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Un futbolista consigue al fin hotel para 80 temporeros

Emergencia sanitaria

Los inmigrantes afectados dormían en las calles de Lleida

Los nuevos clientes de esos hoteles llevaban semanas durmiendo en las calles de Lleida

Mercè Gili

No ha sido fácil, pero al final el empeño y obcecación han podido más que los obstáculos encontrados en el camino. Keita Baldé –jugador de fútbol nacido en Arbúcies (Girona) e hijo de padres senegaleses– hizo saber hace ya semanas que estaba dispuesto a ayudar a las decenas de temporeros que estos días duermen al raso en las calles de Lleida a la espera de un contrato para trabajar en la fruta. Buscaba hoteles en la ciudad para alojar (paga él la factura) a esos jornaleros, este año más vulnerables que nunca por la crisis sanitaria del coronavirus.

La sorpresa, manifestada por el propio Baldé, llegó cuando la mayoría de los hoteles consultados rechazaron la propuesta. A la precaria vida de esos inmigrantes tirados en la calle con lo puesto se sumaron entonces acusaciones de racismo. Costaba entender que una propuesta solidaria y particular con el único ánimo de mejorar una situación que parece haber desbordado a las propias administraciones, no encontrara una inmediata respuesta.

Dos establecimientos acogen a los jornaleros tras negarse varios hoteles a aceptarlos como clientes

Todo acaba de cambiar ahora. Desde este fin se semana ochenta de esos temporeros que llevaban días malviviendo bajo porches del casco antiguo de Lleida tienen habitación de hotel pagada. Han sido instalados en el Ibis de la partida Copa d’Or y el Reina Isabel, que se levanta pegado a la carretera de Zaragoza.

Keita Baldé ha pagado la estancia de esos jornaleros para quince días. Y no contento con esto (el futbolista también corre con los gastos de la comida), esos temporeros tienen también asegurado el desplazamiento gratis a los campos de fruta del Baix Segre si son contratados.

La generosidad de Baldé –para sonrojo de algunas administraciones– no acaba aquí. El futbolista ha alquilado un edificio en el barrio de La Mariola para acoger a otros sesenta temporeros. Esas plazas aún no están operativas, a la espera de que esas instalaciones sean acondicionadas.

En todo este operativo –más necesario que nunca al preocupar, según reconoce Salut, la aparición de brotes del virus entre el colectivo de temporeros– ha jugado un papel determinante la activista Nogay Ndiaye. Ella ha cerrado los contratos con los hoteles en nombre de Baldé, tras contar con el apoyo de la Paeria, la Federació d’Hostaleria de Lleida y la Asociación de Senegaleses de esta ciudad. A esas ochenta plazas en los dos hoteles y las sesenta en el edificio de La Mariola hay que sumar las 150 camas que el Ayuntamiento de Lleida ha puesto a disposición de esos temporeros sintecho en un pabellón de los Camps Elisis. Es una solución puntual que no soluciona el problema global. De ahí que el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, insista en trabajar ahora para que la próxima campaña no se repita la misma historia.