Nik Wallenda, acróbata estadounidense famoso por tender cables en lugares inhóspitos y cruzarlos, ha realizado su última proeza en ‘ la boca del infierno ’ un estanque de lava a 1.100 grados centígrados en el volcán Masaya, en la selva nicaragüense.
17 cámaras y cuatro drones grabaron el recorrido de 550 metros de Wallenda, que caminaba sobre una sobre un cable de 2,5 centímetros, un despliegue de medios patrocinado por la cadena ABC y por el Gobierno de Nicaragua.
Durante su recorrido utilizó una vara de contrapeso que le fue de gran ayuda ante el fuerte viento reinante. Además, a mitad de travesía se quitó las gafas y la máscara con la que se protegía de los gases que emanaba el volcán Masaya, cuyo cráter, llamado Santiago, tiene un lago de lava activo.
Antes de iniciar su hazaña, Wallenda dijo a los organizadores que un error podría costarle la vida y que consideraba ese cruce como el más peligroso de su existencia. El fuerte viento se añadió al número de complicaciones que presentaba el reto.
El fuerte viento dificultó la travesía
Sin embargo, el acróbata consiguió alcanzar la otra orilla del ‘lago’, donde plantó un beso a su mujer. “Yo estaba preparado, pero los vientos eran impredecibles, aunque yo siempre entreno en mis cruces”, declaró a los organizadores, tras finalizar el recorrido.
Erendira Wallenda, esposa y colega de Nik, realizó una presentación acrobática con máscara para protegerse de los gases similar a la que utilizó momentos después su marido. Sobre su travesía, antes de la cual oró junto a su familia, destacó que “solo ver la lava” del volcán Masaya “fue una cosa grande”.
Todo el espectáculo fue retransmitido en directo por televisión gracias a un equipo de 290 personas de producción. Nik es la séptima generación de una saga de acróbatas conocidos como ‘Flying Wallendas’ y a lo largo de su vida ha caminado sobre el Gran Cañón, las Cataratas del Niágara y Times Square.