El español Santiago Sánchez, preso en Irán tras ser detenido cuando visitaba la tumba de Mahsa Amini, ha trasladado a sus familiares y amigos que tiene la intención de comenzar una huelga de hambre en la cárcel en la que permanece desde su arresto —hace casi un año— sin que se hayan hecho públicos los cargos judiciales que pesan sobre él. Desde su entorno denuncian que se sienten “olvidados” por las autoridades españolas, mientras que el estado del aventurero encarcelado “es cada vez peor”.
Miguel Bergado, amigo de Sánchez, explica a La Vanguardia que solían hablar con Sánchez una vez a la semana, pero la frecuencia ha variado últimamente. “Ahora nos comunicamos cada día; notamos a Santiago muy, muy, cansado. El tiempo pasa y no vemos avances para que pueda volver a casa”, lamenta en conversación telefónica. En una de esas últimas llamadas Sánchez les ha trasladado que comenzará una huelga de hambre en la prisión iraní.
El aventurero español partió de Madrid el pasado año con el objetivo de llegar a Qatar, donde se celebró el mundial de fútbol. Su intención era recorrer de manera solidaria más de 6.000 kilómetros, pero no llego a su destino. Tras cruzar la frontera con Irán, que era el último país que atravesar, se desvió más de 300 kilómetros para acudir a la tumba de Mahsa Amini, la joven de 22 años que murió bajo custodia policial tras ser arrestada por llevar mal puesto el velo.
En aquel momento el país estaba envuelto en protestas contra los ayatolás por la muerte de Amini. Los allegados de Sánchez no se enteraron de que había sido detenido hasta tres semanas después.
El Ministerio de Exteriores, según fuentes diplomáticas, lleva meses realizando gestiones de manera muy discreta para lograr que Sánchez vuelva a España. Los avances, tal y como aseguran las mismas fuentes, se les comunican de manera puntual a la familia del preso. Los contactos han sido de alto nivel. El titular de Exteriores, José Manuel Albares, ha hablado en los últimos meses con su homólogo iraní para conseguir la liberación de Sánchez. El máximo representante de la diplomacia española espera un próximo gesto de Irán.
No obstante, los amigos del preso dicen estar “hartos” de esperar. Ven como pasan las semanas y ese supuesto gesto esperado por parte de Irán no llega. Por eso, no ven con malos ojos que Sánchez comience su huelga de hambre, pese a que se muestran “preocupados” por cómo puede el asunto, que se suma al empeoramiento de su estado de salud.