6 de la mañana a 6 de la tarde, que es desde que sale el sol hasta que se hace de noche. Mi trabajo es investigar sobre el pian, coordinar las políticas de salud de las comunidades y también visitar pacientes de enfermedades infecciosas como el sida, la tuberculosis y la malaria, por ejemplo. Cuando se acaba el trabajo solo saco a pasear unos perritos que tenemos en la isla, voy a cenar y luego a dormir, porque no hay tiendas, ni cines, ni restaurantes, ni lugares de ocio en los que pasar el rato. Es una vida muy tranquila.

¿Qué es lo que más le sorprendió la primera vez que llegó a Lihir?

Lo que más me sorprendió es que todo es muy diferente de Barcelona. El aire es muy puro, la isla es muy verde, las playas son muy vírgenes y la vegetación llega hasta la misma arena blanca de las playas. Me sorprendió que la temperatura nunca baja de los 27-28 grados. Casi siempre estamos por encima de los 30. Y también me impresionaron las tormentas, que son mucho más largas e intensas que en el Mediterráneo y en ocasiones dan miedo.

¿Cómo lleva el hecho de dejar a gente aquí cada vez que se va?

La verdad es que ya hace casi 10 años que me voy muchos meses al año a vivir allí, así que ya estoy un poco acostumbrado. Soy una persona muy familiar, pero puedo mantener el contacto a través de las redes sociales y de las videollamadas. Además, en los últimos años mi pareja también trabaja en mi equipo, y eso hace que no esté tan solo, ya que podemos viajar juntos. De todas formas es una isla muy lejana y es cierto que te sientes un poco aislado de todos. Así que cuando llevas allí unas semanas ya nos morimos de ganas de volver a abrazar la familia y los amigos.

¿Tiene algún proyecto de futuro con su equipo?

Tenemos muchos proyectos en marcha con el equipo. El primero es poder erradicar el pian y, en paralelo, estamos empezando a desarrollar programas para combatir otras enfermedades relacionadas con la pobreza como la lepra. Además, también nos estamos involucrando en enfermedades que son más frecuentes en el primer mundo como la sífilis.

¿Cómo definiría usted las enfermedades invisibles?

Las enfermedades invisibles quizás no son las más graves, ni las más mortales, pero sí que son las más injustas, ya que las padecen comunidades sin recursos que se encuentran en zonas muy remotas y pobres. Estas personas dependen totalmente de la ayuda de países como el nuestro para poder tener salud -y tantas otras cosas, como agua, luz, carreteras, comida, escuelas, medicinas, etc.-, y muchas veces los tratamos con demasiada indiferencia y nos preocupamos por temas mucho más superficiales.

Artículo elaborado por estudiantes de la ESO y redactores del proyecto Revista Escolar Digital, una red de diarios escolares dirigidos y editados por alumnos

Junior Report impulsa una red de Revistas Escolares Digitales gestionadas por alumnos de secundaria. Conoce más sobre el proyecto aquí .