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Europa se enfrenta al sarampión y al movimiento antivacunas

Europa Fact Checking

La Agencia Europea de Prevención y Control de Enfermedades alerta de que es necesario llegar a una tasa de vacunación del 95% para luchar con éxito contra ciertas enfermedades contagiosas

Una enfermera sostiene una dosis de la vacuna contra la rubéola y el sarampión

Chaideer Mahyuddin / AFP

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el movimiento antivacunas como uno de los principales retos de este 2019. El Parlamento Europeo ha alertado de los riesgos que conllevan para la sanidad pública las menores tasas de vacunación en la Unión Europea, a raíz de que en 2017 se triplicaron los casos de sarampión respecto al año anterior: 14.451 casos en comparación con 4.643.

La medida más efectiva para prevenir la propagación del sarampión es asegurar que el 95% de la población se vacune con dos dosis contra sarampión, rubéola y paperas según la OMS. Sin embargo, la mayoría de países comunitarios no cumplen con estos requisitos. Según el último informe de la Agencia Europea para Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) trece países (entre los que se encuentra España) tienen al menos un 95% de tasa de vacunación de la primera dosis de sarampión, los mismos que cumplen también con la tasa exigida de rubéola, una enfermedad muy contagiosa que la Comisión Europea quiere tener erradicada a partir de 2020.

La segunda dosis

Los datos son todavía peor si se echa un vistazo al mapa de la segunda dosis de vacunación contra el sarampión. Solo Portugal, Croacia, Hungría, Eslovaquia y Suecia cumplen con al menos un 95% de vacunación, aunque ni Grecia ni Irlanda aportan datos. Son Francia, Austria, Rumanía y Malta los que peor resultados presentan.

En el periodo de diciembre de 2017 a noviembre de 2018 hubo 12.790 casos de sarampión en los veintiocho países de la UE más Noruega e Islandia, según el mismo estudio del ECDC. Francia (2.921), Grecia (2.634), Italia (2.548) y Rumanía (1.346) están al frente de la lista. Precisamente, son estos cuatro países sobre los que la Comisión Europea alerta del auge del movimiento antivacunas, en un informe sobre el estado de la vacunación en la UE.

La resistencia

En Francia un 40% de encuestados mostraron una actitud negativa hacia la vacunación

“Los principales obstáculos para una cobertura de vacunación efectiva en Francia son las percepciones erróneas sobre la seguridad de las vacunas, la supervisión y la negligencia. En 2010, casi el 40 por ciento de los encuestados, mostraron una actitud negativa hacia la vacunación”, relata el documento, que lo vincula al “fracaso de la campaña sobre [la gripe] H1N1, con artículos negativos en la prensa” y la “creencia” de que eran las grandes compañías farmacéuticas las que “presionaban” a la población a vacunarse.

En cuanto a Grecia, el informe relata que “actualmente, la vacunación no es obligatoria (...) y en consecuencia, un gran porcentaje de los griegos desconoce la existencia de vacunas para adultos y consideran que se trata únicamente una cuestión para los niños”. Y añade que “la inexistencia de un historial público de vacunación impide la búsqueda de aquellos que rechazan las vacunas o los que necesitan actualizar su historial de vacunación”.

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De Italia también se destaca la creencia entre la población de que las vacunas pueden provocar “autismo u otras enfermedades crónicas”, como uno de los “principales obstáculos para una tasa de vacunación efectiva”. Aunque añade que “el brote de sarampión que empezó en 2017, con más de 7.000 casos y ocho muertes en menos de dos años, ha contribuido a aumentar la conciencia entre la población de la importancia de la vacunación”.

Una realidad de la que se ha pronunciado el eurodiputado italiano Marco Afronte: “En Italia intentamos poner freno al movimiento antivacunas con más formación, más información, noticias verdaderas basadas en estudios científicos”, dice, a la vez que señala que “no queremos tener la vacunación como una obligación”.

El movimiento antivacunas también ha tenido una importante influencia en Rumanía, asegura el Ejecutivo comunitario como una causa del aumento de casos de sarampión en el país. “Las objeciones de los padres influenciados por el movimiento antivacunas, los retrasos en la adquisición de vacunas, una información insuficiente entre la población, las reticencias de los médicos en ofrecer vacunación y el aumento de una llegada de migrantes a través de la frontera”, alerta el informe.

La información que no llega

El Ejecutivo comunitario considera que el movimiento antivacunas ha tenido una gran influencia en el aumento de casos de sarampión en Rumanía

Aunque sobre esta última cuestión también matiza que se debe “ a que algunos niños pueden provenir de países con diferentes perfiles epidemológicos y/o programas distintos de vacunación”. En cualquier caso, una encuesta llevada por la Instituto Rumano para la Evaluación y la Estrategia en 2017 constató que un 92% de los encuestados conocía el brote de sarampión que había sufrido el país, pero “solo el 43% consideró que la principal causa se debiera a la falta de vacunación”.

Por su parte, la eurodiputada Elena Gentile - ponente del informe sobre los riesgos de la caída de la vacunación en la UE, votado el pasado abril en el Parlamento Europeo - alerta también sobre la reticencia a las vacunas. “Aunque el amplio alcance de la vacunación ha contribuido a erradicar enfermedades infecciosas, lo que está ocurriendo en Italia, Rumanía y otros Estados Miembros empieza a cuestionar esta realidad. En estos países, el el número de personas afectadas por sarampión aumentará, así como el número de víctimas”, vaticina.

Y al contrario que Afronte, está convencida de que “el asesoramiento siempre es mejor que la obligación (...), la vacunación obligatoria puede ser un paso necesario para lograr el objetivo de vacunar a la población”, dice en declaraciones a La Vanguardia.