En febrero del 2020 se publicó por primera vez esta columna. Esta es la última de la segunda etapa. Son más de dos años y 200 oportunidades de compartir con ustedes datos, preguntas y opiniones sobre la pandemia de covid que nos inquieta. Gracias, muchas gracias, a todos los lectores por su amabilidad, comentarios e interés durante estos meses. Mis disculpas por los errores cometidos. Durante esta crisis sanitaria, La Vanguardia ha mantenido su rigor y nivel informativo. Tiene excelentes profesionales, de los que siempre aprendes: Jordi Juan, Susana Quadrado (mi jefa), Josep Corbella, Ana Macpherson, Marta Ricart y Celeste López. Un privilegio formar parte del equipo. Pero los tiempos están cambiando. La pandemia debe dejar paso hoy a otra actualidad. Siempre que sea necesario aportaremos de nuevo La visión del médico respecto a su evolución y a los avances de la medicina.
En esta crisis global, la respuesta de los ciudadanos ha sido ejemplar. Los profesionales sanitarios hemos tratado de hacer nuestro trabajo del mejor modo posible, cada día, todos los días. No había otra opción válida. Y seguiremos trabajando, cada día, todos los días. Ha habido momentos muy complicados, tensión y fatiga. Al inicio, demasiada incertidumbre y complejidad. Entender una nueva enfermedad y atender a los pacientes sin disponer de evidencias científicas de cómo hacerlo no es fácil. El sistema de salud se saturó rápidamente y hubo que recurrir a medidas sociales, drásticas y de alto coste, para evitar su colapso. Se han contabilizado oficialmente más de 12 millones de casos y 104.000 fallecidos en toda España.
El gran triunfo de nuestra sociedad ha sido vacunarse masivamente
Hoy estamos mucho mejor preparados. La investigación biomédica nos ha hecho avanzar de forma significativa y sostenida. El gran triunfo de la ciencia son las vacunas contra la covid. Disponíamos ya de ellas en diciembre del 2020. No basta con ser afortunados y tener acceso a las vacunas: hay que ponérselas. El gran triunfo de nuestra sociedad ha sido vacunarse masivamente: 94 millones de dosis administradas. Los niveles actuales de vacunación son excelentes (dos dosis: 92% de la población), pero mejorables (tres dosis: 52% de la población). Para hacer frente hoy a la variante ómicron, que sigue evolucionando, la pauta con tres dosis es claramente superior. La vacunación es el factor principal que ha permitido disociar las curvas de incidencia de casos (todavía muchos) de las de casos graves (muchos menos). No estar vacunado es definitivamente más peligroso que estar vacunado. Sabemos ahora qué tratamientos funcionan y cuáles no. Tenemos nuevos antivirales. Tenemos anticuerpos monoclonales para proteger a las personas de alto riesgo que no responden a la vacunación. Estamos volviendo a una relativa normalidad social.
Esta semana había 900 pacientes ingresados en los hospitales de Catalunya y 30 pacientes en uci. Hemos dejado atrás la fase de emergencia sanitaria y estamos cada vez más cerca del control funcional de la pandemia. El sistema sanitario debe recuperarse lo antes posible y hacer frente a nuevos retos, entre ellos la investigación relativa al síndrome de la covid de larga duración. No hemos eliminado el riesgo que este virus supone para nosotros ni especialmente para una buena parte del mundo que no se ha podido vacunar todavía. Los datos apuntan a que probablemente aumentarán los casos y (menos) los ingresos en planta. Hay que ser prudentes y responsables.
Vacunación de un niño contra la covid
Si la inmunidad persiste y nos protege de las formas graves de la enfermedad y si no aparecen nuevas variantes del coronavirus que escapen a las vacunas o sean más graves, podemos afrontar con optimismo el futuro, que posiblemente será largo y no exento de algún sobresalto. No podemos asegurar cómo ni cuándo terminará esta pandemia, pero como escribió Bob Dylan, premio Nobel de Literatura 2016, los tiempos están cambiando. Confiemos razonablemente en que en este caso será para bien. Salud para todos.