El año pasado nacieron en España 320.656 niños, un 25% menos que en 2013. Así se desprende de informe de Indicadores Demográficos Básicos de 2023 que hoy ha publicado el INE, que constata el declive de la maternidad en España: hay menos mujeres que deciden ser madres y, las que lo hacen, tienen menos hijos.
El número medio de hijos por mujer registró el año pasado un nuevo mínimo histórico: 1,12, muy lejos del 2,1 en que los expertos sitúan la tasa de fecundidad de reemplazo, la mínima necesaria para que una población cerrada se mantenga en el tiempo. En el caso de las madres españolas la distancia es aún mayor, con una media de tan solo 1,09 hijos por mujer, y la fecundidad de las extranjeras también va a la baja -no ha dejado de descender desde 2016- y se sitúa ya en 1,28.
Uno de los múltiples factores socioeconómicos que explican esta reducción del número de hijos es el retraso en la edad de la maternidad. El año pasado la edad media se mantuvo en 33,1 años para las madres españolas y en 30,5 años para las extranjeras, pero el número de nacimientos de madres que pasan de los 40 años no deja de crecer. En los últimos diez años han aumentado un 19%. Si en 2013 los alumbramientos de mujeres de 40 y más años suponían el 6,8% del total, en 2023 ya rondaban el 11%.
Las estadísticas denotan también el creciente peso de la población inmigrada. Más del 31% de los niños que nacieron el año pasado lo hicieron de una madre que había nacido el extranjero (frente al 29,5% en 2022), si bien ese porcentaje baja al 24,4% si el foco se pone en su nacionalidad, dado que algunas de esas madres ya han adquirido la española.
Este declive continuado de la natalidad supone que España acumule ya siete años consecutivos con un crecimiento vegetativo negativo de la población residente. Es decir, siete años en que han fallecido más residentes que los que han nacido.
Y ello a pesar de que la mortalidad ha ido a la baja tras el fuerte repunte provocado por la covid en 2020. Durante 2023 fallecieron en España 436.124 personas, el 6,1% menos que un año antes. El descenso fue especialmente pronunciado en el caso de la población de 85 a 89 años, un colectivo en el que fallecieron un 12% menos hombres y un 10% menos mujeres que en 2022.
La esperanza de vida crece
Esta evolución de la mortalidad ha permitido que la esperanza de vida volviera a crecer: la de los hombres en 0,75 años (y ya se sitúa al nacer en 81,11), y la de las mujeres el 0,60 (hasta 86,34). En 2023 también aumentó la esperanza de vida a los 65 años. Quienes cumplieron esa edad en 2023 pueden esperar vivir, de media, 19,65 años más si son hombres y 23,49 años en el caso de las mujeres.
Matrimonios
Otra de las realidades que muestran los indicadores del INE es que cada vez hay menos personas que se casan y, las que lo hacen, lo hacen más tarde. En 2023 se registraron 172.430 matrimonios, un 3,7% menos que en 2022 -que ostenta la cifra más alta de la última década- y la tasa bruta de nupcialidad se sitúo en 3,5 matrimonios por cada mil habitantes.
En cuanto a la edad media de quienes contrajeron matrimonio el año pasado, subió tres décimas y se situó en 39,6 años para los hombres y en 36,9 para las mujeres.
Los matrimonios entre personas del mismo sexo suponen el 4% del total y, en 2023, el 53,3% de ellos fueron de mujeres.