El Clínic, el hospital de excelencia que se reinventó para frenar al virus
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Barcelona, 12 nov (EFE).- La COVID-19 cogió desprevenidos a todos los hospitales pero pocos tuvieron la capacidad de reinventarse que mostró el Clínic, pues esta centenaria institución se transformó de arriba a abajo en pocas semanas y usó un hotel para ampliar sus instalaciones durante lo peor de la primera oleada. Ahora las cosas están algo más tranquilas.
La primera piedra del Hospital Clínic se colocó en 1895, aunque la inauguración del centro barcelonés no tuvo lugar hasta 1906: acababa de nacer el primer hospital clínico del Estado, el primero en relacionar asistencia médica y docencia.
Durante sus más de cien años de historia ha sido un centro sanitario de referencia en España: en él se efectuó el primer trasplante de riñón del Estado (1965), el primer trasplante alogénico de médula ósea (1976), el primer trasplante de páncreas (1983), fue el primer hospital español en incorporar el robot Da Vinci Xi para cirugías gastrointestinales (2014) y el primero de todo el mundo en operar con tecnología 5G (2019).
Este centro sanitario es una entidad pública participada por la Generalitat (vía el CatSalut) y la Universidad de Barcelona (UB). Ejerce de hospital comunitario para unos 540.000 habitantes de Barcelona y terciario y de alta complejidad para pacientes de otras zonas de Cataluña, principalmente de las áreas del Vallès Oriental y Osona. En algunos procedimientos puntuales también se tratan a enfermos del resto del Estado.
El Clínic es considerado uno de los mejores hospitales de España según varios listados. El Monitor de Reputación Sanitaria (MRS), elaborado por la compañía Merco, lo ha situado durante seis años consecutivos en la segunda posición.
Según datos de 2018, los últimos disponibles en el Portal de Transparencia, este centro hospitalario se mantiene en equilibrio financiero, generando ese año unos beneficios de 2,9 millones de euros.
EL IMPACTO DE LA COVID
El Portal de Transparencia señala que, a fecha de 31 de diciembre de 2019, el Clínic ocupaba a 6.069 profesionales, de los cuales 3.697 contaban con un contrato a tiempo indeterminado, 605 a tiempo determinado pero son considerados estructurales y 1.758 también a tiempo parcial aunque se definen como coyunturales.
Según la memoria anual de 2019, en cambio, la plantilla la conformaban el año pasado 4.884 profesionales (no se cuentan aquí a los suplentes) y un portavoz del centro afirma que se pueden incorporar a más profesionales "según las necesidades del servicio", sin entrar en más detalles.
Las cifras del Clínic asustan: 728 camas, 44.000 altas anuales, unas 23.000 operaciones quirúrgicas, 108 grupos de investigación y 1.111 artículos científicos publicados en 2019.
La primera ola de la COVID-19 obligó al hospital a adaptarse a marchas forzadas a las imprevistas circunstancias. Al principio, a finales de febrero, era el centro catalán de referencia para tratar a pacientes con esta enfermedad.
La progresión del virus obligó a reestructurar el hospital, reconvirtiendo por ejemplo quirófanos en unidades de cuidados intensivos. Bajo vigilancia del Clínic llegaron a estar 600 personas hospitalizadas por COVID-19. Las instalaciones no alcanzaban, así que el departamento de Salud habilitó el hotel Catalonia Plaza como extensión del hospital.
Poco tiene que ver esa situación con la actual: a fecha de 10 de noviembre, según datos del sindicato CCOO, los ingresados con COVID-19 son 147 (38 en estado crítico), la actividad quirúrgica se mantiene en un 90 % y se derivan enfermos, en caso de necesidad, a los hospitales Plató y Sagrat Cor, con quienes el Clínic mantiene una "alianza estratégica".
LA SOMBRA DE BARNACLÍNIC
El Clínic participa asimismo de otras siete entidades, incluida la sociedad anónima Barnaclínic, un centro sanitario privado rodeado de polémica.
