Los colegios han visto venir la sexta ola y, antes de que les arrase y frustren las navidades, están tomando medidas preventivas. Quedan solo dos días antes de que empiecen las vacaciones y son dos días de actividades festivas más que académicas. Así que minimizan contactos y desplazamientos.
Cientos de padres no han llevado a sus hijos pequeños al colegio para evitar riesgos de cara a Navidad. Son días de encuentros familiares y es mejor no ser ni positivo ni contacto estrecho, que, a partir del 23 se queda en casa, incluso estando vacunado.
También ha habido escuelas que en la etapa de bachillerato y FP los han enviado a todos a casa, para seguir clases online. “Queremos contribuir a minimizar el número de confinamientos, especialmente en las actuales fechas navideñas”, indica un comunicado de un centro barcelonés a los padres de estudiantes de bachillerato. “Por este motivo, las clases de los últimos tres días antes de Navidad serán online”.
En general, profesores y familias (las que tienen la posibilidad de cuidar a sus hijos en casa) están extremando medidas ante la sexta ola que hace días que ha llegado a la orilla de las escuelas. Aunque el impacto fuerte es de estos días. Ayer se contabilizaron más de 62.670 confinados, 20.000 personas más en tres días. En total, hay en las escuela 11.400 positivos.
A las puertas de Navidad, nadie quiere un positivo en casa que las frustre o ponga en riesgo la salud de los más mayores
El presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, pidió este fin de semana que se avancen las vacaciones escolares para facilitar los aislamientos familiares y rebajar la presión sobre los CAP. También el sindicato de profesores Ustec-STEs exigió ayer el cierre “urgente y sin dilación” de las escuelas con muchos casos ya que la transmisión se ha disparado “de forma alarmante” sin estar “preparados”.
El personal educativo confinado ascendía ayer a más de 2.500 profesores, con 2.325 positivos. Cabe recordar que los profesores, trabajadores esenciales, recibieron la segunda dosis de Astrazéneca hace más de 6 meses. Con los datos actuales, señala el sindicato, “no podemos entender cómo no se ha actuado al respecto” y piden más “responsabilidad y coherencia” a los departamentos de Salud y Educación. Y piden retrasar el regreso a clases.
Ni Nicolás, ni Martina, ni Núria, ni Marc, de 2º de primaria han ido a clase y sus padres ya se han felicitado las fiestas por whatsap
No obstante, el conseller Josep MªArgimon, insiste que “lo último” que se tocarán serán las escuelas. El mantenimiento de las clases es un objetivo inapelable del Govern que incluso determinó que los niños vacunados estuvieran exonerados de cuarentena si eran contacto de un positivo. Finalmente esta medida se activa el 23, con las clases ya acabadas.
El conseller Josep Gonzàlez-Cambray ha insistido que los niños volverán el 10 de enero a los centros porque estos “son seguros”, a pesar de que miembros del comité científico asesor del Govern no descarten recomendar una vuelta a las clases más tarde, en función de la evolución de la pandemia, como Portugal.
Los chats de padres echan humo porque muchos no tienen 'back up' y no se arriesgan a dejar los críos con los abuelos
En todo caso, a las puertas de Navidad, nadie quiere un positivo en casa que las frustre o ponga en riesgo la salud de los más mayores, especialmente los abuelos. O que no se pueda viajar. Y los niños tienen mayor riesgo de contagio, especialmente los menores de 12 años que no están vacunados, o los adolescentes, sin tercera dosis. “Algunas familias no los llevan al ver que los niños tienen síntomas y otras quieren asegurarse la Navidad en familia”, admiten en Escola Pía.
Ni Nicolás, ni Martina, ni Núria, ni Marc, de 2º de primaria han ido a su centro del l’Eixample. Los padres ya se felicitaban las fiestas por whatsap este pasado fin de semana. "Hasta la vuelta", se saludaban.
"Los chats de padres echan humo porque muchos no tenemos 'back up', nadie se arriesga a dejar a los críos con los abuelos y los padres han de trabajar desde casa con ellos por aquí sin nada que hacer", lamenta Queco, con dos críos pequeños. "Total, Disney Plus en vena", ironiza.
“Yo tampoco he llevado a mis hijos, de 4 y 6 años, para evitar que se contagien justo ahora que vamos a casa de los abuelos”, explica Claudia García. Irán un día al pueblo de los abuelos maternos en la Costa Brava y otro, en la de los paternos, en Cardedéu. Antes pasarán la prueba de antígenos. “Me da pena que se pierdan estos días y que no se despidan de sus amigos del colegio, pero hemos priorizado la salud de la familia”, manifiesta García.
Eric, de 7 años, está en cuarentena y ha seguido las clases online. Otros amigos también, sin estar confinados por prescripción, sino por decisión de sus padres. Mañana le tocaba fútbol sala en el Vincit y no podrá ir. De un equipo de 14 han confirmado 3.
Las escuelas, al ver venir la sexta ola, han adelantado las celebraciones de Navidad de los alumnos y han suspendido las de los profesores
Xavi, su padre, explica que el viernes llamaron del cole al que va Eric informando que una niña había dado positivo y que había que recogerlo. Hasta ayer no llamaron del CAP para decirles que tenían hora para la PCR el miércoles a primera hora de la mañana. "Y esperemos que el resultado esté listo antes de Navidad", confía.
Los padres se enfrentan a muchos enredos estos días. Eric tenía hora para vacunarse el 22 por la tarde. Ahora tendrá que cambiar la hora, probablemente, pues no tendrá el resultado de los análisis, con todo lo que representa cualquier cambio para el sistema de salud también.
De hecho, la mayoría de escuelas, al ver venir la sexta ola, había adelantado ya las celebraciones de Navidad. Al aire libre y sin comidas. Muchas sin padres. “Como el año pasado, hemos priorizado la seguridad”, indican en Jesuïtes. Durante el fin de semana las familias han recibido comunicados de los centros recordando las medidas de prevención del virus, como no llevar a los niños a clase si tienen síntomas.
“La famosa curva sube, los centros reaccionamos y extremamos las medidas”, sintetiza Núria, directora de centro público. “Estamos haciendo solo actividades de tutoría, boletines de notas y a casa”. El problema en los centros estos días también es laboral.
No llegan sustitutos: “menos mal que solo son dos días y medio”, suspiran en las direcciones
A los 2.545 docentes confinados se suman aquellos con hijos pequeños en cuarentena preventiva. La bolsa de sustitutos no da para todo. En un centro de Barcelona han enviado un sustituto cuando hay 6 bajas.
Se apañan como pueden, anulando reuniones, colocando un docente de guardia aquí o allí. A esto se junta que hay niños en casa y otros en la escuela y que, por ejemplo, el gimnasio no tiene proyector. Así que educación física acaba haciéndose en el aula. “Menos mal que solo son dos días y medio”, suspiran en las direcciones.