Europa avanza hacia una sociedad sin apenas niños. El retroceso de la natalidad iniciado en la década de los 60, lejos de frenarse, se acelera. En 2023 nacieron en la Unión Europea 3,67 millones de bebés, un 5,4% menos que los nacidos en 2022, lo que supone el mayor descenso anual registrado desde 1961.
Los nacimientos de 2023 son la mitad de los que se registraron en 1964, el año en se registró el total anual más alto: 6,8 millones de niños. Desde ese máximo, la natalidad europea fue disminuyendo a un ritmo relativamente constante hasta registrar un mínimo de 4,36 millones de nacimientos en 2002, momento en el que pareció iniciarse una modesta recuperación hasta llegar a los 4,68 millones de niños en 2008. A partir de ese momento la tendencia general ha ido a la baja salvo con tres excepciones: en 2014, 2016 y 2021 se contabilizaron ligerísimos aumentos respecto al año precedente, según constatan las estadísticas reunidas por Eurostat.
Lo cierto es que la tasa bruta de natalidad (el número de bebés nacidos vivos por cada mil habitantes) ha caído a la mitad en solo seis décadas. Del 16,4 de 1970 se pasó al 12,8 en 1985, al 10,5 en el 2000 y al 8,2 en 2023, último año que acaba de publicar Eurostat.
Todo ello porque cada vez son menos los europeos que tienen hijos y, además, aquellos que se animan a tenerlos tienen menos. La tasa de fecundidad total en 2023 fue de 1,38 nacidos vivos por mujer, frente a 1,46 en 2022.
Y esa es la media europea, porque en países como Malta es de tan solo 1,06. La segunda tasa de fecundidad más baja corresponde a España (1,12) y la tercera, a Lituania (1,18). Por contra, Bulgaria (1,81), Francia (1,66) y Hungría (1,55) son los países con las tasas de fecundidad más altas, si bien están muy alejadas del nivel de reemplazo -del número medio de nacidos vivos por mujer necesario para mantener constante el tamaño de la población en ausencia de migración-, que se estima en 2,1.
El retraso de la maternidad continúa
La media europea ya ronda los 30
Otra de las tendencias que constatan las estadísticas sobre natalidad difundidas hoy por Eurostat es que la tasa de fecundidad ha disminuido especialmente entre las europeas menores de 30 años, mientras que ha aumentado entre las más mayores porque las mujeres posponen la maternidad.
Las mujeres que dieron a luz a su primer hijo en 2023 tenían de media 29,8 años, pero en el caso de Italia la media se acerca ya a los 32 y en Irlanda y España pasa de los 31. En cambio la edad media más baja se da en Bulgaria (26,9) y Rumanía (27,1).

Finlandia fue el país de la UE con mayor porcentaje de nacimientos de un cuarto (o más) descendiente en 2023
Por otra parte, las estadísticas también reflejan la tendencia creciente a los hijos únicos. El 46,4% de los niños nacidos en la UE en 2023 lo fueron de madre primeriza, y ese porcentaje excede de la mitad en Luxemburgo, Portugal, Malta y España.
Sólo un tercio de los nacimientos correspondieron a segundos hijos, alrededor de una octava parte (12%) a terceros hijos, y el 6% restante a cuartos o posteriores.
Los países con una mayor proporción de familias que se atreven con el cuarto o más hijos fueron Finlandia (9,7%), Eslovaquia (9%) y Rumanía (8,6%).
Por lo que respecta al impacto de las migraciones en la natalidad europea, el 23% de los niños nacidos en la UE tenían una madre nacida en otro país, europeo o no. Ese porcentaje se dispara en Luxemburgo, donde dos tercios de los niños tenían una mamá nacida fuera del país, y en Chipre, donde representan el 41% de nacimientos. En cambio, en 97% de los bebés nacidos en Bulgaria y Eslovaquia eran de madres nacidas en el país.