El juez ha dejado en libertad con cargos a un entrenador de la Unió Esportiva Sants, de 33 años, acusado de abusar de tres jugadoras, dos de ellas menores de edad. El titular del juzgado de instrucción número 27 de Barcelona, ayer en funciones de guardia, interrogó al detenido y lo dejó en libertad con la obligación de no acercarse a las denunciantes y comparecer cuando sea citado.
La orden señala taxativamente que no puede comunicarse de ninguna manera con las chicas ni aproximarse a sus domicilios, centros educativos o al club. Los Mossos d’Esquadra, que practicaron la detención, continuarán la investigación por un presunto delito previsto en el artículo 181.1 del Código Penal.
El club, que acudió a una entidad que combate la pedofilia, suspende de empleo y sueldo al acusado
Esta norma dice: “El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses”. Las tres jugadoras, de 16, 17 y 18 años, presentaron una denuncia conjunta en una comisaría.
De acuerdo con la denuncia, el acusado las sometió a tocamientos o les dio besos sin su consentimiento. La detención revela la importancia de que entidades públicas y privadas, en especial si hay menores de por medio, tomen medidas contra el acoso sexual. Todo comenzó precisamente a raíz del caso de Albert Benaiges.
Esta figura señera de las escuelas de fútbol se ha librado de responder de las acusaciones de abusos a menores porque los presuntos hechos imputados han prescrito. Su historia motivó a directivos de la UE Sants a asesorarse para adoptar precauciones. Por ello, acudieron a la Fundación Vicki Bernadet, una de las organizaciones que integran la Plataforma Tolerancia Cero contra los Abusos Sexuales Infantiles.
El presidente del club, Joan Forcadell, ha explicado a La Vanguardia que ha suspendido cautelarmente de empleo y sueldo al entrenador, al tiempo que ha mostrado su apoyo a las víctimas y su rechazo a cualquier abuso, además de querer tranquilizar a las familias del futbol femenino. La entidad, que este año cumple su primer siglo de historia, había aplicado los protocolos que le aconsejó la Fundación Vicki Bernadet, sin imaginarse que darían resultado tan pronto. Las tres jugadoras presentaron la denuncia el lunes, el martes se produjo la detención y ayer el traslado al juzgado.