Hay quien hace de la necesidad virtud. Y el pueblo de Cangas del Narcea es un ejemplo. Este municipio asturiano, con poco más de 6.000 habitantes (el concejo con el mismo nombre supera los 12.000), cuenta con una tasa de celiacos superior a la media de España. Se estima que un 3% de su población tiene esta enfermedad autoinmune, por el 1% de la media española. Por eso, hace unos años, pusieron en marcha una iniciativa para hacer del pueblo un destino turístico para celiacos. Y lo han conseguido.
En sus calles es posible encontrar más de 50 establecimientos acreditados que ofrecen productos sin gluten. Desde una panadería, pasando por una empresa de embutidos, hasta restaurantes, cafeterías, alojamientos de turismo rural e incluso centros comerciales.
Esta amplia oferta ha hecho de Cangas del Narcea un atractivo turístico para personas con esta patología. Las cifras no mienten. De la Semana Santa del 2018 respecto a la del 2019, el pueblo recibió la visita de un 54% más de turistas que acudían a Cangas del Narcea por su oferta sin gluten, según datos del Ayuntamiento facilitados a La Vanguardia .
Es la red Cangas Sin Gluten la que otorga la acreditación y la que ofrece formación a los establecimientos. “Es obligatoria todos los años, independientemente de que no cambien de personal”, explica Begoña Cueto, concejal de Turismo de Cangas del Narcea.”Tienen que reciclarse continuamente, siempre salen cosas nuevas”, añade.
El Consistorio, junto con la creadora de la web Celicidad (la periodista Lorena Pérez, oriunda de Cangas y celiaca), es quien imparte la formación.
Cueto relata que en el pueblo tienen restaurantes con “su carta totalmente adaptada”. “O sea, que cualquier cosa que se pueda pedir, existe en las dos opciones, con o sin gluten”. Desde el Ayuntamiento se hace un seguimiento de la seguridad del servicio. “Si nos llegara alguna queja, se hablaría con el establecimiento para saber de dónde proviene el problema. Si lo solucionan, perfecto; si no, se les expulsaría de la red”.
Uno de los conceptos que recoge la formación es el de la contaminación cruzada. Afortunadamente para los celiacos, hoy en día existen muchos productos sin gluten en el mercado. Pero las personas que padecen celiaquía se enfrentan a diario a un problema que va más allá de la existencia o no de productos sin esta proteína, el de la contaminación cruzada.
Se estima que este municipio tiene una tasa de la enfermedad del 3%, cuando la media en España está en el 1%
Es por ello que los restaurantes acreditados cuentan con espacios diferenciados en la cocina para preparar platos con o sin gluten, porque el mínimo contacto de la proteína con un alimento sin gluten ya lo contamina, afectando a la salud del celiaco que lo pueda llegar a ingerir.
Hay varias teorías que podrían explicar por qué Cangas del Narcea cuenta con una tasa de celiacos superior a la de la media española, una incidencia que no se da en el resto de Asturias. Una tiene que ver con la consanguinidad. “Hay una incidencia familiar notable de esta enfermedad”, arguye el doctor Luís Rodríguez Sáez, especialista en aparato digestivo y celiaquía. “Se da en un núcleo rural concentrado, como puede ocurrir con otras enfermedades en un sitio determinado”, añade.
La segunda teoría versa sobre el gran consumo de esta proteína. “Tradicionalmente, la población comía muchos productos hechos con harina de trigo. Un mayor consumo de gente predispuesta genera la enfermedad”.
Y la última, y la más factible, tiene que ver con el diagnóstico. “Antes se diagnosticaba a los pacientes con molestias digestivas de todo menos de celiacos. Se consideraba que era una enfermedad que afectaba a niños y que en los adultos desaparecía. Evidentemente, eso no es así. El celiaco nace, crece y vive toda la vida celíaco. Por ello, la parte adulta estaba un poco abandonada en cuanto a diagnósticos”, relata Rodríguez Sáez.
Para este médico, “en una persona que tiene muchas molestias digestivas a lo largo de la vida (meses o años) debería buscarse de una forma activa el diagnóstico de celiaco, en lugar de entretenerla con otros diagnósticos extemporáneos como síndrome de colon irritable, gastritis crónica, hernia de hiato, etcétera”.
Este facultativo señala la poca sensibilidad del marcador más conocido en la sangre para detectar la enfermedad como otro factor que afecta al infradiagnóstico. “Hasta hace poco, todo el mundo creía que la anti transglutaminasa era perfecta y diagnosticaba el 100% de los casos. Pero con el paso de los años nos hemos dado cuenta de que este marcador es negativo en muchos pacientes que padecen celiaquía”.
Esto hace, según el doctor, que cuando una persona que sufre malestar digestivo obtiene un negativo en este marcador, se detenga el estudio sobre su posible celiaquía. “Se tendría que continuar mirando marcadores genéticos (el DQ2 y el DQ8) para ver si tiene alguno de ellos. Y luego está la prueba más importante, la gastroscopia, con biopsia del duodeno, donde se suele ver la alteración”.
Con poco más de 6.000 habitantes, el pueblo cuenta con más de 50 establecimientos acreditados
A juicio del especialista, los siguientes síntomas, sobre todo molestias digestivas muy frecuentes (casi todos los días), son los que tienen que poner en alerta al facultativo: “Dolor abdominal, digestiones pesadas, muchos gases, eructos, ventoseo, ruidos de tripas, cólicos abdominales… y tanto diarrea como estreñimiento. Esto último choca mucho a la gente, encontrar celiacos estreñidos. Pues no, es relativamente frecuente”.