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Pi, el número inacabable

Historia de Pi

La primeras referencias al número pi se remontan al Papiro de Rhind, un documento con 4.000 años de historia

El Papiro de Rhind, del antiguo Egipto, contiene referencias al número pi.

Paul James Cowie / Wikipedia

El círculo es una forma geométrica que aparece en las primeras representaciones del mundo y ha atraído a los seres humanos desde sus orígenes. Es la misteriosa forma perfecta del Sol y la Luna, de nuestros ojos y de muchos otros elementos naturales.

El círculo y sus propiedades se han estudiado durante milenios. Y el número pi es un capítulo inseparable de este estudio, ya que es indispensable para cálculos geométricos básicos como el área o la circunferencia de un círculo.

Pi es la constante matemática que indica la relación entre la longitud de la circunferencia y su diámetro y suele resumirse en el número 3,14 (aunque sus decimales son infinitos).

Se trata de un valor fundamental para las matemáticas, la física y la ingeniería, como constataron algunas culturas hace ya 4.000 años.

El número pi en la antigüedad

Las primeras referencias al numero pi se remontan a las culturas del antiguo Egipto, donde calcularon que el valor aproximado de la constante era 3,160. En la antigua región de Mesopotamia, los científicos y astrónomos alcanzaron un valor de 3,125.

En el siglo III a. C. el matemático griego Arquímedes logró hacer un cálculo mucho más preciso del valor de pi. e ideó un método que se siguió utilizando durante siglos después de su muerte.

El método consiste en calcular el perímetro de un polígono regular inscrito y otro circunscrito en una circunferencia. Después se divide cada perímetro por el diámetro del círculo: pi es un número entre ambos resultados.

Cuantos más lados tengan los polígonos, más se acercará su perímetro al borde de la circunferencia. En los años posteriores a Arquímedes, otros matemáticos griegos lograron aproximar el valor de pi a 3,1416.

El ingenio de Arquímedes a través del tiempo

El número pi fascinaba a matemáticos de todas las culturas. En paralelo a los griegos, estudiosos chinos, indios e islámicos buscaban aproximaciones cada vez más precisas de la constante.

Durante siglos, el sistema ideado por Arquímedes propició el descubrimiento de más decimales de pi. Solo tenían que ampliar el número de lados de cada polígono para ajustarse al valor real.

El matemático chino Liu Hui estimó el valor de pi en 3,14159 en el siglo III y Zu Chongzhi añadió dos decimales más en el siglo V.

Más de mil años después de la muerte de Arquímedes, en el siglo XVII, el matemático japonés Takebe logró calcular hasta 41 decimales de pi utilizando un polígono de 1024 lados.

Ordenadores al rescate

A partir de los siglos XVII y XVIII, como consecuencia de la revolución científica en Europa, creció el interés por las matemáticas y en especial por el número pi. En esta misma época empezó a utilizarse el símbolo π, que corresponde a la letra griega inicial de las palabras periferia y perímetro.

Gracias al trabajo de centenares de matemáticos profesionales y aficionados, a principios del siglo XX se conocían más de 500 decimales de pi.

Pero el mayor progreso ha ocurrido en los últimos 100 años, con el desarrollo de las computadoras y programas matemáticos que han permitido calcular el valor de pi con mucha precisión y en tiempo récord.

En 1949 un ordenador ENIAC obtuvo 2037 cifras y en 1966, una computadora IBM llegó a 250.000 decimales. En 2009 se superaron los dos billones y medio de decimales de pi con un superordenador y en la actualidad ya se conocen decenas de billones de decimales.

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