“¡Señor, te amo!”El testamento de Benedicto XVI

“¡Señor, te amo!”El testamento de Benedicto XVI

Quién hizo de la búsqueda de la Verdad su lema vital más querido y quien escogió de lema episcopal “ Cooperatores Veritatis”, Joseph Ratzinger, al papa emérito Benedicto XVI, es quien a través del diálogo, la investigación y el magisterio intelectuales nos ha dejado un testamento espiritual clarificador sobre lo que ha vivido y nos quiere legar de sus fecundos 95 años. Siempre ha deseado “seguir la verdad y ponerse en su servicio”.

Estos días, tras su muerte y entierro en San Pedro del Vaticano, donde asistí en representación de Andorra, se han destacado muchos aspectos de su itinerario vital e intelectual, de su trabajo en la Doctrina de la Fe, de su pontificado y del silencio de su retiro espiritual después de su valiente renuncia a ejercer el ministerio petrino, cuando las fuerzas se agotaron. Con todo, está en las últimas palabras “ ¡Señor, te amo!”, dichas al Amigo que llega, y en su “ Testamento espiritual”, donde creo que encontramos la profundidad de lo que nos ha querido compartir de su búsqueda y su encuentro con Jesucristo como creyente, como teólogo y como pastor universal.

Nos habla de dar gracias a Dios, sin retórica ni empalagos

Nos habla de dar gracias a Dios, sin retórica ni empalagos: agradece el don de la vida y del acompañamiento, “porque me ha guiado en diferentes momentos de confusión; siempre me ha levantado cada vez que empezaba a resbalar y siempre me ha vuelto a dar la luz de su rostro”. Gracias por los padres y hermanos; por los muchos amigos, hombres y mujeres, que Él siempre puso a su lado; por los colaboradores en todas las etapas de su camino; y por los profesores y alumnos que Dios le ha dado. Y da gracias también por su bonita patria en los prealpes de Baviera, “donde siempre he visto brillar el esplendor del mismo Creador”. Igualmente por “toda la belleza que he podido experimentar en todas las etapas de mi viaje, especialmente en Roma y en Italia”. Sin excluir la demanda de perdón “a los que ha hecho daño de alguna manera”.

A todos los cristianos recomienda mantenerse firmes en la fe. Y, como buen maestro, no se puede privar de una última lección de vida: La ciencia (ciencias naturales e investigación histórica, exegética) no ofrece resultados irrefutables en contraste con la fe católica. Las aparentes certezas contra la fe, de hecho no son ciencia, sino interpretaciones filosóficas solo aparentemente amparadas en la ciencia. Por eso hace falta el diálogo para que la fe aprenda mejor el límite de sus afirmaciones. Y sostiene que ciencia liberal, existencialista y marxista “han sido vencidas por la razonabilidad de la fe en Jesucristo, que es realmente el camino, la verdad y la vida, y la certeza de que la Iglesia, con todas sus carencias, es realmente su cuerpo”. Y acaba el “ Testamento” pidiendo plegarias para que Dios “a pesar de todos mis pecados y carencias, me acoja en la estancia eterna”.

El Principado de Andorra y yo le estamos muy agradecidos: Benedicto XVI nos visitó en 2010 cuando fue a Barcelona para consagrar la Basílica de la Sagrada Família, donde todos los Obispados catalanes estamos representados, y la Diócesis de Urgell le está bien agradecida porque beatificó a nuestros presbíteros diocesanos mártires, mossèn Josep Tàpies y compañeros, me nombró arzobispo ad personam y fue decisivo para la firma del Acuerdo ( Concordato) entre el Principado de Andorra y la Santa Sede, entre otros.

Que Dios lo acoja en su Reino eterno y le dé el gozo celestial como un Pastor que ha sido bueno y fiel hasta la muerte.

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