Schiphol, en Ámsterdam, ha sido este sábado el epicentro de las protestas de activistas climáticos locales en su lucha contra la contaminación que emiten las aeronaves y por los ruidos que causan perturbando las vidas de muchos ciudadanos de los Países Bajos.
La plataforma Krimp Luchtvaart (reducir la aviación en neerlandés) había convocado una protesta de dos horas durante el mediodía en Schiphol Plaza, corazón del principal aeropuerto de los países bajos y cuarto del continente por número de pasajeros.
Pero lo que estaba llamado a ser una protesta en una zona pública, ha derivado en una situación no esperada: en otra área del aeropuerto, al este de las terminales de pasajeros y cerca de los hangares de mantenimiento de la compañía KLM, medio millar de personas han saltado las vallas y forzado las puertas del área de aviación general en donde aparcan jets ejecutivos, helicópteros privados y aparatos empleados como ambulancias aéreas.
Decenas de personas, algunas de las cuales se han identificado como activistas de Greenpeace y de Extinction Rebellion, se han encadenado a algunos aviones. Y otros pocos han circulado con sus bicicletas dentro del perímetro del aeródromo invadiendo, en algún caso, las pistas de rodaje con la clara intención de paralizar la zona y evitar cualquier despegue de jets privados.
La seguridad del aeródromo ha cerrado la pista 04-22, de 2.000 metros, usada preferentemente por los jets pequeños y medianos que operan en la terminal de aviación general del aeropuerto holandés, como es el caso del Pilatus, con matrícula de Luxemburgo, cuya tripulación y ocupantes se vieron rodeados por decenas de personas en una generalmente discreta plataforma apartada de los movimientos de las aerolíneas comerciales.
Los activistas de Greenpeace también se sentaron al pie de un avión militar de transporte: un Hercules de la Real Fuerza Aérea Canadiense que hacía escala en Ámsterdam. La Marechausse o gendarmería holandesa, encargada de la seguridad del aeropuerto y otras instalaciones clave del país, se movilizó y lo que inicialmente parecía un juego de persecución de policías a activistas montados en bicicleta, se tornó en una acción más severa a partir de las cuatro de la tarde, momento en que la acción policial se endureció dejando cerca de 300 detenidos.
En un comunicado, Greenpeace ha asegurado sentirse conmocionada por la violencia desmesurada aplicada por los cuerpos de seguridad a los miembros de su organización y ha reportado que al menos uno de los activistas detenidos habría sido herido de gravedad en la cabeza.
Por su parte, la EBAA, asociación europea de aviación de negocios, también quiso pronunciarse sobre lo ocurrido enfatizando su indignación con la protesta y denunciando que esta había afectado a un vuelo sanitario. Su portavoz, Roman kok, defendió al sector en declaraciones a la agencia NIS: “La gente suele pensar en los jets privados como los de los ricos y famosos que quieren ir a Ibiza, aunque gran parte de los servicios de este sector corresponden a vuelos médicos y repatriaciones”, indicó Kok.
Paralelamente, y para argumentar las razones de la acción, la portavoz de Greenpeace en los Países Bajos, Dewi Zloch, aseguró que el aeropuerto debería estar reduciendo sus movimientos de vuelo y que, sin embargo, está construyendo una nueva terminal. “La élite adinerada está utilizando más jets privados que nunca, que es la forma más contaminante de volar. Esto es típico de la industria de la aviación: no parece ver que está poniendo en riesgo a las personas al agravar la crisis climática. Esto tiene que parar. Queremos menos vuelos, más trenes y la prohibición de vuelos de corta distancia y los jets privados innecesarios”, clamó, insistiendo que estas protestas tendrán continuidad al estar plenamente justificadas.
Por su parte, el consejero delegado de la instalación, Ruud Sondag, indicó que los activistas son siempre bienvenidos en Schiphol, aunque sus acciones de protesta “tendrían que realizarse civilizadamente”. También indicó que el plan del aeropuerto, en lo que a la instalación se refiere, pasa por ser libre de emisiones en 2030 para transitar hacia una aviación climáticamente neutra en 2050. Argumentos que los activistas no creen, pues los conceptos de protestas y civilizadas suelen ser contradictorias y los términos en el camino hacia una aviación neutra, indican, son "una huida hacia adelante".
Los hechos de hoy en el principal aeropuerto de Países Bajos se suman al rosario de dificultades que la instalación ha afrontado este 2022: falta de personal, colas de varias horas para los viajeros, constantes pérdidas de equipajes, y retrasos crónicos repetidos durante meses.