Meta deberá responder ante la justicia por los daños psiquiátricos que arrastra un moderador de contenido que trabajaba en Barcelona para una de sus subcontratas. El denunciante, un joven brasileño que filtraba contenido de extrema violencia en Facebook e Instagram empleado por la empresa CCC Barcelona Digital Services, en la torre Glòries, solicita al juez ampliar la querella que presentó contra su empleador directo e incluir a Meta Platforms Ireland Limited, la sede europea de la empresa de Mark Zuckerberg en Irlanda.
El escrito de ampliación de querella –que se presentará hoy ante el juzgado de instrucción número 29 de Barcelona y al cual ha accedido La Vanguardia– argumenta que es la gran tecnológica la que en realidad fijaba las condiciones de su puesto de trabajo e imponía las “exigencias de calidad y productividad insostenibles” que le provocaron graves trastornos psicofísicos.
El demandante dice que aunque no era empleado directo de Meta, la empresa era la que fijaba sus condiciones laborales
El pasado febrero, el mismo juzgado admitió a trámite una demanda por daños y perjuicios contra las compañías CCC y Telus International, el grupo canadiense que compró hace cuatro años la empresa barcelonesa, y seis directivos. Es el primer proceso por vía penal en Europa contra una empresa vinculada a Meta; los procesos abiertos por moderadores de contenido en otros países se han circunscrito al ámbito laboral.
Los moderadores revisan fotos, vídeos y comentarios en redes sociales, a veces altamente sensibles.
Sin embargo, el juez rechazó entonces incluir a Facebook Spain SL, con sede en Madrid, como solicitaba la demanda inicial, al tratarse de una entidad independiente de Meta que se dedica únicamente a gestionar publicidad online para la matriz de Zuckerberg. El denunciante pide ahora que se incluya a la filial europea de Meta en Irlanda.
El escrito de ampliación se apoya en la declaración judicial que hizo en junio uno de los denunciados, el gerente de CCC, en las diligencias de instrucción que ha ido practicando el juez. José M. declaró que CCC cuenta con un departamento “que está en comunicación y recibe las directrices por parte de Meta” y que una vez al año alguien de la tecnológica viaja a las oficinas de la torre Glòries para realizar controles de calidad. El gerente afirmó asimismo que Meta exige a CCC que los moderadores mantengan unas tasas mínimas de acierto al clasificar el contenido del 85%. Si bajan de este nivel, pueden recibir hasta dos cartas disciplinarias y finalmente son despedidos.
“Las condiciones laborales de los moderadores de contenido y las exigencias de productividad, calidad y performance eran íntegramente establecidas e implementadas en los centros de trabajo por el grupo Meta –argumenta la solicitud de ampliación–. Estas políticas internas fijaron las condiciones de trabajo del querellante, incluyendo el visionado íntegro de vídeos violentos, las exigencias de calidad y de productividad, generando un ritmo inaguantable para dicho moderador de contenido, que intentó cumplir con los objetivos de su puesto, que fueron las causas de los daños psicofísicos generados al trabajador”.
Los moderadores son los encargados de revisar fotos, vídeos y comentarios que los usuarios cuelgan en las redes sociales y, basándose en las políticas de la empresa (Meta en este caso), decidir si deben ser retirados o no, un trabajo que les expone a contenido altamente sensible. Un reportaje de La Vanguardia publicado en octubre del año pasado destapó una enorme crisis de salud mental en la plantilla de CCC , donde entre el 20% y 25% de los empleados estaban de baja.
“Meta era conocedor del riesgo”
La solicitud de ampliación de querella subraya que “el grupo Meta era conocedor, al menos desde el año 2018, del riesgo psicosocial que conlleva el desempeño de la profesión de moderador de contenido”. Ese año, más de 11.000 revisores de Facebook con diagnósticos de síndrome de estrés postraumático o depresión presentaron una demanda colectiva en Estados Unidos contra la empresa. El proceso se saldó en el 2020 con un acuerdo por el que Facebook pagó una indemnización de 52 millones de dólares.
La demanda en Barcelona acusa a CCC, Telus y Meta de delitos contra los derechos de los trabajadores, de lesiones por imprudencia grave y contra la integridad moral, y solicita una indemnización de 150.000 euros para el extrabajador afectado. Se trata de P.S., un brasileño de 26 años que trabajó en CCC entre el 2018 y el 2020. Estaba asignado al “grupo de alta prioridad”, el equipo encargado de cribar el contenido más duro, por lo que debía visionar automutilaciones, decapitaciones, torturas o suicidios.
En enero, un juzgado de lo social de Barcelona dictaminó que las secuelas psiquiátricas que sufre P.S. son un accidente de trabajo y no una enfermedad común. La empresa ha recurrido.
El abogado del denunciante, Francesc Feliu, del despacho Espacio Jurídico Feliu Fins, representa también a otros 25 moderadores de CCC que sufren trastornos psicofísicos y han presentado denuncias ante Inspección de Trabajo.
