Gracias a su gran diversidad de espacios paisajísticos, sociales y humanos, España es el país del mundo con más Reservas de la Biosfera, encabezando un podio que completan dos países que la superan holgadamente en extensión como Estados Unidos y Rusia. España concentra nada menos que 53 reservas, que representan el 12% del territorio nacional y 6,2 millones de hectáreas donde vive más de un 4% de la población.
Se encuentran distribuidas por 16 comunidades autónomas, siendo Castilla y León, que cuenta con maravillas naturales como los Picos de Europa o la Sierra de Bejar y Francia, la que encabeza el ranking, con 10. La incorporación más reciente al ‘palmarés’ español fue la Ribeira Sacra y Serras do Oribio y Courel, que supuso para Galicia sumar una séptima reserva, las mismas con que cuentan Asturias y Canarias. Las Reservas de la Biosfera, que se encuentran en 124 países del mundo, son “laboratorios al aire libre para el desarrollo sostenible, para construir respuestas concretas y duraderas, para innovar y compartir buenas prácticas.
España concentra nada menos que 53 reservas, que representan el 12% del territorio nacional y 6,2 millones de hectáreas donde vive más de un 4% de la población
Es una nueva alianza entre los seres humanos y su entorno”, asegura la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay. Son espacios representativos de un ecosistema valioso que debe preservarse mediante modelos de desarrollo sostenible y en los que la población local es la protagonista. Ríos, lagos y acuíferos son parte fundamental de estos enclaves y deben buscarse fórmulas que combinen las necesidades de la población local con las de la propia naturaleza.
En muchas de las reservas españolas, el agua es protagonista, como la de Terras do Miño, en la provincia de Lugo, la de mayores dimensiones de Galicia, que incluye 26 municipios. Este territorio alberga una importante superficie de humedales, considerados de gran importancia para la conservación de la biodiversidad del suroeste europeo. De hecho, aquí habitan un gran número de especies protegidas por las Directiva Aves y Hábitat, así como algunas incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Paisaje y cultura
La cultura ancestral también está muy presente y aquí encontramos magníficos yacimientos arqueológicos que abarcan desde el Paleolítico hasta la Edad Media. Son muy relevantes los yacimientos de la Cueva de la Valiña, o los del Tardiglaciar de Peña Grande, también los restos romanos hallados, como las fortificaciones de la ciudad de Lugo, muralla declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. Hórreos, caneiros y molinos forman parte del paisaje de estas tierras, junto con otras edificaciones que hablan de su historia como monasterios, capillas y pequeñas iglesias.
Otro territorio reconocido por la Unesco es Allariz, en Ourense, situado en una llanura y donde discurre el río Limia, que desde que nace en la laguna y hasta recibir las aguas del río Xinzo se conoce con el nombre de Antela. Por su situación privilegiada, es el hábitat donde habitan especies como la cigüeña, la garza o el martín pescador, así como muchas aves rapaces.
Una Reserva de la Biosfera es “un laboratorio al aire libre para el desarrollo sostenible,
para construir respuestas concretas y duraderas, para innovar y compartir buenas prácticas”
También es una zona muy rica en cuanto al patrimonio cultural, ya que es en estas tierras donde se conservan los usos tradicionales y un paisaje modelado por la práctica milenaria de la agricultura, como las touzas, un mosaico de prados y cultivos separados por manchas arboladas. Aquí encontramos, además, restos de la cultura de nuestros antepasados como los castros, del milenio II antes de Cristo.
En el sur, las Marismas de Odiel, en la provincia de Huelva, son el hogar de una pequeña colonia de cría de unas trescientas parejas de flamenco rosa. La Marisma del Burro y la Isla de En Medio, en el centro de la reserva, albergan una de las insignias de este enclave, la espátula, un ave acuática zancuda de gran tamaño. Aquí, el trabajo en las salinas y los cambios producidos por el hombre, se armonizan con el paisaje y con la historia, ya que en los límites de la reserva, en la Isla de Saltés, encontramos uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia, la Ciudad Islámica de Saltés, datada en el siglo IX.
