Peter Burling contra Ben Ainslie: un duelo para la historia en la final
VELA
El sábado empieza en Barcelona el enfrentamiento entre Nueva Zelanda y Reino Unido para conseguir el trofeo deportivo más antiguo del mundo
El deporte se alimenta de rivalidades y de duelos. Desde Coppi contra Bartali en el ciclismo, pasando por Larry Bird y Magic Johnson en el baloncesto, hasta Messi y Cristiano en el fútbol. En la vela está naciendo, y no desde hoy, la pugna entre Peter Burling y Ben Ainslie. Para muchos, el primero es el mejor regatista en la actualidad. El segundo, es tal vez uno de los mejores de la historia. El neozelandés y el británico se verán las caras en las aguas de Barcelona el sábado para disputar el match race final de la Copa del América, que enfrenta a Ineos Britannia contra los últimos ganadores, Emirates New Zealand. Aunque le separan unos 14 años en edad, tienen más cosas en común de lo que parece, a parte del idioma. Ambos son perfeccionistas y volcados en la competición.
Burling se ha crecido con los alerones, Ainslie se ha curtido con la vela más clásica
El neozelandés es un asceta de la vela. Entre las muchas anécdotas que circulan sobre él, hay una significativa. Durante un entreno en las anteriores ediciones de la Copa del América, parte del equipo salió una noche para acudir a un concierto de Gun’s and Roses, pero sin él. Cuando volvieron a altas horas de la noche, Burling estaba despierto en la base intentando arreglar un timón. Su dedicación es absoluta. Dicen que en el bar del Port Vell, dónde la mayoría de regatistas acude a un concurrido happy hour, nunca lo han visto. Es el prototipo de campeón discreto y sereno, que basa sus virtudes en el autoconocimiento. “Siempre intento prestar atención a las respuestas correctas antes de una maniobra y conocer mis debilidades”, explica. Autoconocimiento, pero también autoconfianza: Burling dijo una vez que para sus rivales “no hay nada más excitante... que ganarle a Peter Burling”.
Los ingleses vienen más entrenados, pero los neozelandeses han puestos su barco a punto
En cuanto a Ainslie, que a sus 47 años a veces deambula con unas andanzas torcidas debido a los años de esfuerzo físico en la competición, es igual de obsesivo con su trabajo, pero a veces su carácter la ha jugado alguna mala pasada. En el circuito se bromea que no hay que hacerle enfadar, porque sino se transforma en Hulk. En unos JJ.OO., (Londres 2012) perdió el control de los nervios y estuvo a punto de agredir un cámara que estaba en el campo de regata porque a su entender le molestaba. ”Cuando estás en la competición, las emociones están a flor de piel, y a veces eso puede salir de forma equivocada. Me dejé llevar por la emoción del momento, lo cual no fue lo correcto. Aprendí una valiosa lección sobre cómo manejar la presión." Aunque ha trabajado en ello, se pudo ver hace una semana que Ainslie mantiene su garra intacta, cuando no pudo esconder su rabia y dijo, tras ganar a Luna Rossa Prada Pirelli, que había demostrado a los medios italianos que podía vencerle al equipo de Italia incluso sin aprovecharse de sus continuas averías.
Hay una fractura generacional y tecnológica que separa a las dos estrellas. Peter Burling , que tiene 33 años, es el prototipo de la generación foils o de los alerones, la que se ha acostumbrado en edad temprana a volar sobre al agua y ha conseguido dos medallas olímpicas y una Copa del América. En cambio, Ben Ainslie , cinco medallas olímpicas y una Copa del Amércia como táctico, ha hecho su fortuna con el láser y el finn, que son dos modelos de barcos de vela ligera que llamaríamos clásicos, clases olímpicas desde hace muchas décadas, cuando lo de los alerones era pura ficción.
En uno de los esporádicos enfrentamientos que tuvieron los dos barcos en las regatas preliminares, Emirates New Zealand dejó planchado sin viento en una salida a Ineos Britannia, en una maniobra de Burling magistral. Pero ahora en la final será diferente. Ben Ainslie le ha pillado el truco a los AC75. Las dos superestrellas están listas para soltar amarres. ¿Quién será el mejor entre los dos mejores?
Desde el punto de vista histórico, estamos ante un desafío que enfrenta a la madre patria con su ex colonia, Reino Unido y Nueva Zelanda, igual que ocurrió en la primera edición de 1851 entre Reino Unido contra sus ex posesiones en territorio norteamericano, Estados Unidos. Un morbo geopolítico que el viernes fue alimentado por una ceremonia maorí, la tribú ancestral noezelandesa, con guerreros, gritos y lanzas, que tuvo lugar previamente a la rueda de prensa para presentar la final. Una representación que hasta pudo resultar intimidatoria para los ingleses.
Ben Ainslie sabe que la última vez que los británicos habían disputado una final de la Copa del América el hombre todavía no había llegado a la Luna. Tiene una gran responsabilidad, devolver la Jarra de las Cien Guineas al Reino Unido después de 173 años. Aunque ha reafirmado que “le encanta tener presión”, también ha reconocido que “los neozelandeses han tenido más de tres semanas de tiempo para cambiar la configuración del barco”.
Los kiwis, durante este tiempo, han hecho modificaciones a todo: velas, timón y alerones. “Nuestro barco ahora será más rápido”, ha asegurado Burling. Que ha cerrado su intervención afirmando “que duerme bien por las noches”. Pero él también tiene una cita con la historia: de ganar a los ingleses, sería la primera vez que el mismo equipo en la era moderna de la Copa del América conseguiría tres victorias consecutivas.