Una alternativa a la vía judicial para resolver los conflictos entre consumidores y empresas

Agència Catalana del Consum

La mediación y el arbitraje de consumo permiten resolver las reclamaciones de los consumidores cuyo procedimiento es voluntario, ágil, sencillo, gratuito, objetivo e imparcial

Mediació

La mediación y el arbitraje de consumo permiten resolver mejor los conflictos 

Archivo Clariana

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La Agència Catalana del Consum, del Departament d'Empresa i Treball, ofrece una alternativa a la vía judicial para resolver problemas derivados de la actividad comercial entre empresas y consumidores cuando se compra un producto o se contrata un servicio.

Estos mecanismos alternativos de resolución de conflictos son la mediación y el arbitraje de consumo, que permiten resolver las reclamaciones de los consumidores mediante un procedimiento voluntario, ágil, gratuito, imparcial y confidencial.

La mediación y arbitraje ofrecen ventajas y beneficios tanto para los consumidores como para las empresas. Las empresas y los profesionales que eligen resolver las cuestiones por esta vía proyectan entre su clientela una actitud de credibilidad, confianza y tranquilidad. Y los consumidores por su parte, al elegir empresas que aceptan esta forma de resolver los problemas obtienen la garantía y el compromiso de que la parte comercial se avendrá a resolver los conflictos que se puedan producir.

Mediación: un proceso sencillo

La mediación es un proceso sencillo, que consiste en ayudar a ambas partes a acercar posiciones y encontrar una solución acordada o, dicho de otro modo, una solución amistosa pactada entre el consumidor y la empresa, de forma totalmente libre y sin ninguna tipo de imposición. Si esta vía prospera, la reclamación se cierra con acuerdo por mediación.


Arbitraje: de obligado cumplimiento

En el caso del arbitraje, al ser también una vía voluntaria, es necesario que la empresa esté adherida al sistema arbitral de consumo o bien acepte someter al arbitraje aquel caso concreto.

Al contrario de la mediación, cuando un caso se somete a arbitraje, la solución no se pacta libremente entre las partes, sino que existe un órgano arbitral que, tras escuchar a las partes y analizar las pruebas, opta por el lado de la empresa o por el del consumidor y toma una decisión que es de obligado cumplimiento. Esta decisión se materializa en un documento que recibe el nombre de laudo arbitral y que tiene exactamente el mismo efecto que una sentencia judicial.

Por tanto, cuando un caso se resuelve por arbitraje, ya no es posible recurrir a la vía judicial.

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Una solución a los conflictos entre empresas y consumidores 

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Más información en consum.gencat.cat

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