Madrid, 29 may (EFE).- Si en 1980 las mujeres embarazadas que fumaban suponían el 14,3 %, 36 años después, en 2016 ese porcentaje aumentó hasta el 20,4 %, según una investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Los datos de la investigación, que tiene como objetivo describir la situación actual y las tendencias del consumo de tabaco en el embarazo en España, entre 1980 y 2016, los ha avanzado el ISCIII, con motivo del Día Mundial sin Tabaco que se celebra el próximo viernes, aunque lo presentará en septiembre, en el congreso nacional de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Realizado a partir de una muestra de 40.934 mujeres embarazadas, el estudio indica que un 66 % de las gestantes mantuvo el consumo durante todo el embarazo y solo un 22 % dejó de fumar durante el primer trimestre.
El consumo de tabaco en este colectivo es superior en las menores de 30 años (28,7 %) que en las de 30 años o más (17,6 %).
Según los datos facilitados en un comunicado por el ISCIII, el 32,9% de las gestantes fumadoras son de nivel educativo bajo, el 21,2 % de nivel intermedio y el 14,4 %, de nivel superior.
La evolución del consumo de tabaco entre 1980 y 2016 en España muestra cuatro periodos diferenciados: desde 1980 a 1989 se registró un incremento del promedio anual del 1,6% ; desde 1990 hasta 2001 se estabilizó en las mediciones, mientras que a partir de 2000 se inició un descenso anual del 1,4 % en el consumo hasta 2008.
Finalmente, se registró una desaceleración posterior de esta disminución, reduciéndose sólo un 0,2 % anual hasta 2016.
Los investigadores subrayan que cuando una embarazada fuma, el monóxido de carbono y la nicotina del humo de tabaco pueden interferir con el suministro de oxígeno al feto.
Además, la nicotina cruza "fácilmente" la placenta y las concentraciones de nicotina en el feto pueden ser hasta un 15 % más altas que los niveles maternos.
Insisten en que los bebés expuestos en el útero a humo materno o al ajeno "experimentan con frecuencia una disminución del crecimiento de los pulmones y de la función pulmonar, y también puede afectar al cerebro".
Asimismo, destacan que los niños pequeños expuestos al humo de tabaco "corren el riesgo" de agravamiento del asma, la neumonía y la bronquitis, así como infecciones frecuentes de las vías respiratorias inferiores.
El estudio ha sido elaborado por el ISCIII, a través de una colaboración científica entre el Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas (ECEMC), el Instituto de Investigación de Enfermedades Raras (IIER) y el Centro Nacional de Epidemiología. EFE