Un total de 13.423 adictos comenzó un tratamiento para abandonar el consumo de drogas en Catalunya el pasado año, con lo que se recuperan los niveles anteriores a la pandemia (14.528 inicios de tratamiento en el 2019). El consumo que provoca mayor demanda de terapia es el de alcohol (43%), por delante de la cocaína (24%), el cannabis (14%) y la heroína (9%).
Los datos del informe anual del Sistema de Información sobre Drogodependencias de Catalunya señalan que el 54% de las personas que comienzan el tratamiento tiene más de 40 años. La estadística se invierte en el caso de los consumidores de cannabis, el 44% de los cuales se someten a terapia (la mayoría, por primera vez) con menos de 25 años de edad.
Según Joan Colom, subdirector general de Drogodependencias de la Generalitat, el consumo más preocupante es el de alcohol, tanto por su extensión entre la población como por el impacto que supone para el sistema asistencial. El perfil del consumidor sometido a tratamiento es el de un hombre de 47 años. El 50% tiene estudios secundarios, el 31% está en el paro y la primera edad de consumo que se recuerda es a los 19 años.
Colom ha identificado otros dos puntos de preocupación respecto al control de las drogodependencias: la aparición de nuevas sustancias psicoactivas que imitan a las naturales pero con efectos desconocidos o más perniciosos (en Catalunya solo se detectó la presencia de uno de estos compuestos el pasado año) y el acceso a Internet para la compra de manera oculta y anónima.
Las preocupaciones
La aparición de nuevas sustancias psicoactivas y la compra de drogas por Internet
No es necesario recurrir a la red para hacer acopio de alcohol en una sociedad que, en palabras de Colom, “tiene muy normalizado el tema”: “Vivimos en una sociedad que todo lo celebra con alcohol y las generaciones de jóvenes actúan por imitación del os adultos. Tenemos que ser capaces de hacer un cambio de chip y uno de los elementos que nos puede ayudar es subrayar el impacto en terceros, como ocurrió con el tabaco. El perjuicio en terceros del consumo de alcohol es muy elevado”.
El tiempo que transcurre desde el primer consumo de alcohol hasta el tratamiento es de 27 años, similar al del tabaco (24), un período que se acorta significativamente en el caso de la heroína: 10 años.
Ninguna muerte
Las salas de consumo controlado atendieron 176 sobredosis
La heroína es la única sustancia que no registra crecimiento en el consumo y el tratamiento en los últimos años. En su pico más importante, en 1992, representó el 53% del comienzo de terapias (5.113) cuando el pasado año significó el 9,2% (1.209). La mayor parte (77%) corresponde a hombres. De hecho, en todas las sustancias los hombres son mayoritarios en la demanda de terapia, salvo en el alcohol en edades jóvenes, donde son predominantes las mujeres.
Aunque los informes precisos sobre el éxito de las terapias están en fase de elaboración, Colom ha mencionado un estudio que indica que la mitad de los alcohólicos sometidos a tratamiento en Catalunya estaban abstemios al cabo de diez años. “Las personas que tengan un problema tienen que iniciar el tratamiento lo antes posible, deben saber que es posible salir del mundo de las drogas aunque parezca muy difícil”, ha proclamado.
Según Colom, el porcentaje de éxito de las terapias contra las drogodependencias debe ser comparado con el de las enfermedades crónicas, puesto que la adicción es “una enfermedad crónica recidiva”. “En esta comparativa, los resultados son mucho mejores”, ha dicho.
La red catalana de atención a las drogodependencias está compuesta por 63 centros. Existen 11 unidades de hospitalización para tratar los síndromes de abstinencia, que el pasado año registraron 956 ingresos, con una estancia media de 12 días, la mayor parte provocados por el consumo de alcohol, seguido del de cocaína y heroína.
Por otra parte, las 14 salas de consumo supervisado existentes registraron 118.000 consumos de 2.489 usuarios, la mayoría inyectados (75) y pulmonares (22%). En estas dependencias se atendieron el año pasado 176 sobredosis, consumos superiores a los que puede tolerar el organismo y que pueden ocasionar la muerte, si bien no se registró ninguna defunción.
La tendencia
"Veníamos de niveles muy altos y en los últimos años el consumo a ido bajando en todas las sustancias"
A juicio de la directora de Salut Pública, Carmen Cabezas, los datos muestran una recuperación progresiva de la actividad asistencias derivada de las drogodependencias tras la Covid-19. “Vimos una disminución muy relevante de sustancias por la falta de socialización derivada de los confinamientos y de las dificultades de acceso. Hay que pensar que ahora se recuperarán determinados consumos y que se pueda llegar a niveles anteriores a la pandemia”, ha precisado Colom, y ha agregado: “Necesitamos más tiempo para ver si en el 2023 se confirma la tendencia a la baja. Veníamos de niveles muy altos y ha ido bajando en los últimos años en todas las sustancias”.