Salut quiere reforzar la atención en casa para mayores y crónicos para descargar a los hospitales
Atención domiciliaria
A partir del año próximo, se integrarán los cuidados sociosanitarios en más territorios además de en los siete en los que ya se viene haciendo
La unificación de la asistencia sanitaria y social para las personas mayores avanza: la experiencia de los siete territorios donde este año ya se llevó a cabo está siendo positiva y al año que viene se aplicará la integración a otros municipios y comarcas. Así lo han avanzado hoy los consellers de Salut y de Drets Socials, Manel Balcells y Carles Campuzano, respectivamente, durante su intervención en el IX Congreso Internacional de Dependencia y Calidad de Vida que la Fundación Edad&Vida ha celebrado en Barcelona y donde más de 600 profesionales han insistido en la necesidad de que la atención social y la sanitaria trabajen en equipo en materia de cuidados.
Balcells ha explicado que ello obliga a modificar el funcionamiento actual del sistema sanitario y priorizar los cuidados intermedios. “Hemos de avanzar para atender a las personas mayores y con patologías crónicas en casa, tanto si viven en su domicilio como en una residencia, y así descargar al sistema hospitalario y a las urgencias de este tipo de pacientes”, dijo. Y ha remarcado que para ello es imprescindible “una atención primaria más fuerte, más resolutiva y con más capacidad de atender a las personas allí donde vivan y de ir de la mano de los servicios sociales y de los ayuntamientos para atender los casos más vulnerables”.
Una de las dificultades es la equiparación salarial entre sanitarios y personal de servicios sociales
Campuzano ha precisado que esta coordinación de servicios ha de adaptarse a nivel local para responder a las necesidades que tiene cada territorio, y de ahí que las experiencias de integración se vayan extendiendo poco a poco en lugar de implantar un modelo único desde el Govern. Ahora bien, Salut Drets Socials continúan trabajando en la ley que permitirá crear la Agencia de atención integrada de Catalunya, “que será quien supervise globalmente e identifique y promueva las buenas prácticas” que se aplican en cada territorio y establezca quién y cómo ha de contratar esos servicios, según Campuzano.
El conseller ha explicado que cuestiones como la integración de los sistemas de información y las diferencias salariales entre el personal sanitario y de servicios sociales han ido retrasando la creación de esta agencia. “Desde el ámbito de Drets Socials hemos firmado un acuerdo con patronales y sindicatos para avanzar en la equiparación salarial, y aunque no se hará de un día para otro, habrá que tomar decisiones para reconocer a los profesionales que trabajan en servicios sociales y hacer atractivo ese nicho de empleo”, ha apuntado Campuzano.
Marco legislativo
El Govern va dando pasos en la creación de la Agència d'atenció integrada de Catalunya y trabaja en la ley que debe crearla
Balcells ha dicho que, a pesar de estas complejidades, la Agencia ha de ser el instrumento que permita gestionar y pagar una atención integrada. “Las personas necesitan un plan único de atención, porque ahora a veces se solapan el plan de asistencia social con el de salud; hemos de avanzar para tener un solo plan y un único gestor del caso que acompañe y coordine todos los recursos en torno a esa persona, se trate de alguien de enfermería, de un trabajador social, un referente de bienestar emocional, de fisioterapia...”, ha indicado.
Esta necesidad de integración de los servicios sociosanitarios en el marco de los cuidados de larga duración a personas mayores y dependientes ha sido una constante en las intervenciones y debates del IX Congreso de Dependencia y Calidad de Vida, en que el que se han analizado modelos pioneros de varios países europeos, entre ellos los de Finlandia, Reino Unido y la región de Flandes. Durante la jornada de hoy la filósofa Victoria Camps ha defendido que el cuidado debe convertirse en un derecho universal, pero también tiene que ser un deber de cuidar a los otros y subrayó la necesidad de profesionalizar a los cuidadores y de dotarles de una formación ética a la hora de afrontar una relación tan personal que se establece con personas vulnerables o en la etapa final de su vida.