Adiós al derroche hídrico: la impresión digital transforma la moda

Sector textil

El impacto ambiental del sector textil obliga a concebir soluciones imaginativas, como recurrir a la impresión textil digital o a la tecnología Dry Fiber, ambas desarrolladas por Epson

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Para demostrar las ventajas de la tecnología Dry Fiber, el diseñador japonés Yuima Nakazato se desafió a sí mismo a aplicar este método a sus recientes creaciones

Entramos en una tienda de ropa y descubrimos unos vaqueros que nos gustan. Nos los probamos y comprobamos que nos quedan como un guante. Parecen hechos a nuestra medida. Pero si nos fijamos en su trazabilidad, descubriremos otros aspectos no tan positivos como que para fabricarlos se necesitan casi 4.000 litros de agua, una cantidad suficiente para llenar unas cincuenta bañeras.

La industria textil se ha desarrollado tradicionalmente alrededor de las vías fluviales, que han proporcionado transporte, energía para las fábricas y fuentes de agua para la producción. Pero lo que ha supuesto una ventaja industrial ha generado contaminación y un enorme desperdicio de agua. A medida que el sector seguía creciendo, el coste ambiental, sobre todo en relación con la huella hídrica, se ha convertido en un tema crucial que amenaza la sostenibilidad del planeta.

El diseñador japonés Yuima Nakazato presentó en la Semana de la Alta Costura en París creaciones con tejido impreso con el método Dry Fiber

El diseñador japonés Yuima Nakazato presentó en la Semana de la Alta Costura en París creaciones con tejido impreso con el método Dry Fiber

©FRANCESC TEN, YUIMA NAKAZATO COUTURE_FW25

Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, la producción textil es la tercera mayor fuente de degradación del agua y el uso de tierras. Asimismo, investigaciones de Epson demuestran que el agua utilizada para abastecer el vestuario promedio de un ciudadano europeo asciende a 817.131 litros. En general, se estima que la producción de ropa causa el 20% de la contaminación global del agua limpia. También genera 270 kg de emisiones de CO2 por persona en la Unión Europea. Según el Servicio de Investigación del Parlamento Europeo, en la actualidad, solo el 1% de las prendas son recicladas.

Innovar por la sostenibilidad

Ante esta situación, ¿qué puede hacer la industria textil? Sin duda, la decisión más importante es adoptar una visión innovation to zero, para crear, con ayuda de la tecnología, un producto lo más perfecto posible en todas sus dimensiones, desde la estética y el rendimiento a su relación con el medio ambiente.

El objetivo esencial es hallar una tecnología que reduzca el enorme desperdicio de agua asociado a los métodos tradicionales de fabricación de ropa. Cambios en el tratamiento previo y posterior de los tejidos para impresión puede contribuir a reducir significativamente este consumo. Algunas impresoras digitales modernas, como la Monna Lisa ML-13000 de Epson, que utiliza tinta pigmentada, simplifican el proceso, reduciendo el uso de agua hasta en un 97%, en comparación con la impresión tradicional a base de agua.

La impresión digital y la tecnología Dry Fiber son dos ejemplos que confirman que, adoptando el concepto de 'innovation to zero', podemos hacer el sector textil mucho más sostenible

La impresión textil digital permite la producción bajo demanda, lo que contribuye a eliminar el malbaratamiento de agua y textiles asociados, unido a los procesos analógicos tradicionales que no soportan tiradas de impresión cortas. Como las impresoras digitales son compactas, pueden ubicarse allí donde se necesiten. Esto acorta las cadenas de suministro y asegura la producción cerca del lugar de consumo, reduciendo el transporte para que la ropa entre en los armarios de los consumidores mientras está en su pico de popularidad, y siempre en los volúmenes necesarios.

La impresión digital de Epson es solo una de las tecnologías que están ayudando a la industria textil a adoptar un nuevo modelo más sostenible. Otra importante es la tecnología Dry Fiber de Epson para textiles. La compañía está desarrollando un prototipo que descompone la ropa usada y los restos de las fábricas en fibras base para convertirlas en nuevos tejidos. Si su uso consigue extenderse, esto ayudará a resolver dos de los principales problemas del sector: el enorme volumen de agua necesario para la producción y el bajo porcentaje de reciclaje.

La impresora digital Monna Lisa ML-13000 de Epson utiliza tinta pigmentada, ayudando a simplificar el proceso y reducir el uso de agua hasta en un 97%.

La impresora digital Monna Lisa ML-13000 de Epson utiliza tinta pigmentada, ayudando a simplificar el proceso y reducir el uso de agua hasta en un 97%.

Epson

Para demostrar las ventajas de la tecnología Dry Fiber, el diseñador japonés Yuima Nakazato se desafió a sí mismo a aplicar este método a sus recientes creaciones. Producido a partir de prendas usadas adquiridas en África, el tejido fue impreso e incorporado a las obras presentadas en la Semana de la Alta Costura en París. Esta tecnología ha permitido seguir un proceso de producción con un menor impacto ambiental, que se beneficia de la circularidad de los materiales, ofreciendo ropa personalizada de alta calidad.

La impresión digital y la tecnología Dry Fiber son dos ejemplos que confirman que, adoptando el concepto de innovation to zero, podemos reimaginar el sector textil haciéndolo mucho más sostenible. La próxima vez que descubramos unos vaqueros ideales, merece la pena que nos molestemos en averiguar cómo han sido producidos para confirmar si son tan perfectos como parecen.

La necesidad de luchar contra el desperdicio hídrico, un asunto prioritario

¿Por qué consume la industria tanta agua? El desperdicio hídrico comienza con las materias primas. La mayoría de textiles se fabrican a partir de algodón, una fibra textil vegetal que consume más agua que cualquier otro cultivo. Cada kg de algodón cultivado supone un consumo entre 7.000 y 29.000 litros de agua. En contraste, la misma cantidad de granos de cereal solo requiere unos 1.000 litros.

A esto hay que añadir los grandes volúmenes de agua que requiere el proceso de fabricación. El algodón debe ser blanqueado, teñido, impreso y enjuagado constantemente. Cada kg teñido necesita hasta 150 litros. Lavar la ropa, particularmente los vaqueros, para darles el aspecto atractivo que consigue llamar nuestra atención, aumenta aún más el desperdicio. La solución a esta situación pasa, pues, por concebir nuevas soluciones desde una perspectiva innovation to zero.

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