En YouTube no hace falta ser el que más seguidores tienes para ser el que más dinero gana. Tampoco hace falta ser un adolescente o un joven con desparpajo y pinta de outsider que profiere tacos mientras juega a algún videojuego o hace gamberradas que inmortaliza en alguno de sus vídeos. Basta y sobra con tener 7 años y disponer de un canal dedicado a sacar juguetes de su caja y jugar con ellos con tu padre, mientras tu madre lo filma en vídeo.
Este es el caso de Ryan y su canal Ryan ToysReview , un crío estadounidense que en el último año ha ganado casi 20 millones de euros, después de que el anterior ganara cerca de otros 10 millones. Ryan se ha convertido este año en el youtuber que más dinero ha ganado de todas las edades, a pesar de que sólo tiene 17.376.252 suscriptores, muy lejos de los, por ejemplo, 74.469.126 que tiene la gran estrella de esta plataforma, el sueco PewDiePie, que este año sólo ha podido ingresar 14 millones de euros, y situarse el noveno en el ranking que anualmente elabora la revista Forbes .
El éxito económico de Ryan se basa en los 25.988.303.638 de vistas que acumula su canal desde el 2015, por encima de los 19.409.400.822 de visualizaciones que tiene PewDiePie desde el 2010. Mientras que la mayoría de los magnates de YouTube obtienen gran parte de sus beneficios lanzando líneas de productos y con el merchandising, Ryan sólo tiene un contrato con la cadena de supermercados Walmart y una pequeña línea de coleccionables, que acaba de presentar. Eso quiere decir que, si ya gana mucho, todavía ganará más, y que –para bien o para mal– Ryan a los 7 años tiene la vida asegurada, y probablemente la de sus hijos.
De todas formas, el fenómeno de Ryan, aunque no con tanto éxito, no es ajeno ni a YouTube ni a otras redes sociales como Instagram, donde las cuentas de niños influencers son habituales. La diferencia es que, mientras que en Instagram los críos lucen como modelos de moda, en YouTube la mayoría de canales están dedicados al entretenimiento. Se trata de un negocio en alza. En el salón Barcelona World Games, dedicado a los videojuegos, celebrado la semana pasada, los padres que acompañaban a sus hijos se podían ver asaltados por los representantes de una “escuela para enseñar a los niños a convertirse en youtubers”, que abrirá próximamente en Reus. Y desde hace algo más de tiempo, existen campamentos de verano en los que el reclamo es aprender cómo ser un influencer .
Si esto sucede es porque los niños cada vez acceden a las redes sociales antes y siguen a otros niños como el estadounidense de 15 años Matty BRaps (2 millones de euros de ganancias al año), con una audiencia total en todas sus redes de 22 millones de seguidores, que hace auténticos videoclips como en su día Justin Bieber, que también empezó en YouTube.
O el canal de EvanTube , con 6 millones de suscriptores, dedicado a vídeos de desafíos, crítica de juguetes y experimentos científicos entre otras cosas. Gracias a él, Evan –que ayer cumplió 13 años– se embolsa 2 millones de euros anuales.
Casi 3 millones de euros por año se reparten las siete chicas –seis estadounidenses y una británica– de SevenSuperGirls , con su canal en el que cada semana una de ellas presenta un vídeo. Es un canal de los más veteranos, ya que empezó en el 2008, cuando las componentes originales tenían entre 10 y 11 años; a medida que han ido creciendo, han abandonado el grupo y han sido sustituidas por otras niñas.
En las mismas cifras de ganancias se sitúa Jo Jo Siwa, cuyo canal tiene más de 8 millones de suscriptores. Bailarina, cantante y actriz de Omaha (Nebraska), con 15 años, sus vídeos contienen sketches de comedia, vlogs, preguntas y respuestas, y desafíos. Y la lista podría ser más larga.
En ocasiones, la mayoría, los padres de los niños gestionan la carrera de sus hijos y de hecho hasta fueron los que tuvieron la idea de empezar a subir vídeos. Pero también se han dado casos de jóvenes que se han convertido en estrellas de las redes sociales sin que sus progenitores supieran nada. Eso fue lo que le sucedió y contó, en un hilo de Twitter, Alejandro Rivas, fundador de la agencia MarcaSfera, que se puso en contacto con un chico de 12 años con 200.000 seguidores en Musica.ly. El muchacho le pidió que le llamara fuera del horario escolar a un móvil, le mandó un PDF con sus tarifas y reconoció que sus padres –que ganaban menos dinero que él– no sabían nada. PayPal, el servicio de pagos en internet, era su banco.