“Hoy voy a asesinarte, nena. / Te quiero pero no aguanto más. / Hoy voy a asesinarte, nena. / No me volverás a engañar”, cantaba Siniestro Total en 1985. No es un caso único. Otro grupo, Platero y tú, compuso en 1991 una canción con un título que lo dice todo: La maté porque era mía; la primera estrofa comienza así: “Me ha cogido la madera / A mi novia yo he matado / No saquéis fotos / Tengo el cuerpo ensangrentado”.
Y acaba así: “Yo era un chico muy decente / Ella era una prostituta”. Y un tercer ejemplo de una lista necesariamente incompleta. Loquillo lanzó en 1987 otra canción de nombre revelador. La mataré, en la que dice cosas como: “Que no la encuentre jamás / o sé que la mataré/ Por favor / Solo quiero matarla a punta de navaja, / besándola una vez más". Por supuesto, son solo canciones. Canciones y nada más.
El silencio mata¿A quién llamar?
1El 016 atiende a víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 52 idiomas distintos, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es
2Otra vía de ayuda es mediante la aplicación de WhatsApp y el número 600 00 00 16
3Los menores pueden dirigirse al teléfono de la fundación Anar 900 20 20 10
4Y siempre al teléfono de emergencias (112). En caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización
Estos ejemplos de la reciente cultura popular reflejan que el sentimiento de posesión que algunos hombres tienen sobre las mujeres está más asentado de lo que muchos creen. La maté porque era mía. Serás mía o de nadie. Esa parece ser la causa de los dos últimos crímenes machistas que ha registrado España con menos de 24 horas de diferencia y que elevan la cifra de víctimas de esta lacra a seis desde que comenzó el 2022.
El primer asesinato se produjo el miércoles, en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. La mujer debería haber acudido precisamente al día siguiente, es decir ayer, a una cita con el juzgado por su petición de divorcio. La víctima, de 32 años y natural de Marruecos, era madre de cuatro hijos, de entre 6 y 12 años. Su marido la apuñaló y luego se suicidó con la misma arma. Los pequeños no estaban en casa en ese momento.
El portal de la casa del crimen de Pozuelo de Alarcón
Cuatro nuevos huérfanos por la violencia machista. Ya son 340 desde el 2013, cuando comenzaron estas estadísticas. La mujer, que había denunciado a su marido por malos tratos recientemente, presentaba heridas de arma blanca en el abdomen y en el tórax. Pero no tenía los cortes que los criminólogos llaman de defensa, lo que indica que el asesino la atacó sin darle tiempo a reaccionar o a protegerse.
El agresor, de 42 años y también marroquí, se suicidó a continuación. Primero se hizo cortes en una muñeca y luego se apuñaló en el abdomen. Una vecina, extrañada porque su amiga no atendiera el teléfono y ya con el miedo en el cuerpo porque conocía el carácter irascible y violento del marido, telefoneó a los servicios de emergencias a las 16:28 horas. No habían transcurrido ni 17 horas cuando se registró el segundo asesinato.
Y de nuevo el o mía o de nadie más. El segundo crimen de la semana, el sexto desde que comenzó el año, tuvo lugar a las nueve de la mañana, en un área de servicio en el kilómetro 74 de la autovía A-5, a la altura de la localidad de Maqueda (Toledo). En este caso el agresor también se suicidó con la misma arma homicida, una escopeta. Ella tenía 45 años; él, 47. Estaban en trámites de separación.
Los maltratadores no podrán visitar a sus hijos
El suceso vuelve a plantear la facilidad con la que se consiguen permisos de tenencia de armas de caza en nuestro país. Una vez cometido el asesinato, dejando atrás el cadáver de su expareja, cerca del restaurante donde trabajaba en el área de servicio, el agresor se marchó en su coche. No se fue muy lejos, según un comunicado de la Guardia Civil. A unos 300 metros del lugar de los hechos, terminó su huida. Se encañonó y se mató.
Este diario no ha logrado confirmar la identidad de la mujer asesinada el miércoles, pero hay que recordar que tampoco es una simple cifra. Era una madre, tenía cuatro hijos y ganas de reorientar su vida. María Isabel, la víctima asesinada 17 horas después se llamaba María Isabel. Los vecinos de Burujón, la localidad toledana donde residía y que ahora está de duelo, la recuerdan “siempre alegre”. Él, agregan, era muy celoso.
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