El Vaticano suspende su ambulatorio tras hallar un caso de coronavirus
Emergencia sanitaria
Se trata de los servicios médicos para los religiosos y empleados que viven o trabajan en la Ciudad del Vaticano
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El coronavirus ya ha llegado al Vaticano. La oficina de prensa de la Santa Sede ha informado esta mañana que han suspendido temporalmente los servicios ambulatorios del Estado de la Ciudad del Vaticano tras haber hallado ayer un primer caso positivo de Covid-19. El ambulatorio ha sido cerrado para desinfectarlo, pero siguen abiertos los servicios de urgencias.
Fuentes internas informan a este diario que se trata de un hombre de edad avanzada que fue trasladado a otro hospital de Roma para hacerle más pruebas.
El pequeño ambulatorio del Vaticano, que no dispone de camas ni espacios para que los pacientes sean ingresados, cuenta con un servicio de medicina general y varias especialidades para los religiosos y empleados que viven o trabajan en el pequeño estado. La Santa Sede también dispone de una farmacia en el interior de sus muros para sus residentes y trabajadores.
El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, añadió que el Vaticano ya ha informado a las autoridades sanitarias italianas.
Italia se blinda
La Santa Sede estudia nuevas medidas para ponerse a tono con las normas italianas, que prohíben aglomeraciones
Mientras Italia se ha blindado para frenar el avance del contagio, que ya afecta a más de 3.800 personas, el Vaticano está estudiando nuevas medidas para ponerse a tono con las recetas adoptadas por Roma, que prohíbe cualquier tipo de evento que conlleve aglomeraciones. Todo el mundo se pregunta si las audiencias generales de los miércoles o las misas del papa Francisco podrán seguir celebrándose con normalidad.
Hasta ahora en la Santa Sede habían optado por cancelar algunos eventos programados en espacios cerrados para los próximos días por el brote, pero no las audiencias públicas al aire libre. Además han colocado dispensadores con desinfectante para las manos en las oficinas con acceso al Estado de la Ciudad del Vaticano, donde hay una enfermera y un médico de guardia disponibles las 24 horas en caso de que haya pacientes con síntomas compatibles.
La caída del turismo por la emergencia sanitaria también afecta el Vaticano, donde han desaparecido las colas para entrar en la basílica de San Pedro o en los Museos Vaticanos, con una reducción que ronda el 60%.