Esterri de Cardós, un municipio de 61 habitantes en el Pallars Sobirà, es una suerte de banco de pruebas de un modelo de gestión forestal impulsado por Projecte Boscos de Muntanya, que pone el foco en el aprovechamiento de la madera extraída para proyectos de bioingeniería del paisaje y en la recuperación del hábitat del urogallo pirenaico. Esta entidad sin ánimo de lucro consigue implicar cada año a unos 400 voluntarios en actuaciones para la mejora de bosques de los parques naturales del Alt Pirineu y de Les Capçaleres del Ter i Freser.
Los resultados de su especialización en bioingeniería del paisaje pueden verse en Esterri de Cardós, donde se ha iniciado la estabilización de un talud utilizando troncos de pino negro, y en Port Ainé, también en el Pallars Sobirà. En dicha estación de esquí ya han consolidado 300 metros de un barranco mediante la fijación de muros con madera de la zona.
El papel de los voluntarios, que invierten una semana en este tipo de labores, es muy valioso, destaca el fundador y director de Boscos de Muntanya, el ingeniero forestal Andreu González. También lo es la complicidad de los 1.200 donantes que han aportado este 2024 más de 100.000 euros, una tercera parte del presupuesto anual de la oenegé nacida hace 17 años. El resto procede a partes iguales de subvenciones y de lo que facturan por sus trabajos.
El proyecto CustForest promueve la mejora de los hábitats en los que cría y habita el urogallo pirenáico
Este verano, han empezado un ambicioso proyecto, CustForest, junto con la Xarxa de Conservació de la Natura y el CREAF, entre otras organizaciones, con la voluntad de demostrar que una gestión de entornos naturales que implique a todos los actores locales es la vía para generar beneficios económicos, asentar a gente en territorios con poca población, proteger especies amenazadas y minimizar el riesgo de incendios devastadores. Projecte Boscos de Muntanya tiene un acuerdo de custodia con el ayuntamiento de Esterri de Cardós para ocuparse del bosque comunal; hasta el momento han actuado en unas 40 hectáreas, 20 de las cuales son pastos. González precisa que los prados y los caminos que se han recuperado son de apoyo a la ganadería extensiva; Esterri de Cardós acoge rebaños de caballos, vacas, cabras y ovejas. También se han instalado abrevaderos de madera en localizaciones estratégicas de la montaña.
En enclaves con pinares muy densos una de las prioridades es generar espacios abiertos que faciliten la penetración de la radiación solar y el crecimiento de plantas, como el arándano, de cuyos frutos se alimenta el urogallo pirenaico, ave incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de “Vulnerable”. En las zonas de cría se reducirá la densidad arbustiva para favorecer el movimiento de estos animales.
“Lo que buscamos es innovar, por eso promovemos un escuela de bioingeniería del paisaje, enseñar cómo la naturaleza puede aportar soluciones. Prevemos que funcione a partir de la próxima primavera con tres cursos, para operarios, para directores de obra y para calcular estructuras. Queremos que este proyecto sea un modelo de inspiración para otras zonas”, explica González. CustForest culminará en el 2025 y dejará en el territorio la finalización del talud de Esterri de Cardós con madera KM0 procedente de los trabajos para mejorar los bosques en los que habita el urogallo.
La entidad prevé poner en marcha una escuela de bioingeniería del paisaje, la próxima primavera
Projecte Boscos de Muntanya, con sede en Llavorsí, está integrada en la fundación Bergwaldprojekt, nacida en Suiza en 1987 y que opera también en Austria y Alemania. El reto es que cale el mensaje de los beneficios que proporciona el bosque, avanzar en su gestión a la vez que contribuir a la revitalización de los pueblos de montaña que llevan décadas perdiendo población.