Dos décadas después de la ley contra la Violencia de Género que impulsó el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vuelve a abrirse un debate que parecía ampliamente superado: ¿existe la violencia machista?, ¿es lo mismo la violencia intrafamiliar (expresión alegal) que la violencia de género? Interrogantes puestos encima de la mesa tras la negación de la primera por la formación de ultraderecha Vox y que el PP, a tenor de los pactos alcanzados en determinadas instituciones, abona, contribuyendo a que se expanda la duda. Pero las respuestas son claras. Sí existe la violencia machista y no, no es lo mismo la violencia de género que la violencia doméstica.
¿Qué es violencia machista?
Pero, ¿qué es violencia de género? Esa agresión que tiene sus motivaciones “en las referencias culturales que llevan a entender que los hombres pueden controlar y dominar a las mujeres a través de sus imposiciones e, incluso, las agresiones con el objetivo de corregir o castigar los comportamientos de las mujeres que ellos consideren que no se adecuan a su rol, según estos varones interpreten y apliquen las referencias culturales machistas”, explica Miguel Lorente, forense y colaborador del Observatorio de la Violencia de Género y Doméstica del Consejo General del Poder Judicial.
De hecho, la perspectiva de género resulta un concepto jurídico “imprescindible”, y así lo hacen ver tanto leyes internas como convenios internacionales que España ha ratificado, como la Carta Social Europea o el Convenio de Estambul, recuerda la Asociación de Mujeres Juezas.
¿Qué es violencia doméstica?
¿Y la doméstica? Lorente contesta: es aquella que se produce dentro de la relaciones de convivencia como consecuencia de conflictos o problemas derivados de las dinámicas familiares, como pueden ser problemas de herencia, problemas económicos, uso de espacios o propiedades compartidas… No tiene una construcción cultural androcéntrica ni su objetivo es dominar o someter a nadie. Eso hace que cualquier miembro de la familia pueda actuar como agresor o ser víctima de esta violencia, ya que la razón de la misma no está en los roles asignados a las diferentes identidades, sino en los comportamientos de cada persona que interviene ante el conflicto familiar.
El porcentaje de asesinatos por violencia de género sobre el total de muertes en el ámbito de la pareja es del 94,2% (2022)
La violencia de género es una realidad avalada por los numerosos informes y sentencias del Tribunal Constitucional, el Supremo y el resto de tribunales, así como y, especialmente, el Observatorio de la Violencia de Género y Doméstica del CGPJ que lleva lustros estudiando ambos tipos de agresiones, con un resultado claro: sí hay violencia machista y no es comparable con la doméstica ni por las motivaciones ni por las dimensiones. El porcentaje de asesinatos por violencia de género sobre el total de muertes en el ámbito de la pareja es del 94,2% en el 2022. 50 mujeres asesinadas por sus exparejas en el 2021 (último informe detallado disponible), una cada siete días; 6 asesinatos de hombres a manos de sus mujeres, uno cada dos meses.
¿Y víctimas? Los últimos datos recogidos por el INE no dejan lugar a dudas. En el 2022, 33.209 mujeres fueron víctimas de la violencia de género frente a las 8.151 de violencia doméstica. De estas últimas, 3.202 son hombres y casi 5.000, mujeres (el 60,7%). En este último caso, la mayoría de las agresiones se producen de hijos a padres, el 37% (3.208); el 26,7% de padres a hijos (2.316) y el 26%, de un hermano a otro. Y se han denunciado 154 agresiones a los abuelos. En todos los tipos de violencia, los agresores condenados reciben sus correspondientes penas según la ley (36.161 hombres en el 2022 en el caso de la violencia de género; 7.022 en la doméstica).
Violencia doméstica: la mayoría de las agresiones se producen de hijos a padres (37%) y de padres a hijos (26%)
La dimensión de ambas violencias es evidente. Tanto, que hasta el magistrado del Supremo, Vicente Magro (ex senador del PP), no duda en calificar la violencia machista de “terrorismo de género”. Lorente cree que este debate sólo busca invisibilizar una realidad en favor de un machismo que se ha reactivado en los últimos años. “Negar la existencia de violencia de género se hace en países como Afganistán, pero hacerlo en el entorno de la UE y del Consejo de Europa supone desconocer profundamente los avances jurídicos internacionales en materia de género y de derechos humanos conseguidos a este lado del mundo”, señala Gloria Poyatos, presidenta de la Asociación Española de Mujeres Juezas.