Barcelona, 3 feb (EFE).- Albert Ollé, propietario del fondo Lioness Inversiones que adquirió en 2021 la Casa Orsola del Eixample de Barcelona, ha denunciado este lunes en una carta abierta haber recibido “insultos y ataques” y ha valorado vender la finca tras la polémica por el intento de desahucio a uno de sus inquilinos.
Los vecinos de la Casa Orsola denuncian que la nueva propiedad les quiere echar al finalizar sus contratos para “hacer alquileres de temporada”, al triple del precio que ellos pagan.
El pasado viernes, Josep Torrent, un profesor de 49 años que lleva 22 viviendo en el edificio, iba a ser desahuciado, pero finalmente una concentración de cientos de personas convocada por el Sindicato de Inquilinos impidió que la comisión judicial ejecutara la orden judicial y, tras anunciar un segundo intento para la madrugada de este martes, finalmente se ha pospuesto hasta el 18 de febrero.
“Después de recibir todo tipo de insultos y ataques, supongo que finalmente terminaré vendiendo la finca”, ha explicado Ollé en su carta, hecha pública el mismo día en que se ha aplazado el segundo intento de desahucio de Torrent hasta las 09.30 horas del martes 18 de febrero.
El empresario barcelonés ha destacado que, cuando esto ocurra, es posible que los inquilinos se encuentren con un “auténtico buitre” que “no tendrá ningún interés en preservar el patrimonio ni en encontrar acuerdos”.
“Yo, en cambio, sólo quería mantener sosteniblemente un edificio modernista que forma parte de la historia de Barcelona”, ha dicho.
En la carta, Ollé ha interpelado a Torrent, acusándole de dirigirse al Sindicato de Inquilinos antes que negociar con la propiedad: “Ahora, después de más de tres años de confrontación, él ha conseguido ser el héroe y yo, según parece, el buitre criminal”, ha señalado.
Por el contrario, ha asegurado que todos los inquilinos que se dirigieron directamente al fondo de inversión “encontraron una solución”.
“Por ejemplo, la señora Josefa (que en paz descanse) renovó su contrato por 450 euros mensuales, pero de eso no se habla. Tampoco se dice que otro vecino, después de ser pillado introduciendo okupas en la finca, recibió una renovación del contrato cuando su padre, avergonzado, intercedió por él”, ha subrayado Ollé.
Sin embargo, ha apuntado que durante estos tres años el edificio ha sido objeto de “campañas de desprestigio, okupaciones ilegales e incluso actos vandálicos”, y ha acusado a los vecinos que no se han dirigido a Lioness Inversiones para negociar de “instrumentalizar” la vulnerabilidad.
En la carta, Ollé también ha agradecido al Síndic de Greuges de Barcelona y al ayuntamiento de la ciudad su voluntad de “propiciar un diálogo para encontrar soluciones”, aunque ha indicado que ésta llega “un poco tarde”. EFE
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