La obesidad se ensaña con los niños más vulnerables

Estudio Aladino

Casi la mitad de los pequeños de entre 6 y 9 años de familias con ingresos inferiores a los 18.000 euros tiene exceso de peso 

Overweight teenage boy

Los niños con menos recursos hacen menos ejercicio y pasan más tiempo frente a las pantallas

Getty Images

Avance de los resultados del estudio Aladino 2023, que se realiza cada cuatro años y que tiene como objetivo conocer la prevalencia de sobrepeso y obesidad de los niños de entre 6 y 9 años y los datos revelan la tendencia a la baja iniciada hace más de una década, aunque los porcentajes siguen siendo muy altos: el 36% de los pequeños tiene exceso de peso (20,2% sobrepeso y 16% cuatro puntos menos que el último estudio (2019) y ocho menos que en el 2011.

Pero lo que parece una buena noticia no lo es tanto. Porque la obesidad y el sobrepeso son unos de los principales determinantes de la situación ponderal, instalándose en los niños de familias con menos recursos y reduciéndose de manera clara a medida que estos ingresos aumentan. 

Aquí algunos datos: El 46,7% de los niños cuya familia ingresa menos de 18.000 euros al año tiene exceso de peso (obesidad y sobrepeso), diez puntos más que los pequeños de familias con ingresos de entre 18.000 y 30.000 euros y 17 puntos más que los niños en hogares con más de 30.000 euros.

Pero donde las diferencias son más notables es en la obesidad: el porcentaje de niños vulnerables obesos es más del doble que el de pequeños obesos de familias con ingresos alto, 26,3% frente al 10,9%.

El estudio Aladino, que se realiza cada cuatro años y que sigue las directrices que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), no sólo se centra en el peso de los niños, también en sus hábitos. No en vano la muestra es extensa, 12.678 escolares de entre 6 y 9 años, distribuidos en casi 300 colegios de toda España.

Entre los factores asociados al exceso de peso, destacan los hábitos alimentarios. Y se comprueba que el 30% de los escolares no desayunan o desayunan una bebida. Y, de nuevo, es en las familias con rentas más bajas donde esto ocurre con más frecuencia.

Los niños con menos recursos desayunan peor y comen menos fruta y verduras

Además, los niños más vulnerables consumen menos fruta y, sobre todo, menos verduras que los que viven en hogares con más recursos. Y beben de manera frecuente refrescos con azucar.

Pero no sólo es la manera de comer, también hay diferencias en la actividad física. Los niños vulnerables realizan menos actividades estraescolares que los de mayores infresos (64% frente al 88%) y pasan más tiempos frente a las pantallas. Tres de cada 10 escolares están expuestos a más de dos horas diarias de tiempo de pantalla. En el caso de los hogares con menos nivel de renta, el porcenta duplica al de hogares con mayor nivel de renta (41,4% frente a 22,8%).

¿Qué hacer ante este panorama? El ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, ya están trabajando en el decreto de comedores escolares, que estará en breve. “Vamos a impulsar que esa alimentación en los centros educativos incluya un componente esencial de productos de temporada y favorezca la compra directa de nuestros campos a los comedores escolares”, señala el ministro. El objetivo de este decreto es garantizar que los niños tengan cinco comidas a la semana equilibradas y sanas, ha explicado.

Además, también quiere retomar otra iniciativa del anterior ministro Alberto Garzón, que es prohibir la publicidad de alimentos y bebidas insanos dirigidos a los menores. Esta norma está en un cajón porque Agricultura, según explicó en su día Garzón, se niega a que salga adelante.

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