Centenares de víctimas de una estafa piramidal con criptomonedas a escala global demandarán una veintena de futbolistas y exfutbolistas por hacer propaganda, según una investigación que publica El Diario.
La empresa llamada Omegapro embolsó 3.000 millones de euros con la promesa de una rentabilidad de un 300% en tan solo 14 meses para invertir en criptomonedas. Lo consiguieron a través de una campaña de márketing agresiva en la cual participaron jugadores de alto nivel.
Los jugadores señalados
Los futbolistas que hicieron publicidad fueron Vinicius, Ronaldinho, Kaká, Luis Figo, Iker Casillas, Roberto Carlos y Fernando Hierro, entre otros, según el boletín. Algunos participaron en actos de promoción de este fraude internacional y otros lo publicitaron en las redes sociales.
Tres de los principales responsables de la compañía han acabado en la prisión, aunque todavía hay dos fugitivos. Ahora, un abogado que representa a las víctimas asegura que llevarán ante el juez a los futbolistas y exfutbolistas profesionales que, por ejemplo, compartieron mensajes en las redes hablando del proyecto o participaron en partidos de exhibición para promocionarlo.
Los reguladores de varios países (también los del estado español) ya habían advertido que no era una empresa de fiar. El fraude ocurrió durante el 2022, y la Comisión Española del Mercado de Valores ya había añadido Omegapro a su lista de negocios financieros poco transparentes dos años antes, en el 2020.
Las víctimas confiaban por la participación de celebridades
El Diario ha entrevistado a una veintena de víctimas de esta estafa a escala global, media docena de ellas en España, y también antiguos trabajadores de la estafa piramidal. Todos los estafados admiten que los grandes actos que hacía la empresa, así como la participación de celebridades, los hicieron confiar en el proyecto.
¿“Cómo tenía que ser una estafa? ¡Si estaban metidos los futbolistas y el logo de la empresa se proyectó en el rascacielos este de Dubái!”, se pregunta Dolores, una de las víctimas, que perdió los 18.000 euros que ahorró durante años encadenando trabajos precarios.