Un informe de la Sindicatura de Cuentas de 2017 constató que no hay un marco legal que ampare la asistencia sanitaria privada por parte de centros públicos con los recursos materiales y humanos de éstos. También corroboró que en Barnaclínic se han tratado a pacientes en horario diurno y se han llevado a cabo pruebas diagnósticas desplazando a pacientes de la sanidad pública, entre otras irregularidades.
Debido al revuelo generado por la publicación del informe, el Departamento de Salud y el Hospital Clínic anunciaron que se cambiarían "la estructura y la naturaleza jurídica" de este ente.
Sin embargo, actualmente Barnaclínic sigue prestando asistencia sanitaria privada en las instalaciones del Hospital Clínic y continúa siendo una sociedad mercantil de capital público, lo que también ha generado las quejas de la Asociación Catalana de Entidades de Salud (ACES) y la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE).
Según datos de una auditoría, consultable en el Portal de Transparencia, la cifra de negocios de esta sociedad anónima alcanzó los 17 millones de euros en 2019, lo que representa un 9,4 % más respecto a 2018.
El beneficio de ese año fue de 194.000 euros (después de impuestos) y durante esos doce meses creció un 20 % la facturación por hospitalizaciones, alcanzando los casi 11 millones de euros.
LAS REPRIMENDAS DE LA SINDICATURA.
La Sindicatura de Cuentas, órgano fiscalizador de la Generalitat, indica en otro informe de este mismo 2020 sobre los ejercicios comprendidos entre 2013 y 2016 que ha detectado dos trabajadores del Hospital Clínic que "superaron el límite de la jornada máxima anual y en varias ocasiones trabajaron treinta y una horas consecutivas".
También señalan que el que fuera director general del Clínic Josep Maria Piqué "percibió una indemnización que no le correspondía" al ser cesado de su cargo el 31 de diciembre de 2015, "puesto que se reincorporó a la plaza que ocupaba en el hospital antes ser nombrado director general".
A vueltas con el Barnaclínic, el citado informe alerta de que "tres profesionales de la muestra con plaza vinculada a tiempo completo (en el Clínic) también tenían actividad privada, pese a que la dedicación a tiempo completo en plaza vinculada implica dedicación exclusiva a la actividad docente y asistencia".
En el hospital también sigue en vigor un proceso de "cadencia flexible", acordado por la dirección y el comité de empresa, que comporta que haya "trabajadores fijos con condiciones más precarias que el resto", denuncia Sergio Lachica, del sindicato Lluitem.
Nayelly Faura, delegada sindical de CGT, denuncia en el mismo sentido una "contratación precaria y discontinua" con la que "se fomenta una plantilla de suplentes precarios sin derechos, sin vacaciones ni días personales".
Este 31 de diciembre finaliza el actual convenio colectivo general en vigor, mientras que existe otro específico acordado con la Asociación Profesional de Delegados Médicos.
LA AMPLIACIÓN PENDIENTE
El Clínic necesita de más espacio y ya hay "un proyecto de ampliación que se espera que salga adelante", informa un portavoz del Hospital que no da más detalles sobre el asunto.
Este viernes 30 de octubre el Ayuntamiento de Barcelona ha acordado por unanimidad crear, en el plazo de un mes, un grupo de trabajo que reúna a todos los actores implicados con el objetivo de que la ampliación de este centro sanitario sea realidad en menos de una década.
Se tanteó como primera posibilidad utilizar el histórico parque de Bomberos del Eixample, un solar en desuso. Ahora ha tomado sin embargo fuerza la opción de ocupar las instalaciones de la Escuela Industrial, propiedad de la Diputación de Barcelona, lo que en cualquier caso precisará de un acuerdo entre las tres administraciones públicas -Diputación, Ayuntamiento y Generalitat-.
Se trata de una idea que desagrada a representantes del movimiento vecinal barcelonés, que han creado la plataforma "Un nuevo Clínic es posible salvando el recinto de la Escuela Industrial", del que participan, entre otros, la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona (FAVB), el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) o la Coordinadora Deportiva de la Escuela Industrial.
Estas organizaciones han pedido de hecho catalogar el recinto de la Escuela Industrial como Bien Cultural de Interés Nacional de forma que este espacio no pueda ser usado por el Clínic. EFE
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