Más de 3 millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años, lo que supone alrededor del 7% de la población, según los últimos datos de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
A raíz de la crisis económica y las sanciones internacionales, la pobreza se ha extendido y afecta a más de la mitad de la población. Los venezolanos empezaron a salir del país en 2017 y el pasado año se aceleraron. Hasta el punto de que un promedio de 5.500 personas abandonan el país cada día.
Los refugiados y migrantes venezolanos huyen de la violencia, la inseguridad, las persecuciones políticas por parte del gobierno, el desempleo, la crisis alimentaria y la falta de medicinas y productos básicos.
Dónde van los refugiados venezolanos
La mayoría de venezolanos que han emigrado han optado por quedarse en Latinoamérica. Alrededor de 2,4 millones de migrantes y refugiados han huido a países vecinos en Sudamérica y llegando hasta el Caribe.
El país que más refugiados y migrantes ha acogido es Colombia: más de un millón de venezolanos han cruzado la amplia frontera entre Venezuela y Colombia debido a la proximidad y la posibilidad de llegar a pie.
El segundo país que más venezolanos ha acogido es Perú, con más de medio millón, y Ecuador, con más de 220.000. En cambio, a pesar de ser el país más grande del continente, Brasil ha acogido a menos de 80.000 migrantes venezolanos (en parte por la diferencia de idioma y en parte por las políticas de derechas del gobierno Bolsonaro).
Los países de América Central y el Caribe también han registrado un aumento en el número de llegadas de refugiados.
El resto de migrantes venezolanos, unos 600.000, se han desplazado a otras regiones. En España, por ejemplo, hay unos 200.000 venezolanos según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Malas condiciones en el camino y a la llegada
Los largos trayectos y las dificultades que los migrantes encuentran por el camino dificultan aún más el viaje y la posibilidad de encontrar un nuevo hogar.
Según un estudio de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el 85% de los migrantes no tiene dinero para pagar el viaje o permitirse un alojamiento, la mayoría no tienen acceso a agua potable durante el trayecto y solo el 15% lleva alimentos suficientes.
Sin embargo, los refugiados no solo se enfrentan a obstáculos durante el camino sino también cuando llegan al país de acogida.
Las ONG y agencias de refugiados como ACNUR han denunciado numerosos casos de ataques físicos y verbales contra venezolanos en América Latina.
Estas organizaciones piden a las autoridades y a la sociedad que actúen ante estas situaciones, para denunciar la xenofobia y acoger a los migrantes con solidaridad y tolerancia.
Además, exigen que se respete el derecho de los refugiados a no ser deportados forzosamente de regreso a Venezuela, ya que algunos correrían peligro porque pertenecen a movimientos opositores perseguidos por el gobierno.
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