Preservar todos estos espacios es una apuesta de futuro necesaria para las próximas generaciones
La reserva de Terres de L’Ebre, en la provincia de Tarragona, es otro espacio singular donde el agua es clave. Ocupa todo el tramo final de la cuenca del río Ebro, es una de las más extensas de España e incluye dos parques naturales, el del Delta de l’Ebre y el del Massís dels Ports. El Delta, con sus espléndidos arrozales, es uno de los humedales más importantes del Mediterráneo y es el hogar de más de 360 especies de aves y 50 de peces.
La zona es muy sensible a los efectos del cambio climático, se ve afectada por el caudal del río Ebro y por tormentas como Gloria, que afectó de gravedad la zona en enero de 2020. Desde las administraciones locales se están impulsando proyectos en el campo de la nueva economía verde, implantando sistemas de energías renovables y otras fórmulas sostenibles como el tratamiento del agua y el aprovechamiento de las aguas recuperadas. Los ríos Tajo, Tiétar y el Arroyo de la Vid vertebran Monfragüe, en la provincia de Cáceres. Allí podemos encontrar algunas de las mayores colonias de buitre negro, águila imperial, cigüeña negra, búho real o buitre leonado del mundo. La vegetación frondosa de ribera ya acogió algunas de las primeras poblaciones humanas, que nos han dejado como testimonio un amplio patrimonio de pinturas rupestres. Preservar todos estos espacios, buscando alternativas sostenibles es una apuesta de futuro necesaria para las próximas generaciones.
Paisaje, cultura e historia
Las Reservas de la Biosfera quieren hacer compatible la protección de la naturaleza con las necesidades de los habitantes que viven en la zona, la cultura y la historia, buscando soluciones sostenibles e imaginativas.
Somiedo, Munielos y Redes, en el Principado de Asturias, fueron declaradas Reservas de la Biosfera entre los años 2000 y 2001. Vemos bosques caducifolios representativos de la montaña cantábrica, con hayedos y robledales, donde un visitante atento podría descubrir emblemas de la fauna cantábrica, como el oso pardo, el urogallo cantábrico o el lobo, además de más de 100 especies de aves. La Reserva de la Biosfera de Redes, en plena Cordillera Cantábrica, destaca por su abrupta orografía y por sus bellas muestras de viviendas tradicionales, hórreos y paneras, que los habitantes de estas tierras han sabido preservar.
En Lugo está el enclave de Os Ancares Lucenses y Montes de Cervantes, Navia y Becerreá, con más de 1.600m de desnivel, lo que le brinda unas características singulares. Los amantes de la naturaleza encontrarán en la montaña de Os Ancares un mosaico singular de hábitats naturales, con grandes masas forestales dominadas por robles, abedul y castaño, y otras especies como avellanos, encinas, arces, tejos y acebos. En la zona también pueden encontrarse resto sde la época prehistórica, como túmulos y cámaras megalíticas, conocidos como mámoas o medorra. Además, el rasgo más destacable del patrimonio histórico y cultural en la reserva es la palloza, un tipo de vivienda que nos permite conocer algunos de los hogares más antiguos de Europa.
Río Eo, Oscos y Terras de Burón Entre Galicia y Asturias, la cuenca fluvial del río Eo vertebra la reserva, desde su nacimiento en Fonteo (municipio de Baleira, Lugo), hasta su desembocadura en el Mar Cantábrico. En la zona costera vive la tortuga careta, una de las especies marinas más grandes del mundo y en peligro de extinción. Además, el fomento sostenible del desarrollo del turismo rural ha contribuido a la recuperación de su patrimonio, y en los municipios de la zona montañosa se pueden realizar descensos en canoa, el senderismo, recorridos en bicicleta, rutas a caballo o excursiones.