“Te escupo la boca, te jalo el pelo; Te doy con el bicho y con el lelo / En el jet privado, un polvo en el cielo; Hoy quiero una puta, una modelo”. Son versos del puertorriqueño Bad Bunny en la canción ‘La Jumpa’, que va camino de los 350 millones de reproducciones en Spotify. Este éxito musical es una muestra más de la cosificación de la mujer en un tema de reguetón, un género que los últimos años se ha convertido en un fenómeno global.
En una sociedad cada vez más feminista, ¿es contradictorio defender los derechos de la mujer y a la vez cantar y bailar temas de reguetón con contenido machista? Es una cuestión compleja y sin respuesta clara, y más en un momento en que el movimiento feminista está en pleno debate interno.
Por otra parte, el reguetón lleva asociado un tipo de baile, el “twerking”, que se caracteriza por su explicitud, lo que a su vez genera más preguntas: ¿el cuerpo de la mujer se convierte en un simple producto sexual? Si una bailarina se presta libremente a aparecer en un videoclip ligera de ropa, ¿cuál es el problema?
En el videorreportaje de La Vanguardia que puedes ver sobre estas líneas, planteamos estas dudas a cuatro mujeres de distintas profesiones relacionadas con la música. Más allá de la contradicción que les suponen algunas canciones, consideran que hay que cambiar el foco: dejar de cuestionar qué hacen las mujeres y empezar a analizar la mirada del hombre sobre ellas.